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Opinión



domingo, 30 de septiembre de 2012

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 63

Responsabilidad social empresarial

Aguas arriba

El Instituto Ethos de Empresa y Responsabilidad Social, con sede en nuestro vecino Brasil, definió la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como la: ”forma de gestión que se define por la relación ética de la empresa con los accionistas, y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad; preservando recursos ambientales y culturales para las generaciones futuras, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de las desigualdades sociales".

Vaya definición la que nos dejan. La RSE está inmersa –con dosis de coacción- en casi todos los sistemas jurídicos de los países occidentales. Si desmenuzamos la definición, verán que al contribuir con el pago correcto de tributos, al cumplir con planes direccionados al mantenimiento del medio ambiente y al aportar a fondos obligatorios que estén orientados al impulso de la cultura, el deporte y la tecnología, se está dando plena aplicación a la RSE. El único problema aquí, es que pareciese que no está asociado perse al deseo de los accionistas a hacerlo, si no está atado al objetivo de evitar ser severamente sancionados por los distintos entes gubernamentales involucrados. 

Aguas en el medio

En otros casos, pareciese que la RSE está más asociada a objetivos de marketing, tratando de mostrar una cara gentil a la sociedad en general, pero que es hecha sin corazón, por lo que su impacto solo queda para imprimir las fotos y pegarlas en una fría cartelera.

Vivimos tiempos interesantes, donde todos debemos poner un granito de arena –pero de corazón-, con lo cual se pueda reducir efectivamente las desigualdades sociales que a diario vemos y padecemos.

Cuando alguien da algo que no necesita, realmente no está dando nada, sencillamente está vaciando su closet o dispensa para colocar cosas nuevas, sin pensar en la utilidad o no de lo que se desprende. Es prácticamente como si estuviese regalando unos zapatos desgastados.

Aguas abajo

La filantropía a veces muta a una nueva especie en la cual ganan todos -incluso cuando aparentemente se pierde -. Se viste de RSE, pero termina convirtiéndose en un negocio redondo de un conglomerado de personas que terminan ofreciendo bienes y servicios sobre una fachada de ayuda.

No estoy en contra de que con la RSE se ganen unos puntos ante la comunidad de negocios y se muestre una imagen positiva del quehacer diario, pero insisto que debe ser hecha dentro de un nuevo contexto, donde todos y cada uno hagamos un aporte honesto y sincero a los más necesitados.

A los que no están interesados en hacer más allá de lo que las leyes establecen, la invitación es a que lo hagan de manera oportuna, precisa y con contraloría, con el fin de que dichos aportes redunden en mejoras en áreas vitales como lo son educación, deporte, tecnología, ecología y salud. La sociedad y el medio ambiente lo agradecerán. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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