Entorno en movimiento
Aguas arriba
El mundo se va moviendo a una velocidad que por momentos no nos permite siquiera reaccionar. Uno de los principales problemas que tenemos es que nos volvemos reactivos por excelencia y no anticipamos ninguna de las variaciones que el entorno nos muestra tímidamente y que con un poco de olfato hubiésemos podido detectar.
Este punto está atado sin duda alguna al hecho de que en ocasiones no hemos estudiado bien el mercado en el que nos desarrollaremos y los aspectos económicos que afectarán la oferta y demanda de nuestros productos, lo cual atentará de manera positiva o negativa en nuestro negocio.
El dejar que el negocio vaya a la deriva generará que los éxitos lleguen por pura fortuna y no por la aplicación de buenas prácticas en el quehacer diario del emprendimiento.
Aguas en el medio
Una gran idea se puede ir a la quiebra por no lograr alianzas con proveedores estratégicos, por problemas de despacho, por mal manejo del flujo de caja, por discrepancias entre los socios, por falta de tiempo y en algunos casos por ruptura del compromiso con el negocio.
Hace un tiempo discutía el tema de la selección de los socios, y definitivamente ese es un punto clave. La línea de los socios debe ser clara en todo momento y ver el negocio en términos objetivos y no solo como algo etéreo que está allí y que me gustaría que fuese como el de mi vecino –que si es rentable-. Si el entorno se estudia constantemente y la línea del negocio se sigue disciplinadamente, haciendo ajustes cuando el mercado lo requiera, solo será cuestión de tiempo.
Aguas abajo
Pensar que todo saldrá bien porque si, es un error fatal. Pensar que los resultados buenos llegaran de la noche a la mañana, es un error fatal. Pensar que no conociendo nadie tu propuesta, llegarán solos a tu negocio, es un error fatal. Cambiar de opinión constantemente sobre el rumbo del negocio -no dando algo de oxigeno a las decisiones-, es un error fatal. Lamentarse de que existe una conspiración del mundo para que todo salga mal, es un error aún peor.
Los emprendimientos que prenden y florecen de la noche a la mañana son una verdadera bendición divina. Los que comienzan de a poco y se van convirtiendo en lo que soñamos a punto de trabajo y esfuerzo son una obra de arte digna de respeto y admiración. Muchos negocios exitosos comenzaron con pérdidas grotescas en sus primeros años. Lamentablemente la cultura latina tiene como norte recuperar la inversión incluso antes de haberla invertido.
Si no estás comprometido con el emprendimiento, si no estudias el entorno económico, si no estás dispuesto a perder, no será muy fácil tener un resultado iluminado. ¡A seguir pensando, a seguir trabajando! Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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