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Opinión



domingo, 7 de septiembre de 2014

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 164

Sistema tributario

Aguas arriba
La idea de tributar se fundamenta en el hecho de que la humanidad no tiene una mejor idea de como obtener dinero de los particulares para financiar el gasto público, logrando cubrir así los bienes y servicios necesarios para todas las personas que habitan en cada jurisdicción. No pretendo considerarme un erudito al respecto y conseguir una mejor alternativa, dado que probablemente no exista algo más efectivo que ello.

En todo caso, la situación para cada estado es particularmente complicada, sobre todo para los países en proceso de desarrollado que tratan de levantar un poco la cabeza, dado que la tributación debe ser suficiente como para evitar el endeudamiento público, pero al mismo tiempo tan flexible que permita atraer personas que quieran invertir. Todo esto, sin dejar de lado la burocracia y corrupción que siempre serán una piedra en el zapato para cualquier gestión que quiera implantar cambios coherentes y autosustentables.
Otro gran reto de los países en proceso de desarrollado es que una importante cantidad de trabajadores se dedican a labores informales donde la remuneración se da en efectivo, por lo que se hace poco práctico para las administraciones tributarias crear mecanismos de recaudación efectiva, convirtiéndose en un obstáculo para poder aplicar criterios justos en un ambiente en el cual es muy complicado tener acceso a empresas legalmente constituidas y con intenciones formales de al menos hacer el intento de cumplir con agobiantes obligaciones de todo tenor. Siendo así, la tributación solo se circunscribe a un sector minoritario, que para males peores es altamente presionado, atacado y en algunos casos intimidado.

Aguas en el medio
Otro reto importante que tienen las administraciones tributarias de países  en proceso de desarrollado es el poco entrenamiento que reciben sus funcionarios y los peores salarios que detentan. Esto genera varias consecuencias, entre las que se pueden mencionar a la deficiente forma de atender a los contribuyentes cuando desean hacer consultas de todo tipo, lo poco técnico en muchas explicaciones donde pareciesen regirse por procedimientos muy cerrados fundamentados en programas incluso desfasados, lo que conlleva a problemas interpretativos y de aplicación de la norma y en el caso de las desventajas salariales, la poca motivación a hacer un trabajo de calidad y la constante cruzada que tienen desde el punto de vista ético en su actuación profesional.

El hecho de que existan entes tributarios con una necesidad desmedida de recaudar, con carencias profesionales y con bajas remuneraciones tiene marcado el fracaso desde un punto de vista organizacional, que por añadidura no tendrá herramientas estadísticas eficientes para poder medir los pocos o muchos avances que vayan teniendo en el tiempo, que permitan crear estrategias en el corto, mediano y largo plazo con el fin último de poder aplicar las acciones necesarias para llegar a la tan anhelada justicia tributaria que debe existir.
Aguas abajo

Parece muy extraño, pero en países en desarrollo pareciese que es obvio que existe una distribución desigual de riquezas, donde pocos son los grandes generadores de renta. Pareciese que en ese supuesto sonaría coherente de que los estados impulsaran la aplicación de normas que tendiesen a gravar más a esos grupos que son fácilmente identificables y que su manifestación de riquezas es más que evidente.
Allí vemos como diversos países desarrollados se lucen creando tributos a la renta y el patrimonio sobre dichos grupos, simplificando el proceso tributario de determinación y recaudación; no obstante, contradictoriamente en los países en proceso de desarrollo, los sectores productivos están compuestos por entes y personas con influencias particulares que evitan que los sistemas se tecnifiquen y busquen crear procedimientos tributarios que permitan hacer un piso organizacional. Es algo así como permitir que el sistema impositivo se desarrolle en primera instancia con el apoyo de los grandes contribuyentes con un proyecto que en el mediano y largo plazo permita crear instituciones robustas que luego estén en la capacidad de democratizar la recaudación.

Este es un tema largo y complejo, por lo que agradezco haberme topado con estudios del FMI que tratan de desarrollar el tema y dar luces de los pasos que debemos dar de este lado del mundo, a fin de lograr tener sistemas tributarios que determinen, recauden y fiscalicen partiendo de fundamentos basados en valores y principios. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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