Economía dolarizada
Aguas arriba
La dolarización de la economía es un tema que ha sido
discutido a distintos niveles, considerando que por los momentos se percibe que
en Venezuela todo se maneja pensando en
la paridad cambiaria a nivel de costos y gastos, más no desde el punto de vista
de la remuneración de los asalariados, la cual se encuentra extremadamente
alejada de la realidad en cuanto a los precios de bienes y servicios,
produciendo así serias distorsiones en el poder adquisitivo de todas las personas
que hacen vida en el país. Lamentablemente es un hecho extremadamente palpable
en el día a día del colectivo y del cual no se visualiza una solución
relativamente cerca.
Incluso, los profesionales y empresarios que reciben
beneficios en moneda extranjera, abonan a sus cuentas valores que no se parecen
en nada a las tasas internacionales, sin importar el nivel del profesional o de
empresa prestadora del servicio. A simple vista pareciese que la remuneración
es excelente, pero comparativamente nos convertimos en el hazmerreír del mundo,
por lo bajo que pueden ser los salarios en bolívares y las posibles
compensaciones en dólares. Para un local pudiese ser la diferencia entre tener
o no una vida decente, mientras que para nuestros pares afuera, sería el
equivalente a ser un homeless, por lo
que la pena se vuelve infinita por las brechas que existen, las cuales son
honestamente muy difícil de entender y hasta de explicar.
Aguas en el medio
Muchos países han tomado la decisión de sincerar su economía
a través del uso del dólar como referencia comercial, teniendo unos resultados
más que interesantes. Para esto, se requiere un coraje particular, dado que se
estaría renunciando a tener una moneda propia, la cual en sí mismo tiene una
historia que contar. No es fácil renunciar, más cuando existe un alto
componente ideológico que nubla el pensamiento y persigue generar cada vez más
distorsiones. Se hace raro soñar con una decisión de este tipo, cuando se ha
gastado tanta pólvora en insultar el país industrializado más importante del
mundo y por ende se ha estigmatizado la forma como han venido haciendo negocios
en su historia. Lo cierto es que sus resultados han sido abiertamente mejores a
los nuestros, con todo y el hecho de que existen cientos de injusticias que no
han podido solucionar.
Más allá de todo ese componente social y político que impide
dar el paso, está el hecho cierto de que el afectado sigue siendo el ciudadano
que confiere en funcionarios públicos el deber de tomar decisiones relevantes,
las cuales no son tomadas por la miopía institucional que otros países en
condiciones similares han limado en beneficios de muchos y no de un puñados de
políticos interesados en enriquecerse y mantener en pie modelos que
abiertamente no funcionan y que nunca lo harán, dado que la historia así lo
confirma.
Aguas abajo
Los cambios paradigmáticos que se tienen que dar en un
contexto como ese son gigantescos, dado que prácticamente se tiene que cambiar
la forma como hacemos negocios de la noche a la mañana, teniendo una fuerte
incidencia en la determinación del costo de bienes y servicios, márgenes de
rentabilidad y por sobre todo en los procedimientos y prácticas empresariales.
Será muy difícil cambiar ese interruptor y considerar que
debemos ser más competitivo, dinámicos y detallistas en cuanto a la forma como
manejamos las finanzas empresariales y personales, por lo que se vuelve extremadamente
interesante este escenario desde el punto de vista estrictamente intelectual.
Ya muchas empresas y personas se han ido preparando para escenarios de ese tipo,
por lo que la transición sería razonablemente rápida. Sin embargo, el grueso
del emprendimiento se dará cuenta del alto costo que tiene el no planificar los
negocios desde la a hasta la z, por lo que el impacto pudiese dejarlos fuera de
mercado.
No todo sería color de rosas, pero la meta es salir y buscar
el milagro económico para Venezuela, donde logremos alcanzar un cambio absoluto
de modelo, con el cual se logre salir de este inmenso atolladero que estamos
padeciendo a todos los niveles. Está
claro que existe un contingente de profesionales de altísimo nivel, con
investigaciones y propuestas de valor técnico y de aplicación sistémica, interesados
en poner a la orden estrategias tendientes a lograr mejores resultados. Solo
falta voluntad política interesada en escuchar con seriedad y respeto a la
academia. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Este es un debate muy interesante que se viene dando, el enfoque del articulo pareciera sugerir la dolarización como el paso a seguir, pero hay que tomar muchos factores en cuenta y voy a hacer mención de algunos que considero sin ser un experto, dolarizar implicaría ser dependientes de las decisiones en materia económica que el país emisor de la moneda adopte, en este caso EEUU, cualquier decisión errada en el manejo de su política monetaria o imprevisto que socave la estabilidad de esa moneda (Ataques del 11SEP) influirían inmediatamente sobre nuestra economía, en otro caso, si la intención es fortalecer las bases económicas del país, perder nuestra moneda local sería un índice de inestabilidad e incertidumbre que no todo inversor extranjero vería con buenos ojos, en el caso hipotético de un cambio de rumbo, el diferencial cambiario es un aliciente llamativo para aquellas trasnacionales que quieren invertir en el país cuando las garantías jurídicas y legales lo permitan, inclusive acciones inherentes a soluciones de estabilidad económica como recortar la liquides de moneda o suplir el mercado según las reservas, quedaría bajo influencia de otro estado que no necesariamente tendría los mismos intereses que nosotros. En fin un debate muy muy interesante donde como en la vida, no hay verdades absolutas.
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