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Opinión



domingo, 1 de noviembre de 2015

Actualidad financiera y fiscal en el Diario de Guayana N° 224

Propiedad intelectual 

Aguas arriba 


Los países suramericanos tienen por excelencia un altísimo nivel de rezago en materia de propiedad intelectual, lo cual pudiese tener un efecto importante para desarrolladores de tecnología de gran o pequeña escala, los cuales obviamente requieren de un aparato legal sofisticado para crear bienes y servicios patentables y que la protección gubernamental les permita seguir haciendo cosas.

Al haber incertidumbre al respecto, hace que marcas, fórmulas y tecnología sean llevadas a países más industrializados que si respetan el aporte individual de cada persona o entidad de cara a la innovación. Es por ello, que escuchamos con orgullo que algún latinoamericano desarrolló algo, pero ese algo no fue ejecutado en su país de origen. Si esto fuese revertible, los resultados se harían notar muy rápidamente.

Cualquier miope pudiese decir con orgullo y altivez que eso afecta sólo a las transnacionales, pero lo cierto es que a ellos es a quien menos afecta, dado que una corporación siempre tendrá los recursos para buscar jurisdicciones amigables al respecto, por lo que realmente afectará es a la comunidad académica y de emprendimiento que si desea producir resultados que apunten a la innovación pero que reciben poco respaldo privado y cero (o condicionado) público. Esto es una bomba de tiempo para el conocimiento en desarrollo.

Aguas en el medio 

En la academia se nota a leguas que los modelos de negocio creados no apuntan a la innovación. Van dirigidos a lo habitual, para con ello emprender algo que sencillamente cubra los costos y gastos, de un porcentaje de rentabilidad y permita al empresario sostenerse, dejando el valor agregado para otro momento. El valor agregado debería ser el centro; sin embargo, la oportunidad es la que ocupa el principal espacio.

Incluso, eso se ve en trabajos intelectuales, donde los profesionales siguen enfocando sus esfuerzos en letras y números, pero no es crear una experiencia de servicio a los clientes (incluso puede que los mismos clientes no requieran esa experiencia, dado que no valoran en producto) para con ello hacer cosas más interesantes en lo técnico.

Al escribir sobre el emprendimiento sin innovación no se pretende criticarlo sin más, dado que es parte del resultado de la crisis que se atraviesa, siendo así, lo importante será crear esa base que estimule algunos pocos, para con eso ir oxigenando el sistema y con ello sembrar algo y no sólo leer párrafos interminables que ayudan a pocos y aburren a muchos.

Aguas abajo 

Estimular a una población con una nube negra encima es una misión muy dura. Existe una altísima preocupación hacia riesgos medianos e incluso pequeños y pareciese que actividades informales suenas más interesantes a fin de poder generar recursos para sobrevivir. Esto, de masificarse, generará innumerables problemas que ya vemos con mucha nitidez y que sumergen a cualquier sociedad en la era de las cavernas.

No obstante a esta situación, es deber de los que permanecemos aquí, dar ciertas condiciones que tengan como fin mantener la llama viva de una generación que creó las bases para esta derrota y otra que prefiere hacer batalla en otros frentes y con ello hacer realidad las expectativas que nosotros de jóvenes veíamos con inmensa claridad. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com



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