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Opinión



domingo, 27 de diciembre de 2015

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 232

Crisis económica

Aguas arriba


Desde la segunda guerra mundial hasta la fecha, la crisis económica más fuerte es la que vivimos en el mundo en la actualidad. Es conocida como la Gran Recesión (de grandiosa no tiene nada) y ha profundizado los grandes problemas de desigualdad que tiene la humanidad. Esta crisis tiene su epicentro en el año 2008 (fecha para la cual, Venezuela contó con precios que rondaron los US$100 por barril, por lo que estar preparado solo necesitaba un poco de compromiso político) en los Estados Unidos, generada por la desregulación económica, delitos bancarios (Lehman Brothers como protagonista), aumento en los precios de materia prima, crisis alimentaria y energética y una de las peores catástrofes inmobiliarias que hemos alcanzado a ver. Esto último, probablemente fue lo más visible para el ciudadano de a pie, pero sin duda alguna, la combinación de todos los elementos causó una severa desconfianza a los mercados.

Ante tal cataclismo, los Estados se vieron en la obligación de hacer numerosos rescates financieros para evitar la quiebra de empresas de distintos sectores que de no hacerlo agravarían aún más la situación, generándose como contrapartida un aumento importante de pasivos financieros que terminaron afectando aún más a los beneficiarios de ayudas sociales activas para esos años, por lo que la tendencia irreversible fue la de aumentar los niveles de pobreza, para con ello poder oxigenar a medias el estatus quo de los centros empresariales sofisticados, pero llenos de altos niveles de corrupción.

Aguas en el medio

La austeridad económica en lo social siempre ha estado presente, pero para estos años, fue aún más visible y con un marketing mucho más duro e inconveniente desde el punto de vista político para los encargados de dar la cara en momentos tan complejos para la humanidad, considerando que esto tuvo un impacto de gran escala. Quizás, de este lado lo notamos como un simple aleteo, por el hecho de contar con altos precios de petróleo, situación que no nos permitió formalizar procedimientos sanos para garantizar reservas estables que compensasen épocas más difíciles como la que estamos viviendo en este preciso instante.

La crisis se extendió por todos los países desarrollados y emergentes. Desde Japón, pasando  por Australia y Nueva Zelanda y terminando en  China, India y Brasil, la situación se complicó en mayor o menor medida, viéndose una moderada contracción en cada uno de ellos. El impacto fue de escala mayor y además transmitida por televisión en cada rincón del mundo. Del lado de Suramérica, Argentina y Brasil fueron altamente afectados, generándose otras oleadas de igual tenor, que complicaron un tanto el panorama, mientras cientos de familias tuvieron que vender  propiedades en los Estados Unidos para pagar parcialmente sus créditos, lo que creo  una fuerte resaca luego de años tan prósperos.

Aguas abajo

En Venezuela estamos en crisis desde hace ya bastante rato, y la misma se ha profundizado severamente con el tiempo. Control cambiario, inflación de tres dígitos, desabastecimiento, altos niveles de corrupción, pocas posibilidades de ahorro y de financiamiento y fuertes regulaciones jurídicas han mantenido la crisis invernando. Altísimos niveles de subsidio gubernamental han logrado dar una bocanada de oxígeno a los más desposeídos, pero han colocado al resto de la sociedad en una situación cada vez más difícil de explicar, dado que no se ha impulsado la clase baja a mejorar, sino se ha procurado que el resto de las clases bajen su estatus, a expensas de una nueva clase económica que irrumpe con mucha fuerza.


Lamentablemente, no podremos concretar un análisis serio del impacto, dado que se desconocen de fuentes oficiales los indicadores más básicos de la economía, por lo que se hace prácticamente imposible escribir con propiedad sobre la verdadera situación que hemos vivido en el último año e incluso genera incertidumbre y escepticismo hablar sobre las cifras que hemos manejado en al menos los últimos 15 años de vida republicana. Solo será seguir esperando tiempos mejores. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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