Salario mínimo
Aguas arriba
El salario mínimo a partir del 1 de noviembre será de
Bs9.648,16, lo que constituye un nuevo incremento que se da en el presente año;
obviamente esto tiene varias lecturas dignas de análisis y discusión desde
distintos puntos de vista y con impactos del mismo tenor. La principal lectura es
que se demuestra la existencia de una fuerte afectación del poder adquisitivo
de la población, lo que hace que en términos prácticos sea extremadamente
complicado poder cubrir con las obligaciones básicas de una familia. De acuerdo
con el Centro de Documentación y Análisis para los trabajadores (CENDA), la
canasta básica de agosto se ubica en aproximadamente Bs34.647,52, lo que se
traduce que un grupo familiar deben haber tres o más personas laborando, bajo
el este esquema, para poder cubrir con lo elemental.
Esto hace que definitivamente el esfuerzo familiar sea muy
grande para vivir en la justa medida, haciendo que competitivamente estemos en
una situación bastante comprometida comparativamente con otras latitudes
(incluso muy cercanos) donde las familias pueden tener un sustento medianamente
justo solo con salario mínimo. Cuando damos un paseo podemos darnos cuenta con
sencillez que el asunto no es fácil para la gran mayoría de la población, que
ha tenido que migrar otro tipo de actividades no formales para poder paliar el
tema.
En múltiples análisis se ha detallado que nuestro salario mínimo
está bastante rezagado, lo que no solo afecta a los más desposeídos, sino a
toda la estructura organizacional, dado que es muy difícil prever una
remuneración que permita vivir dignamente. Pareciese que los montos se nos van
de las manos cuando sumamos alimentación, educación, vivienda, ropa/calzado y
recreación. Insisto en que esto no lo afecta a los más desposeídos, dado que la
clase media profesional también ha sentido el temporal de manera muy fuerte, cambiándose
drásticamente los hábitos de consumo.
Aguas en el medio
Por otro lado, tenemos al empresariado activo y de
trayectoria (que no es el mismo que vive de oportunidades). Este ya se ve
afectado por una terrible alza en la materia prima y productos terminados por
los grandes desajustes en materia cambiaria que empujan a la escasez, lo que ha
dado preferencia a la importación antes que a la producción local y con ello la
desindustrialización del país, que hasta hace poco defendía el hecho en
Venezuela, por medio de una industria que sin ser brillante, lograba cosas.
Sumado a eso, se cuenta con una carga tributaria bastante
alta, dispersa y compleja y una normativa laboral que incentiva la holgazanería
a escalas importantes, dándole un protagonismo muy fuerte a sindicatos y entes
independientes que no atienden a la dinámica de los negocios, dado que la agenda
va alineada a satisfacer lo particular. Los
efectos post empleo generan tantas distorsiones que no considerarlas puede ser
muy perjudicial.
Esto, sin duda alguna ha generado innumerables trabas y
alcabalas que dificultan a hacer negocios, dado que es muy difícil poder
predecir efectos a través de presupuestos y estimaciones y sumergen a las
compañías de trayectoria en una completa incertidumbre jurídica y económica,
que de una u otra forma complica aún más el panorama. Probablemente, para una
empresa grande el ajuste sea solo cuestión de números, pero para un
emprendimiento pequeño genera la necesidad inmediata de ajustar tarifas,
precios y condiciones para poder permitir que el proyecto siga siendo viable
financieramente.
Aguas abajo
La seguridad jurídica y económica se crea con confianza de
que el panorama con el que se arranca un ejercicio, debe ser más o menos el
mismo al cerrar el mismo, permitiendo así que los presupuestos y cálculos se
mantengan con el tiempo, previendo incluso imponderables de una manera sistémica.
De no ser así, se termina viviendo en un constante ajuste y reajuste de
variables, que al final del día generan descontrol y una suerte de pensamiento
de que nuestros negocios van al ritmo que el viento nos imponga.
Bajo esquemas de esta naturaleza, el emprender se vuelve más
riesgoso, dado que por más positivo que sea el proyecto, la manera como se
recuperará la inversión se vuelve una gran interrogante, considerando que lo
que ocurre no es normal y los precedentes de otros países y tiempos indican que
el desenlace no será agradable.
Es difícil discutir el tema. Para el trabajador, su
remuneración es pieza clave de su vivir, mientras que para el empresario, este
elemento permite medir si el negocio es o no autosustentable y por sobre todo
rentable. Si el empresario falla en esa misión, el trabajador se verá afectado
por perder su fuente de empleo, lo que en ningún contexto es agradable para
nadie, dado que el afán de cada uno es hacer su trabajo. El objetivo debe ser
proveer de condiciones para que las empresas produzcan más y los trabajadores
puedan tener mayores oportunidades. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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