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Opinión



domingo, 9 de febrero de 2014

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 134

Cóctel legal

Aguas arriba


El impuesto sobre la renta se vuelve efectivo en una sociedad donde se genera "renta". Es fácil deducirlo, sólo con leer el nombre del tributo con un tono particularmente sarcástico. Siendo así, estoy seguro que podemos ver que persigue un impuesto con semejantes características, sin tomarse la molestia de permanecer cinco años en un salón de clases.

Si en la jurisdicción evaluada, los sujetos de derecho no generan "renta", este tributo pierde fuerza y se convierte sólo en la excusa perfecta para intimidar y dar entrada libre a toda una serie de tributos paralelos que de forma sencilla, y en muchos casos sin atender a la capacidad contributiva de los contribuyeres, se vuelven en el camino más inmediato para recaudar dinero de forma masiva -que probablemente no se genera de manera suficiente por los particulares- para con ello coadyuvar finalmente con las cargas públicas de la nación.

Cuando el protagonista deja de ser el impuesto a la ganancia, es muestra clara de la situación que se atraviesa puntualmente en dicha jurisdicción. Es el resultado franco de lo que ocurre y de los que gozan de preferencias, dependiendo del sector donde se desenvuelvan. 

Por el contrario, en un ambiente donde la renta marca la pauta, el sistema tributario tiende a ser más sencillo tanto para la administración tributaria, como para los particulares, por lo que se logra dirigir todos los esfuerzos en recaudar un tributo al que una cantidad importante de sujetos esta obligada.

Aguas en el medio

Ahora bien, en un ambiente controlado para empresas transnacionales, dicha situación pudiese perjudicarlos desde el punto de vista patrimonial, pero quizás no desde el punto de vista de recaudación para la administración tributaria, dado que con el mecanismo de precios de transferencia pudiese llevarse una pérdida o utilidad marginal, a la ganancia que obtendrían empresas con las mismas características con información pública en el extranjero.

Así las cosas, pudiese ocurrir algo verdaderamente injusto, al trastocar la situación financiera, sin afectar la recaudación gubernamental. Esto pudiese ser el día a día de negocios complejos, donde el inversor se encuentra en el exterior y mantiene estrecha relación comercial con la empresa poseída. La mejor alternativa para esto, es mantener análisis exhaustivos a fin de poder prever desviaciones de este tipo.

Aguas abajo

Es cierto que muchas entidades de forma unilateral realizan estrategias tendientes a desmejorar jurisdicciones menos ventajosas en aspectos de repatriación de beneficios y con volatilidad monetaria y política, generando desviaciones intencionadas -y en ocasiones hasta justificables- para poder tener cierto control en el uso eficiente de los recursos, pero regular precios de forma autocrática, con personal evidentemente no calificado para llevar análisis de esta envergadura en corto plazo, pareciese ser algo desproporcionado.


El mercado se regula cuando existe abundancia, condiciones claras e inexistencia de burocracia. Si la única forma de constituir una entidad es viviendo momentos desagradables ante entes gubernamentales y desde ese momento en adelante todo ocurre de forma inimaginable, pareciese poco probable manejar un mercado sano, de competencia y con evidentes beneficios para empresarios, estado y por sobre todo, para el colectivo. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/  

Foto: Hidroeléctrica Simón Bolívar, Puerto Ordaz - Venezuela

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