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Opinión



miércoles, 19 de junio de 2024

Tributación e inteligencia artificial

La tributación en el mundo cada vez tiene más herramientas para poder abordar los retos de la fiscalidad, en el mismo contexto desigual entre Estados y contribuyentes. 

Es indudable la imperiosa necesidad que tienen los países en aras de generar recursos que permitan satisfacer necesidades públicas a través de la actividad financiera del sector público, lo que da una agenda clara de lo que deberá ser la ruta a seguir en pro de minimizar los niveles de evasión y elusión fiscal que, sobre todo en América, castigan severamente la posibilidad de satisfacer necesidades públicas.

La cantidad de data que van generando los ciudadanos en cada una de sus accionares, permite que la big data, la minería y la inteligencia artificial tengan información ilimitada al momento de moldear los patrones de acción de los actores comerciales y sus potenciales impactos tributarios.

Luce previsible en el tiempo la posibilidad de que los entes tributarios solo con conocer un manifiesto de importación de bienes para la venta, puedan anticiparse a rotaciones de inventarios, margenes netos de ganancia y potenciales obligaciones tributarias en tiempo real, produciendo con ello matrices que permitan comparar dichos modelos teóricos con las declaraciones tributarias de los contribuyentes.

Esos escenarios darían insumo para identificar brechas, problemas y retos, incluso antes de que los contribuyentes perciban que están a minutos de cometer una infracción tributaria, con consecuencias monetarias.

Aún cuando por momentos pareciese ciencia ficción, la verdad es que lo único que separa esta situación, a que en la práctica se materialice, se centra en el hecho de que para ello las administraciones tributarias deberán hacer las inversiones necesarias para poder garantizar que la tecnología se convierta en el disparador, lo que naturalmente permitirá una simplificación del proceso de tributario (sobre todo en materia de verificación y fiscalización), la disminución de la corrupción y el efecto psicológico que dicha situación generará en los contribuyentes.

Ya muchas jurisdicciones en el mundo han dado pasos fuertes en esa dirección. Tan solo elementos como la facturación electrónica y la interrelación de data en cuanto a importaciones, exportaciones y precios de transferencia han brindado información útil y predictiva, solo resta que éstas instituciones junten los puntos, y entiendan que la tributación debe ser protagonista en los tiempos por venir, sin convertirse en un elemento distorsionador que afecte a los que hacen vida económica en sus locaciones. 

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