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Opinión



domingo, 30 de octubre de 2016

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 276

Nuevo salario mínimo

Aguas arriba


De acuerdo a la última alocución del presidente nacional, el nuevo salario mínimo a partir del primero de noviembre para los trabajadores será de Bs27.092, con un bono de alimentación de Bs63.720, Esta decisión no nos toma por sorpresa, dado que este dato había circulado informalmente a través de los mismos personeros del Estado, por lo que ya se encontraba en el radar de empresarios y trabajadores.

En concordancia con los datos  aportados por el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), con las condiciones económicas del salario y bono de alimentación predecesor, el poder adquisitivo era de aproximadamente del 5,7%, lo que estaba atado a una canasta alimentaria de aproximadamente Bs262.664 y  básica de Bs 352.785, ambos datos para el mes de agosto de 2016.

Por otro lado, la brecha que existe entre el trabajador formal e informal se sigue cerrando y cada día que pasa, más personas brincan hacía la informalidad de forma desesperada por múltiples razones. La más obvia, es el hecho de que empresarios formales han sido hostigados por los distintos medios que tiene el Estado para perturbar a empresas, debiendo con ello disminuir sus operaciones e incluso cerrarlas de forma permanente o temporal, en espera de tiempos mejores o redireccionando inversiones a jurisdicciones que sean más benévolas con los llamados a emprender.

Aguas en el medio

Otro contingente de ciudadanos han brincado al sector informal por el simple hecho de prever que allí conseguirán mejores condiciones económicas en pro de garantizar condiciones de vida para sus familias, lo que sin duda alguna es una razón más que loable, pero que va en detrimento de todos, considerando que habitualmente este tipo de proyectos no generan valor para la sociedad, ni recaudación tributaria y mucho menos un efecto multiplicador en la generación de nuevas oportunidades de empleo o expansión.

Claro, este último punto está atado al hecho de que el mismo Estado no propicia en lo absoluto la creación de negocios, por lo que cualquier comerciante informal al verse reflejado en los formales, ve con simpleza que el camino del hecho es más “seguro” que el del derecho, considerando que se ha encargado en casi las últimas dos décadas, de darle al mundo la visión de que el hombre de negocios venezolanos en un ser despreciable y único en el planeta en maldad.

Siendo así, la motivación que puede tener una persona para laborar bajo relación de dependencia es la de tener estabilidad y no la de avanzar en pro de cubrir con otras necesidades, dado que en la actualidad (como ya se ha discutido), siquiera se puede cubrir con las necesidades básicas de alimentación, producto de  la distorsión tan grande que existe en el poder adquisitivo.

Aguas abajo

Ahora bien, la pregunta es si esto se resuelve incrementando el salario cada dos meses. Obviamente habrá personas que digan que sí, y aun cuando no sea una respuesta fundamentada en lo técnico, hay que respetar siempre la diversidad de opiniones.  No obstante, lo cierto es que mientras el Estado no cambie la dirección, será imposible que los pocos o muchos empresarios en pie puedan soportar incrementos constantes de sueldos y salarios sin el respaldo de que tendrán acceso a materia prima, a equipos, a seguridad jurídica y económica, a mecanismos justos de operar, etc., etc. Si no hay demostraciones concretas de que podemos crecer y no tener al lado a funcionarios corruptos en la nuca para poder obtener divisas, para adquirir bienes necesarios para nuestros negocios e incluso para que no nos cierren por obviar una coma en un libro de compras, es poco probable que el emprendedor local crezca y que el extranjero traiga divisas sin certeza de repatriación.

Entonces, suben el sueldo por un lado y por el otro lado hay que aumentar los precios de nuestros bienes y servicios, y allí ocurren dos grandes posibilidades. La primera es que el mercado acepte el incremento y el empresario continúe, o que el mercado no lo pueda soportar y deba iniciar un severo recorte de costos, en cuyo caso irremediablemente mandaremos a más personas al mercado informal. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/


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