Empleo en Venezuela
Aguas arriba
De acuerdo a los números que plantea el Instituto Nacional
de Estadísticas, los niveles de desempleo en Venezuela no llegan ni cerca a los
dos dígitos, lo que en sí mismo pudiese considerarse como un éxito en la
gestión del gobierno y del sector privado, en procura de dar condiciones a los
habitantes del país; no obstante a ello,
cuando chequeamos la data en detalle, podemos observar que las personas que se laboran
en el sector informal se encuentran dentro de la estadística de personas
empleadas, lo que de inmediato empieza a generar distorsiones en la forma como son
determinados los datos y la forma como deben ser interpretados. Lo primero, es
cómo entender que alguien con condiciones de informalidad puede ser
medianamente censado, y en caso de estarlo, como es posible que el mismo Estado
aliente la actividad.
Al desmenuzar la data, vemos con asombro como prácticamente la
mitad de la población económicamente activa se dedica al sector informal,
generando con ello unos números que pueden lucir impresionantes, por el simple
hecho de que este porcentaje va en crecimiento con cada año que pasa. Sin duda
alguna, esto es un asunto para nada atractivo desde el punto de vista gestión,
pero que se puede visualizar con facilidad en la calle, con solo dar una mirada
a cualquier ciudad o pueblo del país. Parece mentira que un país con
condiciones para ser altamente industrializado, termine siendo una nación de
vendedores ambulantes en semáforos y aceras de cada rincón del país. Es muchísimo
más fácil conseguir a un vendedor de café en un reductor de velocidad, que
conseguir a un profesional de mediano nivel técnico.
Aguas en el medio
Desafortunadamente, al mirar el precio de la canasta básica
y contrastarla con el salario mínimo, es fácil inferir que cualquier persona
que se dedique a actividades informales podrá obtener una renta superior, que
le permitirá medianamente cumplir con una parte más de las obligaciones
familiares elementales. Esto, sin duda alguna desalienta a profesionales y a
los que no, y desmerita en cierta forma el trabajo formal de empresarios que
tienen como objetivo realizar actividades productivas autosustentables en el
tiempo. Es doloroso escuchar a estudiantes universitarios que se encuentran
totalmente desconectados con las necesidades académicas que quieren cumplir,
por ver las asignaciones como meros trámites para luego salir del país con algo
debajo del brazo.
En paralelo, al existir cierto grado de complicidad
gubernamental (dado que no se ataca el problema de raíz), pareciese que los
sectores empresariales sienten que al desmaterializarse conseguirán mayores
beneficios, en menos tiempo y con unos riesgos de moderados a bajos, en medio
de una crisis nacional que requiere de la generación de empleos de calidad, con
el objetivo de producir más y mejor y tratar de salir del atolladero en el cual
nos encontramos. Para bien o para mal, la única forma de lograr resultados, es
por medio del trabajo serio del sector privado y el aliento del sector público,
por lo que ante un Estado que detesta y desprestigia al empresario, se hace
imposible subir la cuesta.
Aguas abajo
Al no incentivarse la empresa privada y por el contrario,
darle pie a la informalidad se limita el emprendimiento, se desprofesionaliza a
un país y se generan cuantiosas distorsiones en materia tributaria (dado que no
se alcanza la recaudación esperada) y en indicadores de inflación (producto de
un mercado informal que hace las veces de canal de venta al detal, que además no
se encuentra regulado y que no tiene obligaciones legales para con nadie).
Esto, en ningún contexto, puede considerarse razonable.
Vimos como al país se le fue una oportunidad de lujo, al no generarse
condiciones de alto nivel en sectores que necesitaron de inversión y atención. La
agricultura, la ganadería, el turismo y la extracción y transformación de
recursos naturales son tan solo algunos de los ejemplos más emblemáticos, a los
cuales podemos hacer referencia y que hoy en día se encuentran sumergidos en
condiciones absolutamente deplorables.
La intervención del Estado en la economía, de una forma
excesiva y prácticamente visceral, ha sumergido al país con mayores reservas de
hidrocarburos en el mundo, en una situación que prácticamente imposibilita su
extracción, dado que no cuenta con recursos, industrias asociadas y
credibilidad para poder hacer su trabajo y luego sembrarlo nuevamente en cosas
nuevas y mejores. Hasta la próxima entrega @wlagc
http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Excelente artículo donde se retrata de forma auténtica una situación real que bien vale la pena primero internalizar por cada persona, comunidad, fuerzas que sobreviven (No vivas) gremios empresariales y gremiales y organizaciones en general, segundo, converger para tomar conciencia buscar alternativas que si existen y tercero reaccionar y actuar en el desmascaramiento a tanta mentira y descaro con que se pretende engañarnos. Debemos creer en que si es posible y caminar de frente
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