Lecciones de Perú
Aguas arriba
La corrupción golpea todo el mundo. Definitivamente es un asunto humano,
el tratar de sacar partido de situaciones que en sí mismas ya están generando
beneficios tangibles. No basta con obtener el ingreso asociado por la tarea
ejecutada, sino que además también pretendemos llevarnos lo que esté en el
refrigerador, por lo que desafortunadamente termina convirtiéndose todo en un
pandemónium.
El gran reto de las naciones será poder poner coto a ello con la
sencilla aplicación de la normativa. El asunto está en quienes recaerá el honor
de tomar decisiones de este tenor, cuando pareciese que todos están
involucrados por acción u omisión en la comisión de hechos éticamente
cuestionables. Basta darse una pasada por cualquier ente público o privado, en
el cual el funcionario o empleado tenga en sus manos algún bien o servicio de
difícil acceso, para que se convierta en el epicentro de males mayores. Basta
con que exista la obligación de gestionar papeleo innecesario para que algo
turbio nazca. Basta con que exista la posibilidad de aprobar o desaprobar
transacciones grandes o pequeñas, para que inmediatamente la creatividad se
ponga a tono.
Aguas en el medio
Desde el que levanta los términos de una propuesta técnica-económica,
hasta el que paga la factura cuando el bien se entregó o el servicio se prestó,
tienen la necesidad de tratar de conseguir algo más de lo que nominalmente está
allí reflejado en los documentos, por lo que al final del día pareciese que
todos tienen algo para temer. Esto no sólo se ve en lo público, está en todo el
ambiente y cada día es más evidente.
Cuando se discute sobre el tema en un ambiente gubernamental termina
siendo más doloroso, dado que es dinero de los contribuyentes, quienes son los
que trabajan arduamente para sobrevivir en países donde la seguridad social es
terrible y que además tienen cargas tributarias comparativamente
significativas, recibiendo poco a cambio.
Es para reflexionar, cualquier ciudadano dura al menos ocho horas
trabajando cada día, recibe un salario bajo, no tiene poder de compra y además
debe dar una cuota parte de su remuneración a burócratas corruptos que se
apropian del mismo sin siquiera pestañear. Si esto es algo donde gran parte de
los funcionarios participa, pues sencillamente no habrá quien denuncie y ataque
este tipo de prácticas, por lo que sencillamente nos encontraremos frente a una
referencia circular.
Aguas abajo
Ahora vamos a Perú. Una importantísima empresa multinacional
latinoamericana, que prácticamente ha estado en todos los países de la región
construyendo obras de envergadura, acaba de confesar que pagó comisiones
–sobornos- a funcionarios públicos peruanos durante –al menos- el período
2005-2014; es decir, una década donde los contribuyentes pagaron por
obras mucho más dinero del que debieron haber pagado, si las transacciones
hubiesen sido pactadas a valores auditables de mercado.
No es cualquier cosa dicha aseveración. Lo increíble es que la misma
empresa está en la disposición de resarcir el daño a través del reembolso de
ciertas cantidades por definirse más adelante, mientras en simultáneo el reto
será tratar de identificar culpables. Es en extremo interesante este
hecho, dado que en la lista están funcionarios actuales, los de la vieja
guardia y algunos otros que actualmente no figuran, pero querían figurar
políticamente.
Ahora bien, según las declaraciones de personeros del tren ministerial
peruano empresas como éstas no volverán a operar en su país, cosa que es
altamente plausible, además que manifestaron la puesta en marcha de normativas anti
corrupción más severas, con el objetivo de limitar acciones de este tipo, con
lo cual se inhabilitaría a entidades locales o extranjeras que hayan o estén
incursas en actos ilegales.
Esperemos que este tipo de precedentes tengan castigos ejemplarizantes,
que los funcionarios públicos y privados entiendan su rol y responsabilidad,
que sea sostenible en el tiempo y que permee al resto de los países de América
que están en igual o peor condiciones en cuanto a este complejo tema. Hasta la
próxima entrega @wlagc http://actualidadfinanierayfiscal.blogspot.com/
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