Anarquía
Aguas arriba
Iba conduciendo mi carro por una carretera nacional -obviamente tratando de hacer caso a los límites de velocidad que toda sociedad occidental impone sin dejarme arrollar- con la radio prendida sabaneando una emisora que se escuchara lo mejor posible. Eventualmente consigo a un par de personas llevando a cabo una conversación bastante casual, que por momentos me hizo pensar que los llevaba al lado contando anécdotas de la semana recién terminada. En eso se incorporaron dentro de la conversación dos palabras bien interesantes, de las cuales solo haré referencia a una.
La palabra en cuestión fue "anarquía", y por un momento mi atención se elevó aún más. Históricamente siempre he usado esa palabra para definir lo que día a día nos toca ver -incluyendo mi exceso de velocidad- y que hace que nuestra vida ciudadana sea complicada, que los números no cuadren, que el rumbo sea incierto y que en general poder llevar algo a cabo sea poco más que abstracto.
Aguas en el medio
Ahondando más en el tema, el invitado manifestó que él era un anárquico, pero no uno de los que les gusta el caos y la destrucción, sino del anárquico político y de inmediato baje la velocidad y subí el volumen para ver hasta dónde iban a llegar con el asunto en cuestión. Acto seguido explicó que en varias sociedades del mundo se dio el fenómeno de las sociedades sin estado, donde la organización del colectivo era tal, que no requería de un Estado protector, administrador y además mandón, para que todo fluyera con total naturalidad y justicia.
Claro, esto suena como un sueño de autoregulación, donde cada quien sabe que no debe, no debe y no debe; aceptarlo y comprometerse a vivir siendo su propio vigilante es algo que suena bastante lejano, si vemos como vivimos hoy en día entre cámaras, rejas y armas.
Aguas abajo
Al llegar a mi destino tuve que ir a la computadora y cerciorarme de lo que había escuchado y pude ver que varias culturas lo intentaron -con resultados pésimos- pero que dieron una demostración grande de madurez que difícilmente alguna nación en el mundo la tendría en la actualidad. Sin embargo, no creo que sea una idea imposible, el hecho de que las sociedades manejen el mercado según sus reglas y que la población en general tenga un deseo genuino de arar en una misma dirección y con un bien común puede ser algo factible en un año aún sin número. Como decía el entrevistado, es poco probable que podamos vivir ese tipo de sistema, pero no me queda la menor duda de que en un futuro lejano, la gente de a pie se canse de públicos y privados burocráticos, charlatanes y corruptos. Hasta la próxima entrega. Http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/ @wlagc
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