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Opinión



domingo, 18 de mayo de 2014

Actualidad financiera y fiscal en el Diario de Guayana N° 148

Volviendo a la fuente
 
Aguas arriba
 
En ocasiones hay que volver a los fundamentos básicos de lo que debe ser un sistema político, y en particular tributario, alineado tanto con la historia, como con los retos que el futuro aflora. 
 
Desde tiempos remotos, donde la tributación tenía su fundamento en la coacción mediante la violencia, los reyes se preocupaban sólo por garantizar sus estándares de vida a expensas de sus ciudadanos. Aquí la dinámica era sencillamente del poder a través de la aplicación del despiadado maso, donde el simple hecho de nacer en la pobreza, te condenaba a esta siempre a la sombra de otros más afortunados.
 
Era una relación totalmente desigual donde se imponían, castigaban e intimidaban con el único fin de recaudar dinero que consideraban les pertenecía solo por el simple hecho de haber nacido con un título que así los facultaba. No había ningún tipo de meritocracia, ni fundamente razonado para tal aseveración.
 
Posterior a esto, los mismos ciudadanos empezaron a crear condiciones para demostrar que su obligación estaba relacionada no a un bien particular, sino a un bien común, advirtiendo a sus reyes que si bien sería aceptado su estatus, no serían aceptados los excesos que hasta la fecha se habían dado, siendo la participación ciudadana determinante.
 
Aguas en el medio
 
Pasa el tiempo, y aun cuando vemos aún algunos reinados, se supone que su estatus pudiese considerarse como decorativo, romántico y anecdótico, cambiando la percepción a un esquema más occidental, en el cual el tributo es una fuente de ingreso más que obtienen los estados para poder cubrir el gasto público en beneficio de muchos.
 
Lamentablemente, el gasto público a nivel mundial no ha sido direccionado sabiamente, dado que el gasto militar y en tecnología que no genera un mayor valor en cuanto a la calidad de vida, ha tenido una participación cada vez mayor, sin mencionar a la corrupción como medio de sustento de muchos.
 
El tema es bastante denso pero interesante sin duda, dado que la dinámica debe ser cada vez más sencilla, sin dejar de ser técnico. El mayor reto es hacer entender a la gente, que los estados son contratados por las masas para administrar los recursos de todos.
 
Aguas abajo
 
El tiempo hace que sea necesario introducir nuevos mecanismos. Los estados federados toman más fuerza, dado que cada región trata de atender sus realidades particulares, perdiendo fuerza la centralización, que sin duda alguna genera cada vez más burocracia.
 
La burocracia genera más miseria y corrupción y nos aleja de la meta. Un sistema tributario sano busca simplificar, no interfiere, recauda eficientemente, busca generar condiciones, tecnifica sus procesos para hacerlos cada vez más agiles, implementa tributos que estén relacionados con la capacidad de contribuir de cada quien, y en general diseña el camino para que terceros inversores sientan que más allá de recaudar, el sistema buscar extender una mano para ayudarse, mientras ayuda a los particulares a lograr sus objetivos comerciales.
 
Un sistema tributario es tan sabio, que puede detectar momentos en los cuales la balanza es favorable y permite que sus contribuyentes obtengan beneficios aún mayores, que se traducirían en mayor producción, fuentes de empleo, tecnología y bienestar. Hace mucho tiempo que pasó el tiempo de los reyes. Hasta una próxima entrega Http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/ @wlagc
 
Foto: Bath, Reino Unido

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