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Opinión



martes, 9 de enero de 2018

4 palabras poderosas para el éxito

Realmente no existen fórmulas mágicas para con ello obtener resultados positivos y exitosos en el
mundo empresarial. No se descarta la existencia de casos especiales donde los proyectos rinden frutos de forma desmesurada y en corto tiempo; no obstante, el común denominador apunta a que el esfuerzo es proporcional al resultado.
Lo primero que debe existir es una alta dosis de empoderamiento; es poco probable la obtención de buenos resultados si usted no se siente coparticipe de los éxitos y fracasos. Este es un estado mental y de acción donde los accionistas y colaboradores sienten que sus tareas (por pequeñas que parezcan) son parte de un todo importante. Cuando usted vea que su compañero es capaz de acomodar una revista en la recepción, solo por el hecho de que luzca mejor para los visitantes, es una muestra de que va por buen camino. Caso contrario, la situación se vuelve cuesta arriba para todos, dado que ni el emprendedor hace su sueño realidad, ni el colaborador logra sus resultados personales.
Los beneficios redundan para todos, dado que un accionista empoderado siente que debe dedicarle todo su tiempo y esmero al proyecto en pro de hacer las cosas de la mejor forma posible, mientras que cuando un colaborador se involucra hasta ese punto, investiga, aprende y mejora la ejecución de sus tareas, convirtiéndose así en un profesional cada vez más valioso; en ese momento, cada uno empieza a medir lo bien que hace por su entorno.
Debe existir una alta dosis de persistencia y con ello estar siempre dispuesto a más. Es normal estar exhausto física y mentalmente; lamentablemente, de eso no podremos escapar; no obstante, el hecho de que siempre estemos dispuestos a más, nos dará el empuje necesario para afrontar los fracasos (que inevitablemente forman parte de la dinámica de cualquier negocio) y que deben resolverse con entusiasmo y disposición.
La formación esta subvalorada para muchos. Existen precedentes de grandes emprendedores que no terminaron la educación formal y eso ha hecho que muchos crean que el estudio no es la llave para el éxito (cosa que es falsa). Esos grandes emprendedores han tenido un conocimiento muy claro y profundo sobre sus áreas de experiencia; esto ha hecho que no necesariamente hayan requerido de un título universitario, pero si de muchas horas de análisis profundo, incluso hasta niveles de obsesión (nada es gratis o fortuito). Si usted desea emprender un proyecto, debe investigar, estudiar, aprender, desaprender, informarse y trabajar muy duro para entender y mejorar lo que ya esta en el mercado (en caso de que su producto exista) o tener las agallas para crear algo nuevo y con utilidad (innovando en favor de su target).
Por último y no menos importante, debe tener mucha apertura para escuchar, aprender y aplicar. Es prácticamente imposible tener siempre la razón, por lo que una dosis de humildad, dentro de la efervescencia de la innovación, hará que entienda el punto de vista de otros, lo digiera y luego este en capacidad de poder aceptar o desechar nuevos enfoques. Por otro lado, la apertura también debe estar dirigida a compartir su proyecto en aras del crecimiento y la masificación. Por allí dicen que sólo se llega más rápido, pero acompañado se llega más lejos, vea si este principio se ajusta a su proyecto.

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