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Opinión



domingo, 30 de junio de 2013

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 102

El auditor

Aguas arriba

La misión del auditor es muy compleja en los tiempos en que vivimos. Cada día se hace más difícil poder interpretar la información financiera para poder tomar decisiones, considerando todas las distorsiones que observamos hoy en día en la economía.

Probablemente, cumplir con ese rol en cualquier jurisdicción, donde exista mediana estabilidad en los indicadores de la economía, sería una tarea bastante sencilla de llevar a cabo. De hecho, comparar cifras de un año a otro, es un mero trámite visual, donde no debemos partir de premisas enrevesadas que nos pueden hacer entender lo opuesto a lo que realmente es y que al final nos pueden llevar al punto inicial donde lo que creemos correcto es absolutamente falso y sin ser realmente lo opuesto, desemboca en una interpretación errónea que hace que lo azul termine siendo rojo.

Aguas en el medio

Cuando a esto le sumamos los apartados tributarios, resulta que lo que para unos efectos es beneficio, para el otro es desastre en puerta. Resulta que lo que resulta para el bolsillo, no resulta para registros públicos para licitar con el Estado y para terminar, cualquier detalle que pretendas mover por aspectos técnicos o de inobservancia resultarán en un desastre total en el extremo que está justo al frente.

El auditor en jurisdicciones complejas más que una persona altamente técnica, es una persona con un sentido tan pragmático que puede resolver cada situación con una dinámica tal que dejaría perplejo a cualquier par de otra latitud. Explicar ajuste por inflación, tipo de cambio, efectos tributarios, cargas laborales, entre otros elementos, se convierte en una anécdota graciosa a ser contada en cualquier reunión social, con una altísima posibilidad de convertirse en un stand up comedy digno de ser grabado y reproducido.

Aguas abajo

El poder dar vida e interpretación a algo que sabemos que puede ser incorrecto y al final tener la suficiente voluntad para emitir una opinión sobre la razonabilidad de ese cumulo de información registrada metódicamente en medio de una vorágine legal, contable, tributaria y económica difícil de explicar a sí mismo, es todo un reto a la mediocridad y a la vergüenza.

No hay mas nada que hacer, alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Lo peor es cuando un cliente no lo entiende. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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