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Opinión



viernes, 4 de marzo de 2022

Discurso Acto de Grado UCAB Guayana, 4 de marzo de 2022

Estimado Rector, padre Francisco Virtuoso, autoridades de la Universidad Católica Andrés Bello Caracas y Guayana, padres y representantes, profesores, graduandos y demás invitados. Amigos todos.

El primer día de la universidad está lleno de mucha incertidumbre y nerviosismo. Me consta y recuerdo claramente que es muy fuerte hacer la transición de joven de bachillerato, a futuro adulto profesional. En sí mismo, escoger una carrera para toda la vida a los 16 o 17 años es una proeza y acto de valentía (probablemente el primero de muchos por venir); las decisiones más importantes de la vida las debemos tomar cuando normalmente no estamos preparados, cada vez que puedo se lo digo a mis hijos. Esto hace que pensar y repensar sobre nuestro futuro sea una constante. Nosotros, como docentes estamos conscientes de ello y somos espectadores activos para cultivar en ustedes ese cambio de paradigma. Lo hacemos con vocación y un genuino deseo de que sean mejores que nosotros.

Luego, viene un proceso formativo y de socialización donde aprender a amar y servir se convierte en nuestro norte como UCABISTAS. Los ayudamos a formarse como profesionales y como seres humanos y en simultáneo observamos como cultivan las amistades que los acompañaran para toda la vida. Siempre los unirá el nexo de estos pasillos, de este escudo y de tantas anécdotas que recordaran por siempre durante los años que estuvieron aquí: “La primera vez que hablaron, cuando no congeniaban del todo, o cuando se ayudaron a pasar esa materia en el último instante”; esas serán algunas de las expresiones que siempre estarán presente en las llamadas o reuniones del futuro. Lo sé, porque siguen siendo las mismas que yo utilizo con mis hermanos de promoción.

Así es la vida: intensidad, victorias, derrotas, tristezas, alegrías y logros. Así es la universidad y en paralelo los hemos apoyado a conocerse y descubrirse, y la verdad es muy emocionante ver esa evolución en el tiempo, hasta el punto de considerarlos hoy como pares, colegas y potenciales socios.

Este grupo que me dio el privilegio de ser su padrino, tuvo el reto (y creo que en parte el privilegio) de presionarse a sí mismos y entender que el cambio es constante y que aprender a desaprender, para aprender nuevamente será parte de sus vidas. Tengan claro que no deben dar todo por sentado y que cada gota de sudor cuenta, cada sentadilla es importante, cada flexión es fundamental, cada pensamiento es relevante y cada reflexión es necesaria. Durante estos dos últimos años hemos visto gente partir, nos hemos apartado de otros, generamos nuevas alianzas y en líneas generales no somos las mismas personas que fuimos hace unos años. Eso está bien; eso es evolución. No teman estar inmersos en un mundo lleno de intensidad, solo por no atreverse a estar frente a frente con el fracaso. Hay lecciones que debemos aprender, y no es propio resistirnos a ello.

Ustedes estuvieron en estos pasillos, y luego, súbitamente tuvimos que reencontrarnos ante una pantalla para de forma acelerada comprender un nuevo mundo. Lo interesante es que realmente se adelantaron a su tiempo, dado que los logros que hoy alcanzaron, tarde o temprano se masificaran en una sociedad cada vez más moderna y sistematizada.

A mi generación nos tocó luchar para entender el internet. Ustedes están aquí sentados en sus butacas y les toca, producto de la pandemia, comprender que existe un mundo que no tiene oficinas ni hileras de cubículos (a nosotros aun nos cuesta entenderlo, seguimos insistiendo en esquemas obsoletos); que no hace falta ir a una tienda porque con Meta van a poder hacer sus compras como si estuviesen en cuerpo presente en el lugar; que los billetes ya tienen fecha de caducidad y que las carteras ahora son virtuales. Entramos de forma acelerada en un nuevo ecosistema que es mucho más excitante y retador, pero que también requiere de más autogestión, determinación, conocimiento y liderazgo para afrontarlo. Sé que ustedes cuentan con las bases de todo esto y van en camino a ser cada vez mejores.

Ahora bien, ¿qué les depara el futuro? Es una pregunta increíble que genera ansiedad, pero al mismo tiempo emoción. No tengo respuesta para esta incógnita; el presente esta para mi razonablemente claro, pero más allá de eso sigo teniendo mis dudas, la pandemia me dejó esta enseñanza. Lo que sí puedo decirles es que les deseo un futuro grandioso, así tienen que escribirlo donde sea y por sobre todo, trabajarlo para que ello ocurra (los resultados no van a llegar, si ustedes no se esfuerzan al máximo). Están empezando sus vidas como profesionales y es hora de que luchen por sus sueños, no los de otros.

Sean felices, bailen, canten, quieran, déjense querer, aprendan un idioma extranjero, entiendan como los afecta las finanzas personales y empresariales, hagan cursos de oratoria, entréguense a la vida con pasión, suban montañas y respiren profundo, recuerden que las experiencias están para vivirlas y que lo más importante es que sintamos que nuestro paseo lo transitamos con: intensidad, amor y siendo solidarios con los que nos rodean.

No dejen nada en el tintero, porque el sentimiento más increíble es sentir que han logrado todo lo que se han propuesto en el tiempo. Pero importante, esto no es una carrera de 5K, estos son 42 kilómetros y 195 metros, así que hay que administrar las fuerzas para poder llegar de pie a la meta y celebrar a lo máximo. Espero que estás idea retumben en sus corazones cuando sientan dudas.

A modo de cierre y con esto me despido: Jóvenes, nuevos colegas, amigos, futuros socios: No teman equivocarse, solo teman no darlo todo para ser la mejor versión de ustedes mismos. ¡Felicitaciones! Muchas gracias,

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