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Opinión



domingo, 31 de enero de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 237

IGTF

Aguas arriba


El impuesto que grava las transacciones financieras vuelve nuevamente a la palestra en el país. Ha sido un tributo que se nos ha presentado como el impuesto al débito bancario, como el impuesto a las transacciones financieras y ahora como el impuesto a las grandes transacciones financieras. Es un tributo que solo persigue aumentar los niveles de recaudación tributaria en detrimento del contribuyente, no previendo en ningún caso la capacidad que tienen los sujetos pasivos de afrontar dicha obligación. En su título muestra de manera resonante la expresión “grandes transacciones”; no obstante, en la práctica solo parte del supuesto en el cual un sujeto pasivo especial perse ya se considera que hace grandes operaciones y por ende se convierte inmediatamente en contribuyente.

La realidad es que un sujeto pasivo especial es notificado solo con fines de simplificación de procesos y plazos para la Administración Tributaria, pero realmente de especial no tiene nada, dado que por el contrario se han vuelto en blanco de sanciones más rigurosas y una altísima discriminación que se pone nuevamente en manifiesto con esta normativa. Como cualquier empresa, un sujeto pasivo especial puede estar en situación de pérdida por mala práctica gerencial, producto de la situación que agobia a todos los sectores o una combinación de ambas situaciones; sin embargo, en la práctica son compañías que por la actividad que hacen o por la cantidad de unidades tributarias que facturaron en un ejercicio adquieren un nuevo estatus que lejos de simplificar, requieren de más recursos económicos y de personal para asumir dicho rol.

Aguas en el medio

Las severas distorsiones que se han  dado en la determinación de la unidad tributaria ha afectado a compañías que no deberían ser contribuyentes especiales, pero que lo son por el gran desfase que existe entre esta unidad de medición y la realidad inflacionaria del país, por lo que sencillamente terminan calificándose empresas que aún están en proceso de maduración en cuanto a lo económico y estructura organizativa. Estás empresas son severamente afectadas por esta designación que es hecha de forma unilateral y que pasma cualquier crecimiento.

Adicional a esto, la norma no incluye una definición de grandes transacciones, por lo que en ningún caso limita la aplicación de la misma. Siendo así, cualquier sujeto pasivo especial que haga transacciones financieras está sujeto al impuesto, siendo así, realmente no se están tributando operaciones de importancia, dado que sencillamente se pretende tributar absolutamente todo lo que se mueva financieramente a través o no de la banca, partiendo de la premisa de la designación masiva de sujetos pasivos especiales bajo un esquema rezagado en lo cuantitativo.

Aguas abajo

La norma tiene cientos de asuntos discutibles y una redacción confusa en muchos aspectos, por lo que no terminan de estar claros los mecanismos para gravar operaciones overseas, a través de mecanismos donde no interactúe la banca organizada y las realizadas por contribuyentes ordinarios que tengan “vinculación jurídica” con sujetos pasivos especiales, entre otras tantas situaciones grises que no permiten prever los efectos en su totalidad y que siguen dando carta abierta a la Administración para fiscalizar normas que esencialmente van en detrimento del patrimonio del sector productivo.


Por otro lado, y como ya ha sido costumbre, la norma prevé que no será deducible del impuesto sobre la renta, por lo que dicha erogación deberá ser conciliada a efectos de la determinación de la renta neta fiscal. Este aspecto ha sido ampliamente discutido en el pasado en tributos análogos y aún no ha sido atendido por los legisladores actuales, lo que afecta sensiblemente al contribuyente, sin contar el hecho de que los tributos no deben formar parte para el cálculo de la estructura de costos de las empresas, lo que hace que exista un cerco múltiple al respecto. Todo indica que estamos frente a una nueva reforma que lejos de diseñar mecanismos de incentivo, aleja el sistema tributario a lo que se requiere en estos momentos. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

domingo, 24 de enero de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 236

Emergencia económica

Aguas arriba


Últimamente estamos discutiendo sobre la existencia de una emergencia económica en el país. No obstante, la verdad es que dicha situación ha estado presente en el país en los últimos años, con un incremento significativo de las consecuencias con cada día que pasa. Eso se puede ver en la cantidad de empresas industriales que aún operan en condiciones precarias, las zonas industriales desiertas y un alto nivel de trabajadores informales que ven más rentable hacer colas que trabajar bajo relación de dependencia en entidades de derecho.

De igual forma, la emergencia se notaba con las dificultades para obtener divisas, las trabas para poder importar y exportar bienes, las constantes distorsiones con regulaciones y sujetos activos de obligaciones tributarias que miran de reojo a los sujetos de derecho que hacen actividades lícitas, mientras voltean la mirada ante la informalidad, y en general, observamos una grave emergencia cuando lo básico y elemental se vuelve suntuario para las todas las personas que hacemos vida en el país.

Aguas en el medio

De conformidad con lo previsto en los artículos 10 y 22 de la Ley Orgánica de los Estados de Excepción, en concordancia con los artículos 337 y 338 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, estamos frente a un mecanismo absolutamente legal que debe ser activado en circunstancias que afecten gravemente la vida de la nación, con el cual se pueden restringir ciertos derechos económicos con el objetivo de aplicar mecanismos tendientes a mitigar la emergencia que se presenta. Todo esto se haría de forma expedita y ejecutiva, sin necesidad de que la misma sea discutida con fundamentos técnicos que la sustenten.

Para el caso venezolano, la utilización sistemática de leyes habilitantes ha sido una constante. En la teoría, un decreto de emergencia económica no es análogo; sin embargo, en la práctica pudiesen darse los mismos efectos, por lo que existirían amplias facultades en muy pocas personas. Para ello, tanto la Asamblea Nacional como el Tribunal Supremo de Justicia serán actores estratégicos en este proceso tan interesante que estamos observando y que puede que sean determinantes en aras de generar las condiciones que se requieren para salir del espiral en el cual nos encontramos.

En función a esto, de conformidad con lo previsto en el artículo 42 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, podrán crear, como de hecho lo hicieron, comisiones especiales para discutir el tema y aprobar o no el decreto de emergencia, aun cuando el Tribunal Supremo de Justicia lo haya resuelto como constitucional. Para este momento, dicha situación debe estar plenamente clara para todos los interesados.

Aguas abajo

Podría darse la posibilidad de que la Asamblea Nacional realice sugerencias y que el Ejecutivo las acepte, siendo una manifestación interesante de buena fe de las partes, considerando que el diálogo debe ser la prioridad para con ello dar soluciones tangibles.

No obstante a lo anterior, la Asamblea Nacional está en la obligación de trabajar en la resolución de los problemas, por lo que indistintamente de la decisión que se tome en cuanto al decreto de emergencia, deben aportarse soluciones tangibles y en tiempo razonable para generar condiciones estables para poder mejorar la situación económica del país.

Más allá de cualquier comentario, o de la búsqueda de detonantes de la presente situación, en diciembre pasado vía habilitante se reformó el impuesto sobre la renta y se creó un tributo a las transacciones financieras, cuando en este momento debemos ofrecer beneficios fiscales y seguridad jurídica a los contribuyentes y propiciar nuevas inversiones. Con dicha incongruencia, es bastante complicado poder predecir curas a la enfermedad estructural que estamos presenciando en este momento histórico, ya que de esta crisis estamos convencidos surgirá un modelo productor, rentable y eficiente para el bienestar de todos los que hacen o harán vida en el país. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/



domingo, 17 de enero de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 235

Zonas industrializadas

Aguas arriba


Dar oxígeno a zonas mineras y fronterizas debe ser misión primordial de la Asamblea Nacional con el objetivo de hacerlas productivas y rentables en todas las fases aguas arriba, en el medio y abajo. Con algo de vocación política, seguridad jurídica y beneficios fiscales y financieros se puede abrir la puerta a actividades generadoras de divisas, de productos de calidad y por sobre todo de empleo. No es una tarea sencilla, pero el enfoque debe estar claro, a fin de que el proceso de extracción y procesamiento básico mejore y se impulse la transformación en productos terminados de consumo local y por sobre todo con calidad de exportación. Eso solo lo puede hacer un sector privado que reciba incentivos y que perciba que toda inversión se respetará y retornará en un tiempo razonablemente corto, que beneficie al Estado, a los trabajadores y a los accionistas.

Países como Australia y Canadá tienen importantes reservas naturales, y garantizan que dichas zonas tengan altísimos niveles de calidad de vida para los ciudadanos que allí hacen vida, sustentado en zonas perfectamente urbanizadas, educación de calidad a todo nivel e incentivos en cuanto a seguridad social, que hace que las personas nacidas en zonas más centrales perciban como una verdadera oportunidad de vida el poder desplazar a sus familiares y comenzar nuevos retos en sitios visiblemente apartados, pero que permiten tener unas condiciones envidiables comparativamente. Por otro lado, muchos extranjeros hacen gestiones formales apuntando a esos lugares, considerando que allí las puertas estarán abiertas si cumplen con los requisitos mínimos exigidos por lo entes competentes, lo que aumenta significativamente las probabilidades de éxito.

Aguas en el medio

Puerto Ordaz es una de las ciudades más hermosas del país, es un sitio en el cual confluyen tantos factores positivos, que se hace prácticamente imposible entender las razones que sustentan las fallas que coexisten. Cuenta con reservas naturales, infraestructura y experiencia suficiente como para poder cumplir un rol bastante importante en la transformación de nuestro sistema económico en pro de ser cada vez más productivos; no obstante a ello, la evidencia muestra que efectivamente ha habido un retroceso tangible que hace que sigamos siendo dependientes de empresas en un estado bastante criticable, que a su vez cortan el oxígeno a emprendimientos orientados a la transformación. Eso hace que se pierda constancia, rentabilidad y calidad.

En primera instancia, debe hacerse un levantamiento de las zonas industriales disponibles  y de las infraestructuras que estén en desuso o subutilizadas y poder inventariar con que fuerza transformadora se cuenta, para con esto poder crear mecanismos coherentes con la banca para gestionar recursos tendientes a reactivar esas zonas, mientras en paralelo la municipalidad respalda este proceso con beneficios fiscales claros y tangibles que permitan a nuevos o antiguos empresariados especializados reactivar dichas factorías, demandando metas muy precisas de producción y contratación de personal local, así como una cuota de responsabilidad social razonable, que demuestre el compromiso de todas las partes. Por otro lado, a nivel nacional se deben proporcionar dispensas mayores, que estén igualmente atadas a producción y generación de empleo de calidad, logrando así el efecto multiplicador requerido.

Aguas abajo

De igual forma, el Estado debe garantizar al empresariado la respectiva seguridad jurídica y la demarcación clara de necesidades de la región, para con ello apuntar hacia la misma dirección, estando consiente que el factor intimidación producido por las fiscalizaciones masivas y la ofensa pública hacen que cualquier empresario se retraiga de seguir creciendo. La protección de tribunales es fundamental, para que las amenazas se mitiguen de forma importante, sobre todo en los aspectos laborales y comerciales.

Haciendo un piso jurídico de calidad, muchas zonas con estas mismas características podrán ser bastión y ejemplo del cambio económico que debe darse en el corto plazo. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com


sábado, 16 de enero de 2016

Valoración Binomial Aplicado a la Realidad Venezolana

Sin duda alguna, el contexto en el cual vive la comunidad económica venezolana es bastante
particular, si comparamos la manera como se han desarrollado los eventos en al menos las últimas dos décadas con el desempeño de los vecinos del continente, producto del desarrollo y ejecución de un esquema en el cual el Estado tiene todas las intenciones y recursos para participar como protagonista en los mercados neurálgicos, e incluso intervenir de forma directa en los de menor escala, creando para alguna parte de la población venezolana, cierto nivel de inconformidad producto de la manera como se mueven los distintos indicadores financieros emitidos o no por fuentes oficiales, que demuestran un desempeño poco alentador.
Esquemas poco competitivos y con altos niveles de riesgo generan dos reacciones bastantes extremas; la primera de ellas es la de invertir en cantidades interesantes, considerando que a mayor riesgo, mayor serán los rendimientos, lo que sin duda alguna genera en el inversor una suerte de ansiedad financiera por el hecho de encontrarse en terrenos que requieren de ejecuciones quirúrgicas y una dosis particular de olfato para los negocios. Por otro lado, la siguiente reacción razonable es la de sencillamente repelarse, retirar la inversión o sencillamente irla redireccionando a otros mercados más seguros, a fin de poder disminuir riesgos, incluso en detrimento de obtener altos niveles de rentabilidad, lo que sin duda alguna afecta y revierte el proceso formativo agresivo que es el que alimenta la resiliencia de todo empresario de carrera y no de oportunidad.
Ante esta situación, puede que el inversor local (y algún inversor extranjero muy especializado) vean con preocupación el poder confiar en acciones u obligaciones de empresas que se les haga muy difícil poder cumplir medianamente con premisas financieras lógicas que pueden plantearse en el corto, mediano y largo plazo, por lo que se hace más complejo presumir posibles escenarios viables que permitan visualizar patrones de consumo y sobre todo niveles de ganancia y rentabilidad en un lapso de tiempo finito, considerando el hecho de que los inversores normalmente se mueven en un ambiente altamente especulativo, dado que su razón de ser no es la de mantenerse con acciones o deudas hasta su liquidación o vencimiento, si no estrictamente con fines especulativos.
Esta situación y particulares niveles de inseguridad jurídica han logrado liquidar parcialmente el interés de empresas por ser de capital público, por los niveles de exposición y formalidad que requieren para hacerlo e inyectan de desánimo a posibles inversores, dado que los rendimientos que ofrece ese mercado son extremadamente marginales al ser comparados con la inflación anual observada en al menos el último quinquenio de vida republicana, lo que sin duda alguna crea un coctel difícil de revertir, considerando que prácticamente cualquier actividad es muchísimo más rentable que el mercado de capitales abiertos. En muchos países del mundo, ante bajas tasas de interés y el deseo en participar en entidades con perspectivas de crecimiento, el comprar acciones o adquirir obligaciones se convierte en el ABC de cualquier persona o entidad jurídica con ciertos niveles de excedente y disposición.
Desde hace cierto tiempo, el Estado venezolano ha tenido como objetivo el poder garantizar que las entidades que hacen vida en el país disminuyan sus niveles de ganancia, con el objetivo de presionar a la disminución de los precios de venta y evidentemente la inflación que ha venido golpeando al país suramericano con las reservas probadas internacionales de hidrocarburos más importantes del mundo. Normalmente, para poder disminuir los precios de los productos, se trata de ser más efectivo en el sistema de costos y procurar tener análisis tendientes a la eficiencia. De igual forma, el incentivo a la producción en masa hace que ciertos costos se vayan diluyendo, generando un efecto interesante en el costo unitario, lo que hace que los productores puedan manejar ganancias interesantes por volumen. De igual forma, en muchas jurisdicciones se trata de garantizar que existan múltiples actores de calidad, que cree una presión entre ellos mismos que tienden a que el consumidor demande productos de buena calidad y al mejor precio posible, fundando una dinámica que hace que la competencia entre productores los presione a convertirse en eficientes, productivos, al menor costo y con una oferta de valor clara que tienda a crear diferencias competitivas visibles.
De igual forma, en muchas latitudes, el precio de venta de bienes de interés nacional, son probablemente regulados de una forma discreta, privada y casi concertada de forma armónica entre el Estado y los productores, considerando que siempre habrán situaciones en las cuales la oferta y la demanda no podrán regularse solas, necesitando un Estado eficiente y muy estadista para ejecutar ciertos niveles de control que no creen zozobra y temor en el resto del mercado, pero que en simultaneo logren el objetivo final de proteger a cierto estrato social que tiene derecho al consumo de productos básicos y fundamentales a precios razonablemente accesibles. Dichos controles pueden unirse a la invitación a nuevos productores, el aumento de la capacidad instalada de los actuales y en general a propiciar condiciones para que las medidas de control sean temporales, teniendo una fecha de caducidad precisa.
Si la estrategia no es esa, puede que las consecuencias sean la desaparición sistemática de los muchos o pocos que estén activos, dado que se manejan en mercados donde prácticamente se crea un carácter social en su actividad, lo que sin duda alguna perjudica el patrimonio de cualquier inversor que colocar recursos sobre la mesa y propone propuestas de valor que tienen como fin generar renta para sus accionistas y relacionados. En caso de que esa parte de la ecuación no se cumpla, forzosamente se debe incursionar en nuevos mercados o incluso retirarse de todos y manejarse en negocios en los cuales la desmaterialización sea el principal objetivo, lo que impacta directamente en el empleo, en la recaudación tributaria y en general en la prosperidad.
Un sistema de precios justos que presione a los pocos que actúan a vender sus productos a precios regulados, mientras en simultaneo asumen riesgos muy altos, puede que genere distorsiones sistemáticas, mientras en paralelo ahuyenta a otros a invertir, aun cuando a mucha distancia se puede ver que existen oportunidades infinitas, considerando que el mercado podría estar ansiosamente esperando por particulares dispuestos a producir en serie sin importar los precios de venta, dado que no hay bien más costoso que el escaso. Para ello, la estrategia debe ser muy clara, a fin de garantizar condiciones básicas que tiendan a incentivar, facilitar e invitar a personas capaces y sociedades comerciales dispuestas a invertir recursos, en el entendido de que obtendrán beneficios.
Ahora bien, con todos estos antecedentes, está claro de que una política de Estado como actor principal de la economía, alta inflación (producto del golpetear indiscriminado), controles de precios, presión tributaria, inseguridad jurídica, serios problemas en cuanto a la realización de trámites públicos (con todo y el hecho de contar con normas que buscan evitarlo) y en general todo un ambiente hostil para hacer negocios, genera que los particulares en el ruedo tengan que hacer un esfuerzo gigantesco para persistir sin desfallecer, que los emprendedores con proyectos viables no consigan recursos frescos y por ende muchas ideas queden en el tintero y que desde hace un tiempo importante el mercado de bolsas de valores haya llegado a una quiebra técnica evidente por falta de apetito de todas las partes que deberían sentirse atraídas a intervenir o recibir dinero orgánico de manera afanosa.
Toda esta vorágine ha llevado al país a dar un paso atrás, llevándolo a un aparente limbo en la que se observa con mucha nostalgia los tiempos en los cuales se podían mover recursos de forma dinámica, logrando hacer inversiones con mucha confianza y creando altos niveles de adrenalina para los interesados en obtener beneficios. En un ambiente así, cada día en los negocios se convierte en una especie de competencia de creatividad, con el fin de ser rentables de forma consistente, a través de modelos sofisticados de inversión, garantizando que prosperidad, abarcando todas las fases de las distintas áreas productivas explotables.
Ahora bien, cualquier negocio en marcha necesita conocer sus valor a fin de poder ver su situación actual y que tan apetitivos pudiesen mostrarse ante el mercado en caso de querer hacerse públicas, recibir financiamiento bancario e incluso pensando en la posibilidad de fusiones o adquisiciones totales o parciales. Mediante ciertas técnicas aplicables, los financistas logran determinar el valor de acciones e intangibles de la manera más precisa posible y así poder mostrar una cara cuantitativa certera para el mercado. Una vez determinado dicho precio, y evaluados las exposiciones laborales, fiscales y ambientales (mediante la aplicación de due dilligence) se logra obtener un precio base de acciones para de allí comenzar procesos de negociación en pleno.
De acuerdo algunos estudios llevados a cabo en la Universidad Complutense de Madrid, de entre los métodos de valoración existentes, el binomial es relativamente sencillo y bastante intuitivo, lo que garantiza que la calidad de los resultados sea realista para efectos de los directivos y empresarios. Obviamente hay métodos más precisos y sofisticados; sin embargo, tienden a convertirse en sistemas muy complejos para el entendimiento de  los ejecutivos. Esto hace que sea en ocasiones difícil poder explicar los resultados de forma razonablemente entendible para las personas o entidades que pueden intervenir en un proceso de negociación. De acuerdo a Cox, J., Ross S., y Rubinstein, M. (1979): “Options pricing: a simplified approach”. Journal of Financial Economics. N°7. Pags. 229-263, este método de valoración realiza cálculos en tiempo discreto, con la vista puesta en la valoración de opciones sobre acciones pero que, sin embargo, es perfecto para valorar opciones reales.
Cuando las condiciones económicas de un país son predecibles, en cierta forma es sencillo valorar el precio de acciones de negocios en marcha, permitiendo crear una banda lógica para un lapso de tiempo razonable. Este tipo de herramientas permite a las Compañías generar confianza en los mercados y de una u otra forma, conocer si el camino tomado es el correcto para poder seguir generando beneficios en favor de los accionistas. Los trabajadores también ven este tipo de cálculos como alentadores, dado que demuestran la solidez de sus puestos de trabajo. Estos cálculos normalmente tienen un carácter confidencial; sin embargo, también puede ser parte de informes ejecutivos de gestión empresarial, lo que busca demostrar la calidad de las personas que toman decisiones importantes dentro de la organización.
En la práctica, el modelo de valoración binomial se puede aplicar a partir de los pasos que de seguido detallaremos, los cuales de forma sistemática y con ciertas premisas medianamente claras, permitirá determinar un cálculo confiable para los usuarios. A efectos pedagógicos, suprimiremos las fórmulas, haciendo mayor énfasis en las posibles limitaciones con las cuales pudiésemos conseguir en nuestro entorno actual, el cual de forma introductoria ha sido descrito en el presente ensayo.
1.             Estimar variables  básicas del modelo.
a.         Debe ser determinar el valor del activo real subyacente, para el cual se requiere del valor actual de los flujos de caja que el proyecto promete generar en el futuro, descontados a una tasa ajustada a su riesgo sistemático. Esto representa un importante obstáculo, considerando lo complejo que puede ser determinar el flujo de dinero del que deberá desprenderse la entidad, producto del fuerte impacto que genera la inflación.
b.             Valor de precio de ejercicio, el cual está asociado al costo del proyecto de inversión.
c.              El tiempo del que se dispone para ejercer la opción.
d.            La volatilidad, la cual viene medida por la desviación típica de los rendimientos del activo real subyacente (otro obstáculo y punto clave para la evaluación).
e.              Tipo de interés sin riesgo para el período.
f.              Dividendos estimados a lo largo de la vida de la opción.

2.            Diseño del árbol binomial, lo que genera el valor de los coeficientes de ascenso y descenso con objeto de ver la evolución futura del valor del activo subyacente a través de un árbol binomial.

3.        Obtención del valor de la opción, el cual consiste en calcular el valor intrínseco de la opción, para luego calcular el valor de las probabilidades neutrales al riesgo.

El método binomial puede aplicarse para un período, para dos períodos y para varios períodos, lo que brinda una perspectiva eficiente de gestión (a través del rendimiento) y de mercadeo para el caso en el cual se esté a las puertas de fusiones y adquisiciones o incluso liquidación por parte de los accionistas de forma parcial o total. Aplicar este tipo de modelos brinda confianza y sencillez a la difícil tarea de medir el tamaño de una Compañía en el tiempo, proporcionando un rango de acción para la toma de decisiones en tiempo real, lo que sin duda alguna presenta cierto tipo de punto de equilibrio para el nuevo inversionista o para para el accionista que desea incursionar de forma más agresiva o en el mercado, o sencillamente enfocar sus esfuerzos a otros sectores más rentables y seguros.
En un ejemplo muy sencillo, podemos mencionar a una entidad que el valor de las acciones actualmente es de Bs100.000 y que mediante el método de valoración binomial se determina que al cabo de un año, el precio rondará entre los Bs80.000 y Bs120.000, lo cual luce lógico en un ambiente con baja inflación y altos niveles de seguridad jurídica; no obstante, si el mercado es altamente volátil y el sector en particular puede ser apetecible para expropiaciones o profunda participación e intervención por parte del Estado, puede que el precio de las acciones tienda a cero, sin importar el hecho de que cuenten con un know how de alto nivel o incluso de una plusvalía teóricamente de peso, producto del esfuerzo de accionistas y colaboradores.
Siendo así, los métodos de valoración pueden tener mucho valor para grupos empresariales extranjeros que quieren conocer el valor de sus activos en Venezuela, pudiendo con ello decidir si es momento de liquidar dichas inversiones, o si deben aplicar medidas como el down sizing para disminuir sus riesgos. De igual forma, con estas metodologías, algunas transnacionales han decidido desconsolidar la información financiera local a efectos corporativos, no castigando el grupo por las desviaciones que se dan en nuestro país, producto principalmente del control cambiario, que impide la repatriación de dividendos y en cierta medida la compra de bienes y servicios para efectos de la explotación de actividades comerciales.
Para un grupo empresarial extranjero, poder medir con fiabilidad que la inversión generará rendimientos en un tiempo razonable es tarea primordial. El precio de la acción y sus variaciones dan un indicativo claro de si la tan ansiada rentabilidad se dará y por supuesto vislumbrará el tiempo en el cual dichos recursos serán retribuidos en cabeza de los accionistas para con ello poder emprender nuevos negocios en la misma rama, en áreas complementarias o en otros segmentos de interés. Desde hace mucho tiempo, las corporaciones monitorean sus activos y se plantean esquemas sofisticados para con ello ir adaptando negocios, o buscando alianzas estratégicas que permitan avanzar.
Existen diversos métodos de valoración, por lo que para efectos didácticos es conveniente reflejarlos gráficamente a través del cuadro N° 1, la cual muestra un enfoque bastante interesante de las distintas formas de conocer los negocios en los cuales cumplimos el rol de líderes o de asesores. Evidentemente, cada uno de ellos tendrá mayor o menor complejidad para los usuarios; sin embargo, el olfato y la experiencia del analista serán clave para poder ponderar elementos que no se ven en los números, pero que forman parte del trabajo. Muchos estudiosos concluyen que es un trabajo de sentido común, por lo que no basta la titulación para poder comprender los mercados y sus efectos.
Cuadro 1

 Entender qué se está haciendo (método), para qué se está haciendo la valoración (para fusiones, adquisiciones, compra/venta de acciones, consolidación de estados financieros, entre otras) y para quién se está haciendo (para accionistas actuales, nuevos inversionistas, para los mercados de capital), será la plantilla para con ello poder analizar, interpretar y explicar la valoración de un negocio bajo cualquier método. Lamentablemente, en el contexto en el que estamos, es poco visto y aplicable este tipo de estudios. 

domingo, 10 de enero de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 234

Reforma

Aguas arriba


La disponibilidad de la renta desde el punto de vista jurídico es de suma importancia para poder comprender la dinámica del Impuesto Sobre la Renta; no obstante a ello, la disponibilidad económica de dichos recursos es más importante aún, considerando que con ello se logran extinguir otras obligaciones conexas. Tener que pagar impuesto sobre rentas que no han sido cobradas efectivamente genera serios problemas de caja que son de difícil solución en la trajinar diario. Hacer negocios con entes (de cualquier sector) que no paguen oportunamente ha logrado quebrar negocios que no han estado en la capacidad de diversificar sectores y tipologías de clientes.

El primer causante de esto, lamentablemente, son las mismas entidades que se cubren en el manto del Estado, las cuales han puesto en jaque a empresas pequeñas  que nacen y funcionan como proveedores exclusivos de éstos, cortándose el oxígeno de a poco  al momento de interactuar con sus propios proveedores, colaboradores, accionistas y evidentemente con el mismo Estado pero en la figura de sujeto activo de obligaciones de carácter tributario. En función a esto, siempre ha sido clamor el poder crear mecanismos que tributariamente procuren apoyar a los contribuyentes; no obstante, los intentos no han sido exitosos.

Aguas en el medio

Por otro lado, tenemos el aparataje relacionado con los incentivos a negocios en marcha o proyectos nuevos con el fin de poder hacer sus tareas de fortalecimiento industrial, ofreciendo esquemas tributarios simplificados que motiven a invertir. En la política fiscal probablemente es más beneficio generar fuentes de empleo formal, que recaudar tributos, por lo que es claro ver en gobiernos serios la intensificación de ventajas irrenunciables que generan increíbles efectos multiplicadores. Algunos pudiesen decir que allí se renuncia a la potestad de los Estados, en lo particular pudiese pensarse que es lo opuesto, considerando que lo importante es que el colectivo este cada vez mejor.

En la misma sintonía, los países han tratado de generar más incentivos a través de esquemas de disminución de tasas impositivas, buscando así maximizar las ganancias de los particulares, con el objetivo de que estos sientan la necesidad de seguir creciendo (eso es igual a más fuentes de empleo formal y de calidad), y no al simple recelo y típico discurso patriotero de considerar que se beneficia al poderoso por encima de los intereses de la clase trabajadora. Todo está en función de la óptica con la cual se mire, pero lo cierto es un Estado debe manejarse con la  misma sincronización que se utiliza para hacer cualquier negocio rentable, de lo contrario, estaremos justo frente de la puerta que cruzamos hace ya un buen rato y que una parte significativa ignora advertida o inadvertidamente (no sabría decirse cual es mejor). Siendo así, regresar a esquemas donde el tipo impositivo aumenta, aumentando (increíblemente) con ello el mal uso de los mismos recursos, pareciese ser una tonada confusa.

Aguas abajo

Por último pero no menos increíble es el efecto que genera la inflación en la economía de un país. No es algo que solo sale en el periódico como una especie de crónica, dado que es una realidad indiscutible que padece la sociedad en pleno, considerando que se percibe desde el mismo momento que despertamos y que ha causado tantos problemas a todos los sectores de la vida. Aunque sea difícil de creer para algunos, la inflación afecta a la clase baja, media (lo que queda) y alta en mayor o menor medida. Los negocios lo sufren no solo desde el punto de vista conceptual, dado que tiene un impacto serio en la manera de hacer actividades productivas. Desconocer este efecto en los resultados de los contribuyentes, tampoco tiene mucho sentido técnico.

En líneas generales, todos estos puntos de suma importancia fueron reformados el pasado 30 de diciembre de 2015 vía habilitante, con carencias técnicas y por consiguientes con problemas operativos para todos los que interactuamos con la tributación y las finanzas en general. La materia tributaria debe ser legislada atendiendo el entorno, lo legal y por sobre todo a la luz de los principios. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/


domingo, 3 de enero de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guyana N° 233

Empresariado para un nuevo ciclo

Aguas arriba


En una añoranza, un empresario modesto y dedicado inició su ciclo de negocio de forma muy detallada y profesional, construyendo con ello una reputación de persona dedicada y responsable para con sus proveedores, clientes, gobierno  y trabajadores. Con esto, logró calar en su mercado e ir construyendo de a poco. Su estrategia era sencilla; gozaba de crédito de sus proveedores y pagaba a tiempo y completo, vendía a sus clientes a precios razonables (donde se generaba una ganancia atractiva como inversionista) y cumplía con sus obligaciones para con sus colaboradores y con las normas legales y tributaria vigentes (las cuales eras bastante cumplibles, dado que estaban diseñadas en una justa medida). Este señor tenía muy claro las diferencias que existían entre sus necesidades personales y las del negocio, por lo que no las ligaba entre sí.

Dentro de su dinámica, podía tener acceso a divisas y hacía correcto uso de ellas y con ello podía con su proceso productivo generar valor y en simultáneo diseñaba la forma de garantizar que en el mediano o largo plazo pudiese abastecerse en su totalidad en el país. Con el paso del tiempo se percató que su producción ya podía ir a otros mercados, y el Estado le garantizó todas las condiciones para que lo hiciese sin trabas ni pérdidas forzadas. No tenía que pagar comisiones por derechos garantizados en la constitución y con esas divisas podía auto abastecerse, invertir en nuevos proyectos dentro y fuera del país y en general contribuir con la actualización tecnológica del país, de sus trabajadores y de sus emprendimientos.

Aguas en el medio

Una empresa así no tiene posibilidades de irse a la baja, si cuenta con accionistas y personal interesados en ser cada vez mejores en lo profesional y en lo personal y si está respaldado por una banca seria y un gobierno que observa (pero que no trata de sabotear lo que se está haciendo) el éxito esta garantizado. Bajo ese esquema, a un empresario lo único que le resta es seguir creciendo y con ello contribuyendo en mejoras tangibles para los colaboradores que están allí soportando las operaciones desde el campo de acción. Esto sin duda alguna genera el tan ansiado efecto multiplicador, considerando que esas condiciones positivas redundan en alimentación, cobijo y educación de calidad para los hij@s de todas esas personas que ponen su esfuerzo y empeño.

Esto motiva no solo a ese empresario, sino a sus generaciones y a los que lo rodean a replicar modelos de similar naturaleza, contribuyendo así con una sociedad justa y equilibrada, donde cada quien pone lo mejor de sí y sea respetado, valorado y apoyado. En esa sociedad no se permite que el patrono humille al colaborador, pero tampoco se invita al colaborador a que sea un dique funcional para el logro de objetivos corporativos. Es una sociedad donde el esfuerzo se valora y la calidad se aplaude.

Aguas abajo

Cuando esta actividad que realiza un empresariado es intervenida por medio de alcabalas, controles excesivos, presiones, corrupción, solicitud de dádivas, expropiación, intimidación, castigos y cualquier otro medio parecido, se logra con ello garantizar que personas de esta clase vayan desapareciendo de forma sistemática de nuestro sistema. Esos hombres y mujeres siempre serán productivos en cualquier parte del mundo y no habrá patriotismo que valga si un emprendedor tiene deseos de llevar a buen puerto una gran idea. Siendo así, el gran afectado siempre será el de a pie, quien tendrá que soñar despierto ante nuevas oportunidades por venir.


El empresario que no esté en estos estándares positivos que se acaban de describir, que constituya empresas solo con el objetivo de hacer actos ilegales o que de una u otra forma afecten negativamente al consumidor, deberá ser sancionado proporcionalmente a su falta, y serán los especialistas del derecho los encargados de crear un sistema que sea razonable, donde no se vulneren sus derechos, que sea ejemplarizante pero que al mismo tiempo le permita volver a comenzar para hacer mejor las cosas, de lo contrario, un nuevo inicio estará lleno de muchos tropiezos. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/