Economía estándar
Gracias a su grado de pureza, Bling H2O es una marca de agua que muchos consideran como la más costosa del mundo. Dicho líquido proviene directamente de glaciares, por lo que el proceso de obtención es altamente complicado y de cierta sofisticación. Claro, ciertas presentaciones del producto hacen que su precio se vaya a valores que la lógica no permite entender, pero eso es tema de otro análisis.
Existen otros casos de agua que provienen de manantiales del continente africano –bastante costosos también- y tampoco debemos olvidar compañías con altísimos niveles de tecnología que mediante procesos complejos logran filtrar el agua hasta llevarla a un punto de alta pureza.
Lo gracioso es que cuando le preguntas a los consumidores, todos concluyen que el preciado líquido sabe a “agua”.
Aguas en el medio
Desde hace mucho tiempo hablamos de la contaminación ambiental y del daño que hacemos día a día a nuestro ecosistema y no nos detenemos a pensar el esfuerzo que debe hacerse para poder presentar en una simple botellita plástica, el preciado líquido con un nivel aceptable de pureza con el objetivo de que no afecte nuestra salud.
Observamos atónitos como nuestros mares y ríos son contaminados indiscriminadamente y hacemos silencio cómplice sin pensar que estamos de esa forma acortando nuestra propia existencia.
Cada compañía dedicada a filtrar y envasar el preciado líquido -utilizando tecnología que la mayoría de nosotros desconocemos- genera un producto de calidad.
Se me hace muy difícil imaginar –espero no estar equivocado- a una gran compañía llenando los envases en la orilla de un manantial con un martillo al lado para meter la tapa a presión.
Aguas abajo
Como verán, algo tan sencillo como el agua tendrá un mayor o menor valor, dependiendo del esfuerzo que la envasadora aplique en obtener y filtrar el producto y en consecuencia, el precio del mismo estará atado a los costos y gastos que se incluyan para tales fines. Es por ello que es prácticamente imposible estandarizar un sector de la economía tan sencillo –aparentemente- como este, cuando el esfuerzo de unos en producir algo, puede ser mayor al de otros que en apariencia pudiesen hacer lo mismo que nosotros pero con materiales y tecnología inferiores.
Habrá personas que estén dispuestas a pagar más o menos, ya sea por esnobismo o por la urgente necesidad de estar seguros de que consumirán una bebida que no les afectará su estado de salud, y obviamente esa sensación debe ser pagada.
Esperemos que algún día lleguemos al punto, en el cual podamos abrir la llave del fregador y tomar directamente desde allí y no les pase como a mí, que la primera vez que lo hice, dure toda la noche pensando que iba a morir irremediablemente por alguna bacteria. Hasta una próxima entrega. @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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