Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 155

Conflicto y negociación

Aguas arriba

En una sociedad cada vez más compleja se hace fundamental el poder manejar técnicas de negociación en caso de conflictos de forma asertiva y coherente.

Para el caso venezolano, no solamente se requiere de destrezas técnicas, dado que indudablemente deben hacerse una serie de lecturas adicionales de importancia para poder sortear todos los vaivenes a los que debemos enfrentarnos en faceta de líderes corporativos o sociales.

Es brillante poder ver casos emblemáticos de negociación de conflictos en el mundo, los cuales pueden que nos motiven para replicar modelos o estrategias tendientes a solucionar conflictos de muchas índoles; no obstante, cuando tratamos de llevar esos casos a nuestro acontecer, nos topamos con temas de otra índole que en muchas ocasiones no pueden solucionarse con el verbo ni con la acción.

Aguas en el medio

En este caso, se requiere de un esfuerzo mucho mayor, que nos lleva a dudar de nuestro rol y nos fuerza a peguntarnos si vamos por el camino correcto o si es hora de desistir. En estos casos pareciese que el factor ganar-ganar pierde valor y nos encontramos ante una especie de laberinto o aun peor, en un círculo vicioso.

Aquí pareciese que la palabra favorita de nuestro vocabulario seria esterilidad comunicacional, donde una parte trata de no reconocer a la otra -incluso ambas partes puedes no reconocerse- dándose de esta forma una suerte de pugna donde la razón no tiene cabida y la desconfianza en el intelecto u honestidad de los vinculados se pone en la mesa sin ánimos de alejarse.

Visitando el plano general, nos conseguimos como reto principal en Venezuela el poder manejar conflictos con nuestros colaboradores, proveedores y el estado como ente regulador.

Para el caso de los trabajadores, normalmente los conflictos con los cuales lidiamos están asociados principalmente a aspectos remunerativos -principalmente- en grandes entidades, donde los trabajadores de forma responsable -o en ocasiones irresponsables- luchan por beneficios mayores para cubrir sus necesidades particulares o por la sobresaturación de actividades. Ambos asuntos deben ser altamente monitoreados por la gerencia, dando que debe darse lectura oportuna y aserrada a los temas antes de que los conflictos se conviertan en un grave obstáculo para poder seguir generando riquezas.

Aguas abajo

En las entidades pequeñas puede que los conflictos laborales se den principalmente por desavenencias personales con los colaboradores, más que por razones remunerativas. Esto no se da porque los trabajadores se sientan bien remunerados, sino porque saben que sus derechos al ser vulnerados en cuanto a perfiles laborales, se resuelven sencillamente con la terminación de la relación empleador-empleado de forma inmediata.

En cuanto a los proveedores, el proceso se da como respuesta a la crisis económica que vivimos, donde obligatoriamente deben darse negociaciones de alto nivel para garantizar cuotas de productos, con precios y condiciones razonables, lo cual se hace bastante complejo en un ambiente de como el que estamos viviendo, por lo que en muchas ocasiones, las negociaciones deben venir acompañadas de beneficios sustanciales y tangibles con altísimos niveles de cumplimiento para que los mismas trasciendan en el tiempo.

Con el estado la situación es más compleja. El entorno en el cual vivimos es altamente cambiante y hace que la negociación sea mal llamada de esa forma, cuando realmente lo que ocurre es una comunicación en una sola vía, lo cual imposibilita que ambas partes se sientan favorecidas.

Lamentablemente, en este apartado, las gerencias deben trabajar con sus recursos disponibles para mantener atados todos los elementos relacionados con el tema estado y evitar que sanciones y multas compliquen aún más los escenarios en los cuales nos desenvolvemos. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

Foto: Represa Caruachi, Estado Bolívar