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Opinión



martes, 30 de mayo de 2017

Aprender haciendo, aprender aportando

Presentado por:
García, Wladimir[1]
Guayana, Junio de 2017
ÍNDICE

RESUMEN

El siguiente ensayo está dirigido a analizar la utilidad del constructivismo como teoría instruccional, haciendo especial énfasis en el método “Aprender Haciendo”, diseñado por el carismático Robert Schank, planteándose un enfoque orientado a generar valor en sociedades que requieren resultados tangibles en la interacción entre los distintos factores de la sociedad.
Cada teoría instruccional proporciona condiciones razonables para generar un efecto tangible en el proceso de enseñanza, siendo la clave principal el poder identificar su aplicabilidad dependiendo de todas las variables existentes. Conductismo, cognitivismo, constructivismo y conectivismo, cada una es su espacio y audiencia; lo interesante sería poder brindar conocimientos y que los mismos sean aplicables, garantizando con ello la generación de un discernimiento mayor. Los tiempos por venir en Suramérica, y específicamente en Venezuela, requieren de la aplicación constante del conocimiento, traduciéndose en efectos tangibles y aprovechables, en regiones donde todo está por hacerse. En este contexto, “Aprender haciendo” será una metodología bastante razonable y por sobre todo aprovechable. El gran reto será poder garantizar condiciones para que empresarios, academia y Estado se junten, para con ello garantizar accesibilidad al estudiantado.

ABSTRACT

Following essay is aimed to analyze the usefulness of constructivism as an instructional theory, with special emphasis on the "Learning by doing" method designed by charismatic Robert Schank, proposing an approach oriented to generate value in societies require tangible results on the interaction between the different factors.
Each instructional theory provides reasonable conditions to generate a tangible effect in education process, being main key to be capable to identify its applicability depending on existing variables. Behaviorism, cognitivism, constructivism and connectivism, each one on its space and audience; interesting thing would be to provide knowledge applicable, thus guaranteeing the generation of greater discernment. Times to come in South America, and specifically in Venezuela, require a constant application of knowledge, translating into tangible and useful effects, in regions where everything is yet to be done. In this context, “Learning by doing” will be a fairly reasonable methodology and, above all, exploitable. The great challenge is going to guarantee conditions for entrepreneurs, academia and the State to come together, to ensure accessibility to students.

DESCRIPTORES/KEYWORDS

Teorías Instruccionales, Aprender Haciendo, Constructivismo. Instructional Theories, Learning by Doing, Constructivism.

INTRODUCCIÓN

De las diferentes teorías instruccionales desarrolladas siempre existe la tentación de decantarse por una en perjuicio de las otras. Cada corriente trata de crear una barricada que persigue encuadrar los conceptos en una especie de manto sagrado, incluso a cuenta de ser poco eficiente de cara al proceso de enseñanza/aprendizaje. Las posiciones más atractivas son las que llevan a ser conservador, comprendiendo con ello que para cada situación pudiese ser más efectiva una u otra metodología, o en ocasiones hasta la combinación de todas en la medida de las posibilidades.
Esto incluye el nivel de instrucción de los participantes, sus experiencias previas e incluso el tópico a tratar, por lo que la revisión previa de la audiencia y demás elementos es fundamental al momento de encarar semejante compromiso. La misma dosis no siempre sirve para distintos pacientes; eso hay que interiorizarlo, aprenderlo y aceptarlo en pro de un bien mucho mayor.
Ertmer y Newby (1993) concluyeron en “…no abogar por una teoría en detrimento de otras, sino más bien acentuar la utilidad de estar bien compenetrado con cada una. Lo que significa que uno debe no trabajar sin una teoría, al contrario, debe seleccionar, con criterio y fundamentándose en la información recolectada sobre el nivel de competencia de los estudiantes y el tipo de tarea de aprendizaje, los métodos apropiados para lograr los resultados óptimos de instrucción en una situación determinada”. Sin duda alguna, esto encuadra en una visión bastante razonable, considerando que la era moderna requiere de mucha adaptación para poder desaprender, aprender y aplicar los conocimientos en favor del entorno y no como mera adquisición estéril de conceptos.
De acuerdo a la distribución de las tendencias pedagógicas en las disciplinas presentada por el Radar de Innovación Educativa 2017 de Edu Trends-Mayo 2017, carreras de las ciencias sociales y económicas; humanidades y de la conducta; biotecnología y agropecuarias; medicina y salud e ingeniería e industria es mucho más eficiente el proceso de aprendizaje cuando se realizan estrategias basadas en retos, que permiten al estudiante la aplicación práctica de tareas que están orientadas a cumplir su rol profesional de forma anticipada. Por otro lado; física, matemáticas y ciencias de la tierra son más productivas bajo un esquema de educación basada en competencias, mientras que biología y química elevan su productividad baja un manto colaborativo. En este sentido, pareciese que el constructivismo medido y analizado de forma apropiada, puede generar vertientes convenientes ante cada necesidad. No por ello, se pretende plantear como favorito en el debate, pero si útil de cara a la generación de contenidos y por sobre todo, resultados que puedan tocarse y usarse.
En función a ello, y partiendo de las necesidades de cada región, la academia debe propiciar estrategias que sean eficientes y con efectos medibles en tiempos razonablemente cortos, considerando que el futuro es hoy y no queda más remedio que apoyar con condiciones para tener “…estudiantes capaces de adaptarse para funcionar bien cuando las condiciones óptimas no existen, cuando las situaciones son impredecibles y las tareas requieren un cambio, cuando los problemas están desordenados y mal formulados y las soluciones dependen de la inventiva, la improvisación, la discusión y la negociación social” (Ertmer y Newby, 1993); para la Venezuela de hoy, estudiantes deseosos de aportar, servir, crear y construir. En función a ello, ¿Será el constructivismo productivo el camino que deberemos recorrer en Venezuela? El presente ensayo plantea la posibilidad de que así sea.

I.              El constructivismo y el contexto

Para el Consejo Nacional Técnico Pedagógico, en su publicación compilada “Una Mirada a la Teorías y Corrientes Pedagógicas” (2013, p. 30), “…el conocimiento no se descubre, se construye; por eso considera como verdadera a la enseñanza que ayuda al desarrollo de la persona, y en función de la cual se puede explicar y valorar cada aprendizaje particular”, lo que sencillamente impulsa a que la experiencia sea más efectiva cuando los participantes hacen la actividad de forma proactiva, siendo un efecto altamente motivador el poder ver resultados de manera tangible y aprovechable incluso para el entorno y su área de afectación. Este último punto realzaría sustancialmente su utilidad de cara a la sostenibilidad de la sociedad y de sus instituciones académicas y empresariales; considerando que no hay nada más halagador que sentirse participe de una obra terminada, dado que eso definitivamente demuestra el involucramiento ciudadano y su ejercicio pleno bajo un esquema de justicia y libertad.
Piaget, Bruner, Goodman, Perkins, entre otros; sentaron las bases de toda una revolución en cuanto a teorías y modelos instruccionales, considerando que con el constructivismo se lograría un proceso activo de aprendizaje, por intermedio de la construcción de nuevas ideas, partiendo de lo aprendido. Tal como lo detalla el Radar de Innovación Educativa 2017 de Edu Trends-Mayo 2017, en el constructivismo se da lo que algunos denominan como el “Aprendizaje Auténtico”; dado que allí el estudiante relaciona lo visto con lo aprendido, ajustando y reconstruyendo en el proceso. Experiencias y conocimientos se entrejuntan y crean un todo altamente sofisticado y provechoso.
El constructivismo luce muy apetecible en un contexto que requiere de mano de obra calificada, por lo que sin duda alguna, socialmente pudiese tener un impacto significativo y tangible en beneficio de un colectivo, y no sólo como un aval que genere cierto tipo de certificación estéril que solo tenga como fin abultar resúmenes curriculares sin mayores consecuencias.
Venezuela ha tenido unos cuantos ejemplos tangibles, principalmente en lo que fuere en otrora el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (actualmente INCES), ente que propuso una serie de oficios técnicos de corto aliento, donde el estudiante compartía en diferentes áreas los aspectos de aula, aplicados de forma consciente y con resultados tangibles. Con el paso del tiempo, su efecto se ha vuelto desafortunadamente marginal, pero sin duda alguna totalmente recuperable y replicable.
Así como este caso, podemos conseguir muchos otros ejemplos variopintos (escuelas técnicas, sistemas de pasantías, entre otras) que sin duda alguna colocan al estudiante al volante del avión, a fin de pilotear y aprender. Lograr ese objetivo es fundamental para garantizar que el proceso de enseñanza se fije, sea eficiente genere más conocimiento y deje sobre la mesa diversos entregables. Todo indica que el contexto que se vive en el país, y que marca el camino que debemos seguir para su reconstrucción, traza una ruta marcada por el concepto de aprender, hacer, equivocarnos y corregir, siempre con una base sistémica y científica clara y estratégica. En función a ello, el constructivismo cuenta con todo el aparataje motivador para poder delinear planes concretos y focalizados por región y sector de la economía.

II.           Aprender Haciendo

Reigeluth (1999, p. 176) considera que “las escuelas necesitan en la actualidad un cambio radical” donde el conocimiento se base en hechos reales y no en aproximaciones teóricas. En torno a ello se explaya en abordar los Argumentos Basados en Objetivos (ABO) como el medio apropiado para simular tareas con objetivos medibles para el estudiante, que permitan el empoderamiento del conocimiento de forma más eficiente. Indudablemente, esta postura visualiza significativos problemas en la educación tradicional, considerando que ésta última no permite aprender técnicas, sino teorías que no en todos los casos son aprovechables en la cotidianidad, coartando incluso la retención del conocimiento perse por falta de motivación y asociación. Esto por supuesto abre la brecha entre el “saber qué” y el “cómo” empleado en la práctica. ¿Qué pasaría si de forma institucional, la academia abriera las puertas a la industria y existiese un aprovechamiento real e inmediato? Sin duda alguna esta sería la panacea ya explorada en muchas instituciones con resultados destacables, tal como fue el caso en Venezuela del Centro Venezolano Alemán de Capacitación (CEVAC).
Siendo así, se coincide en que “resulta lógico enseñar a los alumnos facilitándoles experiencias valiosas que les estimulen a poner en práctica técnicas que ayuden a conseguir un objetivo motivador. La forma de poner en práctica dichas técnicas debería guardar una estrecha relación con su utilidad fuera del entorno de aprendizaje” (Reigeluth, p. 177). Más conveniente aun será si el empresariado, el Estado y la comunidad pueden aprovecharse de dicha metodología en pro del colectivo de forma inmediata, lo que sin duda alguna le daría un mayor valor al conocimiento. Estudiantes de ingeniería construyendo, jóvenes emprendedores ejecutando proyectos de sistematización en tiempo real, conservacionistas creando tecnología limpia, y tantas otras tareas que pueden darse de forma consciente y sin pretextos moralistas en cuanto al dar y recibir en la interacción que debe darse entre todos los actores involucrados. No es suficiente hacer una acción social para poder optar a titulación en el país.
Estas consideraciones se ven alineadas con el Informe Faure y Delors, propiciado por UNESCO, donde la educación debe ser sostenible (en todas sus dimensiones), con un alto sentido humanista, soportada en políticas gubernamentales claras y, por sobre todo, concebida como un bien común. Cuando juntamos en un mismo plano a todos los actores sociales, políticos y económicos, evidentemente se materializará la creación de un sistema que sea regionalmente útil y provechoso para el colectivo, sin contar que pudiese llevarse niveles de especialización de alta envergadura en provecho de lugares que probablemente en la actualidad se encuentran desfavorecidos en cuanto a la satisfacción de sus necesidades ciudadanas. ¿Cuántas soluciones habitacionales se han entrega en zonas donde no existen fuentes de empleo formales?

III.        Venezuela, en proceso de desarrollo

Habitualmente, se clasificaba a los países entre desarrollados y subdesarrollados. Podríamos conseguir otras tipologías; no obstante, está última fue la que masivamente se aceptó. Las naciones intermedias se consideraban en vías de desarrollo, lo que les otorgaba un estatus interesante de cara a la comunidad internacional. Venezuela estuvo por años en dicha categoría, habida cuenta de sus ventajas competitivas y comparativas de las cuales aún cuenta. El tiempo pasa y los logros no se hacen evidentes y el mundo desecha estos conceptos y marca el camino para los países emergentes; lamentablemente, en esa lista no estamos incorporados, dado que falta que primero solucionemos un par de problemas internos con los que debemos lidiar.
En función a esto y partiendo del hecho de la grave situación política, económica y social que vive el país, todo indica que la alianza estratégica entre el empresariado, la academia y el Estado redundará en condiciones apetecibles y totalmente aprovechables de cara al contingente de estudiantes interesados en recibir educación de calidad y accesibilidad, en tanto y en cuanto esto genere un impacto medible en el proceso de aprender, hacer y dejar evidencia mediante el aporte claro. Este enfoque generaría una serie de retos, dado que propiciaría el ingreso a la academia de personal especializado dispuesto a construir junto con los estudiantes (probablemente con nula experiencia docente, por lo que será otro problema al que deberá buscársele solución honesta y pragmática en la medida de lo posible) y la apertura clara y con pocas restricciones de la infraestructura empresarial y gubernamental en pie.
Los beneficios serían incuestionables, considerando que se propiciaría la creación de mano de obra altamente especializada en un tiempo razonablemente corto y direccionado claramente a las apetencias de la región. El Estado deberá tejer condiciones claras para que el empresariado sienta que mejorarán sus niveles de rentabilidad si apoya a la academia en la formación de sus futuros trabajadores. Dadas las circunstancias, probablemente este sea uno de los escollos más importantes. A más incentivo (incluso en materia fiscal), mejores resultados, partiendo del hecho cierto e irrenunciable de que tanto las empresas y universidades privadas y públicas deben ser rentables, que el estudiante desea aprender y luego tener un trabajo que le permita vivir de forma honesta, cómoda y justa, mientras que las ciudades requieren de infraestructura e innovación constante, con el objetivo de anticiparse a cambios climáticos, demográficos, económicos, sociales, entro muchos otros. Vemos como las Smartcities cada vez ocupan mejores espacios en los titulares, mientras que la sostenibilidad se sigue apoderando de espacios que antes ni soñaban ocupar. Calidad de vida es sencillamente el más grande anhelo.

CONCLUSIONES

Cada teoría instruccional tiene su espacio y tiempo de aplicación. La clave será poder identificar de forma técnica el momento más eficiente para su uso.
Con el constructivismo el aprendizaje se vuelve un asunto social con un significado altamente personal para los participantes, creándose allí una alta dosis de compromiso y participación, dado que existen unas experiencias previas que se mezclan con las acciones que se tejan en el contexto.
“Aprender haciendo” ofrece la posibilidad de que la actividad no se inicie en aspectos meramente teóricos, para eventualmente ir a la práctica (en el mejor de los casos). Por el contrario, permite que el aprendizaje se entremezcle con la acción, pudiéndolo hacer más productivo y retador. Normalmente tiende a darse en un ambiente totalmente distinto al aula, fijándose metas de forma individual y tomando al error como parte de la dinámica propia del proceso.
Las instituciones de carácter técnico han teñido unos resultados destacables con el paso del tiempo, dado que han logrado combinar la teoría con la práctica de forma bastante natural. Focalizar este tipo de estrategias pudiese generar múltiples beneficios.
Venezuela afronta uno de los hitos más importantes de su historia, lo que indudablemente promueve la necesidad de formar mano de obra calificada dispuesta a dejar una huella tangible en cada región, dependiendo de las ventajas competitivas y comparativas de cada una. Esto conlleva a que la mejor política de Estado puede ser la de repotenciar seriamente la educación en el país (lo que no incluye la ideologización o imposición de esquemas que pueden ser contraproducentes), humanizando con ello una de las profesiones menos valoradas de las últimas décadas.
La alianza estratégica del empresariado, la academia y el Estado, en favor de los estudiantes, puede redundar en la generación de conocimiento, mientras en simultáneo se ejecutan tareas tendientes a dejar evidencia tangible de lo hecho en un tiempo razonable y con rentabilidad óptima para el emprendedor.
Es propicio elevar el nivel de análisis y realizar investigaciones científicas que permitan: i) reconocer por región las carreras que son más requeridas de cara a un proceso de desarrollo estratégico claro; ii) propiciar alianzas entre emprendedores educativos y empresarios con intereses comunes y con deseos de maximizar la rentabilidad de sus proyectos de forma ética y focalizada; iii) analizar esquemas legales justos para todas las partes, todo propiciado por el Estado; iv) incorporar a las empresas en la creación de mayas curriculares adaptadas a las necesidades del sistema y que al mismo tiempo, coloque recursos para que sea ejecutado de forma satisfactoria; v) permitir la incorporación de estudiantes destacados, por lo que las mejoras deben venir desde la educación primaria y básica; vi) incorporar estudiantes con bajos o nulos recursos, para con ello garantizar el libre acceso; y, vii) tejer estrategias regionales de desarrollo, a través de la especialización, lo que sin duda alguna incentivará la creación de más y mejores empresas que también formaran parte de la dinámica, con planes de negocios sustentables.
El resultado de estas investigaciones podrá generar bases para que ciertas instituciones de educación superior del sector privado y público, puedan ser partícipes del crecimiento y desarrollo económico del país de forma determinante y en un tiempo meridianamente razonable.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

Centro Venezolano Alemán de Capacitación (CEVAC) http://www.cevac.org/somos.html
Edu Trens. (2017). “Radar de Innovación Educativa Mayo 2017”. Tecnológico de Monterrey. Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey. México.
Ertmer, Peggy y Newby, Timothy (1993). “Conductismo, Cognitivismo y Construccionismo: Una comparación de los aspecto críticos desde la perspectiva del diseño de instrucción”. Performance Improvement Quarterly, 6(4) 50-72.
Murillo, Javier. “Recomendaciones para escribir un ensayo”. Recuperado de la web en fecha 23 de mayo de 2017. Colegio de Estudios Superiores de Administración. Bogotá, Colombia. http://www.cesa.edu.co/El-Cesa/Pdfs/pdf-pagina/Normas-APA_web.aspx
Naím, Moisés. (2016). “Repensando el Mundo”. Editorial Melvin, C.A. Caracas, Venezuela.
Reigeluth, Charles. (1999) “Diseño de la instrucción. Teorías y modelos, un nuevo paradigma de la teoría de la instrucción”. Aula XXI, Santillana.
Rodríguez, Leopoldo y otros autores. (2013) “Una Mirada a la Teorías y Corrientes Pedagógicas”. Consejo Nacional Técnico Pedagógico, en su publicación, México.
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www.dinero.com “Ranking de los 10 países más ricos del mundo” Recuperado de la web en fecha 23 de mayo de 2017. http://www.dinero.com/economia/articulo/los-paises-mas-ricos-del-mundo-en-2017/243251




[1] Licenciado en Ciencias Fiscales, mención Rentas, Maestría en Ciencias Gerenciales, mención Finanzas, estudios de Doctorado en Educación, profesor Universidad Católica Andrés Bello. wgarciacastro@gmail.com

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