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Opinión



domingo, 25 de septiembre de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 271

Economía dolarizada

Aguas arriba


La dolarización de la economía es un tema que ha sido discutido a distintos niveles, considerando que por los momentos se percibe que en Venezuela todo se maneja pensando  en la paridad cambiaria a nivel de costos y gastos, más no desde el punto de vista de la remuneración de los asalariados, la cual se encuentra extremadamente alejada de la realidad en cuanto a los precios de bienes y servicios, produciendo así serias distorsiones en el poder adquisitivo de todas las personas que hacen vida en el país. Lamentablemente es un hecho extremadamente palpable en el día a día del colectivo y del cual no se visualiza una solución relativamente cerca.

Incluso, los profesionales y empresarios que reciben beneficios en moneda extranjera, abonan a sus cuentas valores que no se parecen en nada a las tasas internacionales, sin importar el nivel del profesional o de empresa prestadora del servicio. A simple vista pareciese que la remuneración es excelente, pero comparativamente nos convertimos en el hazmerreír del mundo, por lo bajo que pueden ser los salarios en bolívares y las posibles compensaciones en dólares. Para un local pudiese ser la diferencia entre tener o no una vida decente, mientras que para nuestros pares afuera, sería el equivalente a ser un homeless, por lo que la pena se vuelve infinita por las brechas que existen, las cuales son honestamente muy difícil de entender y hasta de explicar.

Aguas en el medio

Muchos países han tomado la decisión de sincerar su economía a través del uso del dólar como referencia comercial, teniendo unos resultados más que interesantes. Para esto, se requiere un coraje particular, dado que se estaría renunciando a tener una moneda propia, la cual en sí mismo tiene una historia que contar. No es fácil renunciar, más cuando existe un alto componente ideológico que nubla el pensamiento y persigue generar cada vez más distorsiones. Se hace raro soñar con una decisión de este tipo, cuando se ha gastado tanta pólvora en insultar el país industrializado más importante del mundo y por ende se ha estigmatizado la forma como han venido haciendo negocios en su historia. Lo cierto es que sus resultados han sido abiertamente mejores a los nuestros, con todo y el hecho de que existen cientos de injusticias que no han podido solucionar.

Más allá de todo ese componente social y político que impide dar el paso, está el hecho cierto de que el afectado sigue siendo el ciudadano que confiere en funcionarios públicos el deber de tomar decisiones relevantes, las cuales no son tomadas por la miopía institucional que otros países en condiciones similares han limado en beneficios de muchos y no de un puñados de políticos interesados en enriquecerse y mantener en pie modelos que abiertamente no funcionan y que nunca lo harán, dado que la historia así lo confirma.

Aguas abajo

Los cambios paradigmáticos que se tienen que dar en un contexto como ese son gigantescos, dado que prácticamente se tiene que cambiar la forma como hacemos negocios de la noche a la mañana, teniendo una fuerte incidencia en la determinación del costo de bienes y servicios, márgenes de rentabilidad y por sobre todo en los procedimientos y prácticas empresariales.

Será muy difícil cambiar ese interruptor y considerar que debemos ser más competitivo, dinámicos y detallistas en cuanto a la forma como manejamos las finanzas empresariales y personales, por lo que se vuelve extremadamente interesante este escenario desde el punto de vista estrictamente intelectual. Ya muchas empresas y personas se han ido preparando para escenarios de ese tipo, por lo que la transición sería razonablemente rápida. Sin embargo, el grueso del emprendimiento se dará cuenta del alto costo que tiene el no planificar los negocios desde la a hasta la z, por lo que el impacto pudiese dejarlos fuera de mercado.


No todo sería color de rosas, pero la meta es salir y buscar el milagro económico para Venezuela, donde logremos alcanzar un cambio absoluto de modelo, con el cual se logre salir de este inmenso atolladero que estamos padeciendo a todos los niveles.  Está claro que existe un contingente de profesionales de altísimo nivel, con investigaciones y propuestas de valor técnico y de aplicación sistémica, interesados en poner a la orden estrategias tendientes a lograr mejores resultados. Solo falta voluntad política interesada en escuchar con seriedad y respeto a la academia. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

1 comentario:

  1. Este es un debate muy interesante que se viene dando, el enfoque del articulo pareciera sugerir la dolarización como el paso a seguir, pero hay que tomar muchos factores en cuenta y voy a hacer mención de algunos que considero sin ser un experto, dolarizar implicaría ser dependientes de las decisiones en materia económica que el país emisor de la moneda adopte, en este caso EEUU, cualquier decisión errada en el manejo de su política monetaria o imprevisto que socave la estabilidad de esa moneda (Ataques del 11SEP) influirían inmediatamente sobre nuestra economía, en otro caso, si la intención es fortalecer las bases económicas del país, perder nuestra moneda local sería un índice de inestabilidad e incertidumbre que no todo inversor extranjero vería con buenos ojos, en el caso hipotético de un cambio de rumbo, el diferencial cambiario es un aliciente llamativo para aquellas trasnacionales que quieren invertir en el país cuando las garantías jurídicas y legales lo permitan, inclusive acciones inherentes a soluciones de estabilidad económica como recortar la liquides de moneda o suplir el mercado según las reservas, quedaría bajo influencia de otro estado que no necesariamente tendría los mismos intereses que nosotros. En fin un debate muy muy interesante donde como en la vida, no hay verdades absolutas.

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