Aguas arriba
Se podría decir que la historia de los habitantes del
planeta tierra ha estado signada por el incesante deseo de autodestruirse sistemáticamente.
Desde que el hombre es hombre, siempre ha pretendido vivir en un constante
saboteo de la paz, lo que indudablemente demuestra las necesidades primitivas
que tenemos y que afloran de vez en vez. Desde el país (considerado hoy en día)
más sofisticado, hasta el paraje más alejado en regiones pobres, siempre ha
estado presente el personaje sentado encima de un barril de pólvora esperando
solo el mejor instante para prender la mecha e iniciar eventos que
lamentablemente generan tristezas, movilización y desolación.
Indudablemente, los países asiáticos, europeos, Reino Unido
y Norteamérica son los que más han estado interesados en darle al botón de no
retorno, cosa que siempre ha mantenido a la humanidad en vilo, sentados al
borde de la silla esperando que acabemos con todo de una vez por todas en prime time y high definition. ¿Cuáles son los detonantes? Pareciese que en
muchos de los casos es el poder como medio de existencia; la ideología como
fuente de inspiración y el dinero como máxima anhelada por propios y extraños.
Aguas en el medio
Cuando damos una mirada a las noticias, nos encontramos con
cientos de eventos que ocurren en simultáneo, que hace impensable creer que en algún
rincón del planeta pueda existir una razonable paz para poder vivir de forma
más o menos decente. Todo luce en llamas, en muchos casos sencillamente se
escuchan tonos altisonantes y en otros, se maneja una tregua que incluso más
temor profesa.
El grave problema es que en muchos casos estamos permitiendo
que la vida se nos vaya en medio del miedo que da estar o no, quedarse o irse y
hacer o dejar pasar. Es toda una serie de encrucijadas que hacen que dudemos de
si el camino andando es el correcto en aras de vivir en al menos una tregua
seria.
Aguas abajo
Entre 1848 y 1849 Venezuela vivió una férrea situación bélica
interna en cabeza del conservador José Antonio Páez, cuando el gobierno de turno
estaba en manos del liberal José Tadeo Monagas. De acuerdo a la literatura, la génesis
se dio con la insurrección campesina de 1846. La típica historia de nuestras
vidas se da cuando el congreso (principalmente conservador y por ende contraria
al presidente) decide intentar enjuiciar a la primera figura de la república
por violación a la constitución, la cual queda de lado al ser el recinto
atacado por simpatizantes de José Tadeo Monagas. La eventual victoria de los liberales y
la salida del país de Páez generan la consolidación de la primera autocracia
liberal dada en el país, con duración hasta el año 1859.
La historia en muy fría en sus hechos. Sus argumentos en
muchos casos son hasta románticos y vagos. Lo verdadero cierto es el dolor de
generaciones enteras, quienes son los que sufren los embates de gobiernos que
no atienden las necesidades de la ciudadanía y que sencillamente no entienden
su rol en la sociedad. Esto lo que produce es miseria y pobreza en sus propios coterráneos,
cosa que pareciera realmente no importarles en lo absoluto. Hasta la próxima
entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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