Escasez
Aguas arriba
La escasez de alimentos es uno de los problemas más grandes
que tienen los locales venezolanos en la actualidad. Los niveles de corrupción
y la delincuencia han quedado de lado ante la magnitud del desabastecimiento
que se observa y vive en el país de una forma despiadada. Esto se une a la
pérdida total del poder adquisitivo a todo nivel, dado que los no afectados por
la situación son verdaderamente una minoría, los cuales aún están en
condiciones de poder adquirir productos de la canasta básica, para con ello
poder vivir con condiciones razonables, principalmente en cuanto a lo
alimenticio.
La opacidad en la información por parte de entes
gubernamentales impide conocer con meridiana exactitud el porcentaje de escasez
que tenemos frente; no obstante a ello, solo es necesario hacer breves
recorridos en comercios públicos y privados para observar largas colas de
personas para adquirir productos limitados. Muchos de ellos, son producidos por
prácticamente una sola empresa privada y otros son importados de forma poco
ortodoxa con la intervención del mismo estado lo que más allá de ser un
paliativo, intrínsecamente es fuente primaria del problema.
Aguas en el medio
De acuerdo a algunas fuentes extraoficiales, la escasez a la
fecha pudiese rondar entre el 50% y el 80% (dependiendo de los rubros) en
productos prioritarios, cifras que lucen escalofriantes al ser comparadas con
el mismo indicador de países industrializados, donde el porcentaje pudiese
estar rondando tan solo un dígito. Esto sin contar que el tema relacionado con
medicinas y demás productos conexos también se encuentran desaparecidos de
farmacias y droguerías, causando esto una situación tan o más compleja y
lamentable que la de los alimentos, considerando que se ha tenido que conformar
una red de solidaridad para poder dar soporte a personas y familias en
situación crítica (independientemente del estatus socio económico).
Lo interesante de este fenómeno, es que el estado venezolano
tiene una importante participación en empresas del sector alimenticio, las
cuales en algún momento fueron propiedad de particulares, que se encuentran
actualmente produciendo cantidades muy inferiores a lo acostumbrado y esperado,
por lo que la distorsión se vuelve mucho más grande para entender realmente la
génesis del problema y sus posibles soluciones. En el sector farmacéutico puede
que no exista participación similar, pero dicho sector si se encuentra
supeditado a los controles administrativos, fiscales, legales y cambiarios de
la nación, por lo que su producción de una u otra forma está asociada a que tan
proactivo sea el estado en propiciar condiciones tendientes a producir más y
mejor.
Aguas abajo
Ya con un sentido menos vital, pero sí de suma importancia
está el hecho de la pérdida de conectividad que tiene el país suramericano en
estos momentos, considerando las deficiencias existentes tanto en telefonía
fija como celular, internet y aun peor, transporte internacional, lo que
prácticamente devuelve al país a la edad de piedra, donde pareciese que el fax
o la carta convencional serán la manera más segura de mantener comunicaciones
de negocios con clientes y relacionados, situación que en principio pudiese ser
risible, pero que lamentablemente muestra claramente la decadencia que se está
atravesando.
Este tipo de situaciones genera que lamentablemente, la
comunidad económica no vea al empresariado venezolano con seriedad, sino
simplemente con un pobre país rico, que vio pasar la bonanza más grande de la
historia por las manos de la clase política más corrupta de toda América. Para
que esto cambie, deben determinarse responsables y la justicia debe prevalecer,
para que el país suramericano llegue a eso, falta aún mucho camino por
recorrer. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Excelente Profesor, muy asertivo el artículo...!!
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