Emprendimiento/Gerencia/Tributos/Finanzas/Tecnología/Social/Educación

Opinión



domingo, 2 de abril de 2017

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 298

Lo que nos dejó Keynes

Aguas arriba


John Maynard Keynes cambió el mundo de la economía de forma significativa. Británico de nacimiento, de profesión economista y con un impacto más que evidente en la civilización postguerra del siglo XX. Adam Smith vio al Estado como un actor con papel secundario, dado que entendía que el mercado debía regularse por sí mismo en un alto porcentaje, mientras que Keynes consideraba que la intervención pública directa era necesaria a través de la ejecución de medidas de política fiscal. Por todo el esfuerzo hecho con el fin de analizar el rol de los gobiernos, este letrado es considerado como uno de los fundadores de la macroeconomía que aún hoy estudiamos en las aulas universitarias.

Su obra principal fue la “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, libro que marcó un hito importante en los estudiosos del tema, dado que permitió tener una visión distinta de lo que se había visto hasta la fecha en las más importantes potencias del mundo, quienes se fundamentaban en la escuela clásica (denominada así de forma peyorativa por Marx), compuesta principalmente por Ricardo, James Mill, Marshall, Edgeworrht y Pigou. Keynes consideraba que dichos postulados solo eran aplicables a casos especiales y no generales, dado que las percibía como no equilibradas e improbables, y que además no compaginaban con la realidad económica de su época.

Aguas en el medio

Así como todo empresario o firma personal deben tener un análisis preciso que le permita visualizar el mayor nivel de rentabilidad o producto, dependiendo de una producción determinada, valorada en función a la capacidad instalada operativa (lo que le pudiese permitir prever en qué punto de su producción estaría obteniendo óptimos beneficios), así mismo el Estado como un todo debe conocer la medida razonablemente exacta de su intervención gubernamental para con ello estimular el mercado y al final del día equilibrarlo de forma apropiada en favor de los indicadores y por consiguiente, de la satisfacción de necesidades colectivas.

Si una entidad no entiende el mercado, ni la cantidad de mano de obra, materia prima y recursos mecánicos y tecnológicos que requiere para su desenvolvimiento, y se excede de forma desproporcionada en alguno de ellos, terminará haciendo esfuerzos estériles en aras de obtener ganancias para sus accionistas. Desde la óptica gubernamental, el manejo incorrecto de recursos por parte de las instituciones, generará consecuencias que pagaran los contribuyentes. Al final, es un asunto de oferta y demanda, y ver como se interceptan de manera provechosa en un contexto sistematizado.

Aguas abajo

Desde la perspectiva del consumo, Keynes desarrolló en su libro lo que denominó como la “propensión a consumir”, estableciendo una serie de factores que son los que promueven el desplazamiento de la oferta y demanda. Entre éstos tenemos al: cambio en la unidad de salario; cambio en la diferencia entre ingreso e ingreso neto; cambios imprevistos en el valor de los bienes de capital, no considerados al calcular el ingreso neto; cambios en la tasa de descuento del futuro, es decir, en relación al cambio entre los bienes presentes y los futuros; cambios en la política fiscal; y cambios en las expectativas acerca de la relación entre el nivel presente y el futuro del ingreso.

Cuando se aborda a la política fiscal como un elemento que afecta el consumo, vemos como radicalmente esta teoría se aleja del esquema donde la oferta crea su demanda y que además el Estado es un mero espectador. Si las instituciones ajustan la tasa de interés, y esta es superior a la inflación esperada (o el valor de realización eventual de cualquier activo adquirido), inmediatamente se desestimula el consumo, dado que el ahorro será la prioridad. Si la Administración Tributaria reduce el tipo impositivo, automáticamente estimula a que las personas utilicen dichos excesos en la adquisición de bienes y servicios. Siendo así, indudablemente la política fiscal será un elemento de mucha relevancia en aras de poder apoyar al sector productivo, proponiendo acciones claras, transparentes y justas para con los diferentes actores de la economía. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario