El teletrabajo no es
una nueva tendencia, es una manera de trabajar ya instaurada en el mundo,
aplicada
principalmente a actividades relacionadas con la tecnología de la información y
de las finanzas. Es un mecanismo de simplificación de tareas y reducción de
costos, con impactos sobresalientes en las entidades que han tomado esta ruta.
El objetivo del
presente papel de trabajo será fundamentalmente describir los principales
elementos de esta modalidad, por destacaremos algunos antecedentes, evaluaremos
los estudios realizados por la Organización Interamericana del Trabajo (OIT),
citaremos las ventas, inconvenientes y dificultades de dicho esquema y
visualizaremos los retos que se presentan en el mercado venezolano. Toda esta
evaluación está realizada desde una perspectiva estrictamente documental, por
lo que de cara al futuro será importante la valoración de campo en el país, en
aras de determinar efectos cuantitativos y cualitativos desde una visión científica.
El principal
antecedente del teletrabajo nace aproximadamente en 1970 con la crisis del petróleo.
Este evento mundial encareció de forma drástica los costos de desplazamiento de
los trabajadores, haciendo que los mismos ponderasen si efectivamente era o no
rentable continuar en sus cargos actuales. Como paliativo, algunas empresas
crearon pequeños centros de trabajo, con estaciones individuales y grupales
cercanos a los suburbios, para con ello lograr adelantar actividades
rutinarias. Indudablemente, hablamos de un mundo no tan tecnológico como el de
ahora, por lo que las actividades administrativas y financieras eran llevadas fundamentalmente
de forma manual.
Con esto, las entidades
lograron reducir costos de calefacción en invierno y climatización en verano, lo
que indudablemente generó un primer impacto positivo, más allá de todas las vicisitudes
logísticas que debieron resolverse, a fin de crear dichos “data room”, sin
pérdidas en cuanto a calidad de trabajo y supervisión.
Aparte de los
beneficios económicos, las entidades percibieron una mejora en el equilibrio
entre la vida personal y laboral de los colaboradores, con el respectivo
aumento de moral que ello conllevo. Todo esto terminó redundando en aumento de
la productividad. Con el progreso de la tecnología, la labor a distancia llegó
a otro nivel, considerando que empresas de vanguardia lograron constatar, que
no se requiere estar en un ambiente compartido para poder llegar a resultados
positivos, lo que se necesitas son recursos materiales, tecnológicos y
disponibilidad constante de servicios públicos.
De acuerdo con la Memoria
del Director General, Conferencia Internacional del Trabajo, 104ª reunión,
2015, Informe I: La iniciativa del centenario relativa al futuro del trabajo, párrafos
62 y 70 de la OIT:
La creciente globalización de una economía que experimenta rápidos y
profundos cambios derivados de la evolución tecnológica, que persigue siempre
una mayor competitividad, y que está condicionada por una agenda política
variable (...) está generando cambios importantes en la manera de organizar el
trabajo y la producción (...) Las
tecnologías de la información y la comunicación, que también aumentan las
posibilidades de trabajar a distancia, permiten conciliar mejor las
responsabilidades profesionales y familiares
(…) Ello, también en este caso, genera tanto preocupación
como esperanzas (…) Los procesos de cambio que permiten que el individuo pase
más tiempo en su casa que en el trabajo, pero que también pase más tiempo
trabajando en casa, podrían ser un arma de doble filo para algunos.
Los análisis de la OIT
apuntan a que el teletrabajo ha sido ampliamente potenciado con la tecnología
de la información y la comunicación, dada que brindan la posibilidad de
realizar todas las tareas desde cualquier sitio, lo que simplifica en cierta
forma las estructuras organizacionales y por ende, pareciese beneficiar la
calidad de vida de sus colaboradores.
De acuerdo a la OIT, el teletrabajo son “tareas que se
realizan regularmente fuera del establecimiento reconocido del empleador como
mínimo un día durante la semana laboral, y que por «trabajadores virtuales»
debería entenderse principalmente aquellas personas que trabajan a tiempo
completo fuera de los locales del empleador; en otras palabras, los
trabajadores virtuales son teletrabajadores
a tiempo completo”. En todo caso, es importante destacar que el teletrabajo no
es igual a trabajo flexible. Son dos conceptos totalmente distintos.
Entre las posibilidades
de teletrabajo, la OIT con el paso del tiempo ha identificado las siguientes:
i) trabajo móvil (en desplazamiento); ii) trabajo realizado en locales
distintos al del empleador (outsourcing); iii) el trabajo en oficinas
compartidas (coworking); iv) el trabajo a domicilio; v) teletrabajadores
móviles (trabajan al menos diez horas por semana fuera del establecimiento
principal, inclusive sirviéndose de sus teléfonos móviles) y el, vi)
teletrabajo complementario (personas
que trabajan puntualmente a domicilio tras la jornada laboral o los fines de
semana).
En la 326ª reunión
(marzo de 2016), titulada: “Dificultades y oportunidades del teletrabajo para
los trabajadores y empleadores en los sectores de servicios de tecnología de la
información y las comunicaciones y financieros”, se realizaron importantes
aportes en cuanto al tema. Con la participación de: i) representantes de los
empleadores; ii) representantes de los trabajadores; iii) el Consejo de
Administración; iv) representantes de los gobiernos interesados y v) representantes
de determinadas organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales (en calidad
de observadores), se abordaron tres importantes puntos sobre el tema:
·
Grado de difusión;
·
Riesgos y beneficios económicos y sociales;
y
·
Las
relaciones de trabajo, la organización del trabajo y las prácticas de
desarrollo profesional conexas, y sus efectos en los derechos y la protección
de los teletrabajadores, incluidos aquellos que realizan actividades
de teletrabajo de manera no voluntaria.
De
toda esta discusión, se llegaron una serie de ventajas importantes de distintas
dimensiones, entre las que podemos destacar:
·
La significativa ampliación de la cantera
de trabajadores calificados y disponibles para trabajar, independientemente de
su ubicación física;
·
La reducir de la propagación de
enfermedades (es importante resaltar, de que este estudio es previo a la
pandemia mundial);
·
Reducción de costos;
·
Aumento de la productividad;
·
Reducción en la tasa de rotación del personal
y el absentismo producto de variables exógenas de la localidad donde habitan
los trabajadores;
·
Aumento de la motivación del personal
(equilibrio familiar, disminución de costos familiares = Ahorro);
·
Mejora de las estrategias de continuidad de
la empresa (ante situaciones como las vistas durante la pandemia mundial);
·
Cumplimiento en la contratación de personal
con necesidades especiales; y
·
Reducción de la huella de carbono
(cumpliendo con ello con la dimensión ambiental).
Tal
como se puede visualizar, las ventajas apuntan a un mundo más sostenible,
alineados perfectamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),
impulsado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas.
Por
otro lado, indudablemente estás medidas también tienen que afrontar una serie
de retos, inconvenientes y dificultades; entre las principales se pueden
destacar:
·
La falta de contacto personal con los demás
colegas de trabajo;
·
Problemas de supervisión, producto de la
autogestión de los colaboradores;
·
Retos para constituir la totalidad o una
parte de las tareas del trabajador (organización);
·
Difuminación de la separación entre vida
laboral y privada/mayores posibilidades de conflicto entre ambas;
·
Dificultades para desconectarse del trabajo;
·
Aislamiento social y profesional;
·
Mayores exigencias en materia de TIC;
·
Problemas de seguridad con información
confidencial; y que
·
No es aplicable a algunas tareas, donde la
presencia es fundamental.
Indudablemente,
muchos de estos escollos son parcialmente resueltos con la utilización del
teletrabajo de forma parcial, donde los colaboradores asisten al menos un día a
sus bases de trabajo, logrando concentrar en esa jornada, actividades que
requieren interacción.
De
acuerdo con J.M. Nicklin, para poder llevar a cabo el diseño del teletrabajo de
forma apropiada, deben evaluarse algunos factores. Entre ellos podemos
mencionar:
·
Proporción de las actividades a distancia o
en las oficinas del empleador, para ello se debe identificar si es a tiempo
parcial o a tiempo completo;
·
Identificar el tipo de interacción, de
acuerdo a lo comentado previamente. Lugar de ejecución: fijo o móvil;
·
Determinar con exactitud el horario:
fijo/variable
·
Identificar el nivel de colaboración:
baja/alta
·
Considerar la sincronización de tareas:
secuencial/simultánea
·
Definir la autonomía: baja/alta
Obviar
algunos de estos elementos puede conllevar a graves problemas, dado que en
algunos casos propicia el hecho de que los colaboradores terminan perdiendo su
vida personal, a expensas de obligaciones veinticuatro horas al día, siete días
a la semana.
En
aras de ser efectivos en el diseño del teletrabajo, se destacas cuatro tipos de
espacios físicos, detallados por la OIT:
·
Escritorio multiusuario (hot desking). El
trabajador trabaja a distancia una parte o la mayor parte del tiempo, y el
resto del tiempo en la oficina principal. Cuando trabaja en la oficina
principal, el trabajador ocupa un despacho no asignado, atribuido para una utilización
puntual, y no dispone de un escritorio que le estaría reservado durante sus períodos
de teletrabajo.
·
Escritorio multiusuario con reserva
(hotelling). Sistema similar al del escritorio multiusuario, pero los
trabajadores deben realizar una reserva previa.
·
Telecentros. Instalaciones que ofrecen
estaciones de trabajo y otro equipo de oficina a los trabajadores de diversas
entidades. Este tipo de teletrabajo se considera útil en la medida en que la
tecnología que ofrecen es mejor que la disponible en la oficina a domicilio,
pero se estima que está en declive debido al acceso generalizado a las redes de
banda ancha, los ordenadores portátiles y los teléfonos inteligentes.
·
Oficinas colaborativas. Se trata de
entornos de trabajo virtuales en los que los trabajadores pueden trabajar en
colaboración desde distintos lugares gracias a una red informática.
Determinar
el impacto cuantitativo del teletrabajo en el mundo ha sido una empresa
compleja. Los datos han podido ser extraídos de censos donde se pregunta a los
encuestados la forma de desplazarse hacia sus centros de trabajo. De allí se ha
podido extrapolar la cantidad de gente que responde que trabaja de forma total
o parcial desde casa.
En
esa línea, vemos como el 21% la fuerza laboral de Suiza manifestó que al menos
trabaja un día desde casa. Si consideramos que existe una parte importante de
los trabajadores que laboran en procesos productivos (trabajos donde se
requiere obligatoriamente la presencia), pudiésemos entender que prácticamente todos
las empresas mantienen a sus colaboradores de tecnología, administración y
finanzas, realizando sus actividades a distancia. En América, Canadá es el país
con más teletrabajo, llegando a un 11,20%. En Suramérica, surge Chile con un
10,70%. Paradójicamente, en Estados Unidos apenas se acerca al 3%. Es
importante destacar que el teletrabajo debe de igual forma sustentarse en una
tarea, en subordinación y remuneración, todo el con el objetivo de demarcar una
formal relación trabajador – empresa.
En
Latinoamérica, los espacios compartidos se han convertido en una oportunidad de
negocio para empresas interesadas en disminuir costos de alquiler y en una
forma de sacar provecho de las denominadas torres inteligentes. De primera
mano, países como Chile, Colombia y Perú han logrado abordar esta estrategia de
forma bastante dinámica, de la mano de empresas internacionales interesadas en
mantener estructuras sencillas y agiles. Esas entidades proveen de conexión a
internet, salones de reuniones, espacios compartidos de trabajo, refrigerios,
seguridad, casillero fiscal y manejo de correspondencia.
Ahora
bien, viendo la situación del mercado venezolano, pensar en el teletrabajo no
es una misión sencilla. Primero que todo, es importante destacar que pudiese
abrir la posibilidad de contratar personal de alta calidad con domicilio en el
exterior, lo que en sí mismo pudiese aliviar temas de autonomía y supervisión
en el trabajo. El éxodo de venezolanos ha aumentado vertiginosamente, muchos de
éstos, son profesionales formados en Venezuela y el exterior, por lo que
terminan siendo altamente apetecibles, así sea a la distancia.
No
obstante a ello, las complicaciones con los servicios de internet y
electricidad, hacen que el teletrabajo sea una opción si y solo sí, el
potencial colaborador tiene recursos para autoabastecerse de dichos servicios,
lo que luce complejo y distante. Por otro lado, se requiere de inversión en
equipos de computación que puedan responder desde cada de forma constante y
segura. Sin duda alguna, esto traería consigo un gran cambio de paradigma, considerando
que la cultura local se fundamenta en la supervisión cercana y no a distancia.
Otro
reto importante será la aplicación de normas de carácter laboral para
trabajadores que físicamente se encuentren en el extranjero, lo que
indudablemente compromete un cambio completo de la normativa laborar venezolana,
sin menospreciar la dificultad de equipararse a sueldos internacionales más
competitivos y a los retos que se presentará con trabajadores que se encuentren
en otros husos horarios.
A
modo de cierre, es importante destacar que el teletrabajo, ya sea ocasional o a tiempo completo,
es un fenómeno muy extendido que sigue
avanzando y que tiene consecuencias de gran alcance para el mundo del
trabajo, todo esto se ve facilitado
por la tecnología; sin embargo, podría ser un arma de doble filo, ya que permite que el individuo pase más
tiempo en su casa que en el trabajo, pero que también pase más tiempo
trabajando en casa. Ya no es técnicamente imposible que los empleadores en
cualquier parte del mundo, aprovechen
la amplia cantera mundial de trabajadores cualificados (retos en cuanto
a la legislación aplicable en caso de personal extranjero), pero para el caso
local falta normativa en
Venezuela, más allá de múltiples retos sociales, políticos, económicos y de
movilidad. Indudablemente, puede ser
una oportunidad la creación de espacios compartidos (como
emprendimiento) y como elemento de disminución de costos, quedando en suspenso las libertades
sindicales y el dialogo social.
Es importante destacar que se debe elevarse el nivel de contratación, dado
que se requiere mayor autonomía por parte de los colaboradores. Por último y no
menos importante, esto puede conllevar a la potencial disminución de costos, así como la instauración de
proyectos de sostenibilidad y contingencias. Definitivamente es todo un reto
que vale la pena intentar.
Cuando hay algunos trabajadores que dedican gran parte de su jornada laboral consultando Facebook, realizando compras personales viendo vídeos de gatos… la empresa pierde producción. Además tenemos riesgos de que entre ransom software,encriptadores, troyanos o de que el personal pueda llevarse información sensible y confidencial de la empresa o compartirla con la competencia. por esoesmuy importante usar Monitorizar teletrabajadores
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