Riesgos de la PYMES
Aguas arriba
La pequeña y mediana industria se encuentra fuertemente
afectada por efecto de la situación del país. Las grandes distorsiones que
existen son obvias y contundentes, producto de toda una serie de eventos y
desaciertos que dificultan que el hecho en Venezuela sea una alternativa viable
y razonablemente estable en el tiempo, lo que sin duda alguna afecta en mayor o
menor medida a empresarios, empleados y Estado. Cada uno con sus consecuencias
y muchos de ellos con efectos muy previsibles y desafortunados.
De esta tripartida, el trabajador es el mayor afectado,
considerando que el poder de compra que tienen en este momento es prácticamente
nulo, dado el divorcio que existe entre el salario y el precio de los productos
y servicios básicos, que además de ser escasos, son prácticamente imposibles de
adquirir por canales formales o informarles (lo que en sí mismo es otra severa distorsión).
El otro gran afectado es el empresariado, quienes ponen capital y vida en
liderar proyectos y que pueden ver como en cuestión de minutos puede
desaparecer el esfuerzo de años y hasta generaciones.
Aguas en el medio
Por último, el todopoderoso Estado, con su gran poder de
imperio, pierde la oportunidad de recaudar tributos de forma consistente y
razonable, por el simple hecho de no colocar las piezas del rompecabezas en el
sitio que corresponde, y permitir con ello que los actores se desenvuelvan
dentro de las limitaciones que el ordenamiento jurídico que cualquier civilizado
debe imponer, para con ello regular las relaciones entre ciudadanos, patronos e
instituciones. Es una serie de eventos muy sencillos, que generarán beneficios
tangibles para el que pone el capital, el que deja el sudor en la faena y el
que regula la relación en un ambiente de armonía y productividad.
En estos momentos, lo que ocurre es que fundamentalmente todos
debemos poner sobre la mesa lo que nos toca y tratar de garantizar que las
empresas se reactiven o mejoren su capacidad, que los que tienen alguna idea de
negocio la pongan en marcha, que los trabajadores sientan que trabajando
lograran la autorrealización personal y que el Estado termine de entender que
cada quien debe hacer lo que sabe hacer, para con ello rescatar la meritocracia.
Aguas abajo
Obviamente siempre conseguiremos personas que hacen gala de
los partidos para hacer que priven los intereses personales, antes que los
intereses colectivos, lo que sin duda alguna dificultará que se pongan en línea
todas las energías para permitir que el ciudadano recupere paulatinamente la
calidad de vida que alguna vez tuvo, y que en cualquier país “normal” se puede
sentir con solo pisar su aeropuerto. Son tantas las situaciones que vemos en
estos momentos, que es difícil entender en la posición en la cual estamos, por
lo que el gran reto será ver como salimos de allí, proporcionando condiciones
al que quiera producir junto con su gente, generando valor agregado en lo que
hace y obteniendo los beneficios que da el esfuerzo consistente.
Hacer esto requiere de mayor seguridad jurídica, incentivos
fiscales, flexibilización del sistema cambiario, financiamiento de la banca
para empresas productivas, olvidarse de los micrófonos y por sobre todo, dar
fin a la corrupción, caudillismo y nepotismo que se ve día a día con tan solo
salir a la calle. Si todos los actores entienden que no es momento de parcelas,
si no de acciones concretas en favor del colectivo, puede que en un tiempo
perentorio volvamos al camino que dejamos de transitar hace ya algún tiempo, pero
del cual estamos seguros que conseguiremos en cualquier momento.
Es muy fácil en estos momentos cometer errores de cualquier
tipo, lo importante aquí serán los resultados que puedan darse de manera
individual y colectiva, lo que hará que en la sumatoria de buenas acciones, se
puedan disminuir los riesgos que tienen las pequeñas y medianas empresas (que
esperemos sean grandes empresas mañana) que sienten que el mundo se viene
encima de forma inminente, siendo estás las que están dando oxígeno al empleo
formal, en un momento en el cual todo se está haciendo de forma poco ortodoxa.
Solo queda trabajar y propiciar condiciones; los aportes podrán ser verbales o de
acción. Lo más interesantes son lo que se den con actos de buena fe. Hasta la
próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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