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Opinión



lunes, 12 de febrero de 2018

Cuatro puntos a analizar antes de internacionalizar su proyecto


Es frecuente escuchar análisis que incluyen al proceso de internacionalización como la gran solución
a los problemas. Ciertamente, llegar a ese punto suele ser un momento que conlleva a tener altas dosis de adrenalina, pero al mismo tiempo, debe ser analizado de la forma más objetiva posible; de lo contrario “la gran solución” puede convertirse en la “gran pesadilla”.
En función a ello, destacamos cuatro puntos que deben ser estudiados antes de pensar en un proyecto overseas.
Simplifique y sistematice el proyecto local que sirve de inspiración. Estamos partiendo del hecho de que usted es exitoso en lo que hace en su país de origen, en función a ello, debe tener todos los detalles bien analizados. El modelo de franquicias da reglas bien claras de lo que debe ser un negocio para poder ser replicado (utilícelo como punto de referencia). Siendo así, usted debe preocuparse por tener todo identificado, con procedimientos de sencilla ejecución y reglamentado. No debe haber margen de error en lo absoluto. Recuerde que los errores que ve en su país de origen pueden ser menores, pero en exterior es altamente probable que den punto y final a su idea de negocio.
Cada país tiene un sistema político y legal que lo regula; en función a ello, lo primero que debe hacer es analizar con profundidad los requisitos y deberes que existen para empresarios interesados en invertir. Recuerde que usted es extranjero, y debe ir a jugar a la otra cancha con la claridad total de las reglas de juego, de lo contrario, corre el riesgo de salir expulsado antes de finalizar el primer tiempo, lo que conllevaría a la pérdida de recursos y tiempo. Es importante que se asesore con especialistas del país de origen y lo amplíe con sus propias indagaciones. Recuerde algo de suprema importancia; si pregunta a profesionales no muy bien informados, las respuestas serán no muy acertadas. Eso multiplicará los riesgos inherentes, mal inicio.
Visite el país receptor de la inversión tantas veces sea necesario. No escatime erogaciones destinadas a hacer análisis de mercado, logrando con ello construir un business plan que le permita tener una muy buena aproximación de lo que vendrá. Muy pocas veces sirve ver la obra detrás bastidores; es necesario que usted se empodere de todo y pueda construir un plan en torno a lo vivido y percibido (más las apreciaciones de los especialistas que lo estén apoyando en el proceso). Recuerde que la idiosincrasia cambia de país a país, y por más que se lo expliquen, la única forma de entenderlo es viviéndolo en carne propia. Camine, converse, entienda, escuche, pregunte. Todo lo que haga en tierras lejanas, debe estar fundamentado en el código de necesidades de sus potenciales clientes, no en lo usted cree.
Empodérese o deléguelo en alguien a tiempo completo; no logrará comenzar un proyecto en otro país, si no existe una persona o grupo de personas entregadas al proyecto en cuerpo y alma. Olvídese del apoyo itinerante, eso solo funcionará en las primeras de cambio, luego de ello se requiere del ojo del dueño del ganado para con ello ver crecer algo de la nada. Tome lo bueno de su país de origen, olvídese de las malas prácticas y preocúpese por dar el mejor servicio o producir el mejor bien, en favor de sus nuevos clientes. 
El tiempo lo recompensará con creces, mientras ve como su marca se hace cada vez más fuerte.