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Opinión



domingo, 22 de mayo de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 253

Empleo en Venezuela

Aguas arriba


De acuerdo a los números que plantea el Instituto Nacional de Estadísticas, los niveles de desempleo en Venezuela no llegan ni cerca a los dos dígitos, lo que en sí mismo pudiese considerarse como un éxito en la gestión del gobierno y del sector privado, en procura de dar condiciones a los habitantes del  país; no obstante a ello, cuando chequeamos la data en detalle, podemos observar que las personas que se laboran en el sector informal se encuentran dentro de la estadística de personas empleadas, lo que de inmediato empieza a generar distorsiones en la forma como son determinados los datos y la forma como deben ser interpretados. Lo primero, es cómo entender que alguien con condiciones de informalidad puede ser medianamente censado, y en caso de estarlo, como es posible que el mismo Estado aliente la actividad.

Al desmenuzar la data, vemos con asombro como prácticamente la mitad de la población económicamente activa se dedica al sector informal, generando con ello unos números que pueden lucir impresionantes, por el simple hecho de que este porcentaje va en crecimiento con cada año que pasa. Sin duda alguna, esto es un asunto para nada atractivo desde el punto de vista gestión, pero que se puede visualizar con facilidad en la calle, con solo dar una mirada a cualquier ciudad o pueblo del país. Parece mentira que un país con condiciones para ser altamente industrializado, termine siendo una nación de vendedores ambulantes en semáforos y aceras de cada rincón del país. Es muchísimo más fácil conseguir a un vendedor de café en un reductor de velocidad, que conseguir a un profesional de mediano nivel técnico.

Aguas en el medio

Desafortunadamente, al mirar el precio de la canasta básica y contrastarla con el salario mínimo, es fácil inferir que cualquier persona que se dedique a actividades informales podrá obtener una renta superior, que le permitirá medianamente cumplir con una parte más de las obligaciones familiares elementales. Esto, sin duda alguna desalienta a profesionales y a los que no, y desmerita en cierta forma el trabajo formal de empresarios que tienen como objetivo realizar actividades productivas autosustentables en el tiempo. Es doloroso escuchar a estudiantes universitarios que se encuentran totalmente desconectados con las necesidades académicas que quieren cumplir, por ver las asignaciones como meros trámites para luego salir del país con algo debajo del brazo.

En paralelo, al existir cierto grado de complicidad gubernamental (dado que no se ataca el problema de raíz), pareciese que los sectores empresariales sienten que al desmaterializarse conseguirán mayores beneficios, en menos tiempo y con unos riesgos de moderados a bajos, en medio de una crisis nacional que requiere de la generación de empleos de calidad, con el objetivo de producir más y mejor y tratar de salir del atolladero en el cual nos encontramos. Para bien o para mal, la única forma de lograr resultados, es por medio del trabajo serio del sector privado y el aliento del sector público, por lo que ante un Estado que detesta y desprestigia al empresario, se hace imposible subir la cuesta.

Aguas abajo

Al no incentivarse la empresa privada y por el contrario, darle pie a la informalidad se limita el emprendimiento, se desprofesionaliza a un país y se generan cuantiosas distorsiones en materia tributaria (dado que no se alcanza la recaudación esperada) y en indicadores de inflación (producto de un mercado informal que hace las veces de canal de venta al detal, que además no se encuentra regulado y que no tiene obligaciones legales para con nadie). Esto, en ningún contexto, puede considerarse razonable.

Vimos como al país se le fue una oportunidad de lujo, al no generarse condiciones de alto nivel en sectores que necesitaron de inversión y atención. La agricultura, la ganadería, el turismo y la extracción y transformación de recursos naturales son tan solo algunos de los ejemplos más emblemáticos, a los cuales podemos hacer referencia y que hoy en día se encuentran sumergidos en condiciones absolutamente deplorables.


La intervención del Estado en la economía, de una forma excesiva y prácticamente visceral, ha sumergido al país con mayores reservas de hidrocarburos en el mundo, en una situación que prácticamente imposibilita su extracción, dado que no cuenta con recursos, industrias asociadas y credibilidad para poder hacer su trabajo y luego sembrarlo nuevamente en cosas nuevas y mejores. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Excelente artículo donde se retrata de forma auténtica una situación real que bien vale la pena primero internalizar por cada persona, comunidad, fuerzas que sobreviven (No vivas) gremios empresariales y gremiales y organizaciones en general, segundo, converger para tomar conciencia buscar alternativas que si existen y tercero reaccionar y actuar en el desmascaramiento a tanta mentira y descaro con que se pretende engañarnos. Debemos creer en que si es posible y caminar de frente

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