Aguas
arriba
Para
nadie es un secreto que el sector privado -normalmente- trabaja con niveles más
altos de eficiencia. En el sector privado siempre priva el hecho de hacer las
cosas de la calidad requerida -para evitar riesgos de demandas-, en tiempo -con
el objetivo de poder iniciar nuevos proyectos- y de forma rentable -para la
obtención de la ganancia mínima esperada-. Al unirse todos estos elementos, se
logran engranar todas las piezas necesarias para la ejecución de proyectos de
cualquier envergadura.
Si los
proyectos son llevados a cabo con algún Estado o ente público, se le deben
sumar elementos de contraloría y fiscalización, que garanticen que el proyecto
se haga sin vicios de corrupción y que la obra en vez de ser una
solución, se termine convirtiendo en un gran problema y ejemplo de ineficiencia
de parte y parte.
¿Han
escuchado el término "BOT"? Estas son las siglas en ingles de
Construir, operar y luego transferir -Built, operate and transfer- la obra
ejecutada, encomendada por algún ente público con evidente interés social.
Aguas en
el medio
Imaginen
por un momento una autopista de cuatro canales en cada sentido, con un tren en
paralelo a toda velocidad que cruce todo el país de punta a punta y que sea
administrado, gestionado y mantenido en su totalidad por una empresa privada
por una cantidad de años determinada y que su funcionamiento sea óptimo.
Imaginen
que la autopista y el tren fueron financiados en su totalidad por dichas
empresas privadas y que el tiempo que sea administrado por ellas, es el tiempo
razonable para poder recuperar la inversión y tener una ganancia razonable.
Piensen
que para hacer el negocio atractivo para extranjeros, incluso el gobierno
decide que su utilidad estará libre de impuestos y que solo deberá dejarse fiscalizar
cada año para verificar el cumplimiento administrativo, seguridad en el medio
ambiente de trabajo y aspectos de índole laboral. Además de eso, ninguna norma
que sea modificada en tiempo razonable tendrá efectos para ellos, a menos que
mejore sus condiciones.
Ahora
chequeen los precios para utilizar el tren y la autopista y vean que aun cuando
son más seguras y rápidas tanto para personas como para cargas, puede resultar
algo costoso, por lo que el gobierno mantendrá las vías que actualmente están
disponibles y que su tránsito será libre de tasas, para que de esa forma, las
personas y empresas que no quieran utilizar la autopista/tren, sean libres de
transitar o no por allí.
Aguas
abajo
Ahora
lleve esto a cualquier medio de transporte, museos, áreas recreativas,
recolección de basura, puertos, aeropuertos, etc., y verá como la tecnología,
las buenas prácticas y la prosperidad van creando una red de beneficios
que no originaran desembolso primario del Estado, por un activo que pasará a su
poder tarde o temprano.
Todo este
escenario se conoce como concesión de obra pública, donde se le entrega a un
tercero la responsabilidad de diseñar, planificar, financiar, construir,
conservar, ampliar o reparar un bien público, a cambio de una contraprestación
que deberá ser pagada por los usuarios del mismo por un tiempo acordado.
Hay algo
muy importante que en ocasiones no se pondera. Los inversionistas toman los
riesgos, ponen el capital y tratan de ser eficientes en lo posible. Con todo
esto, transfieren el "know how" de lo hecho, permitiendo a cualquier
país, la posibilidad de llevar a cabo sus propios retos, generando cada vez más
desarrollo. Soñando un poco con los ojos abiertos en fórmulas para llevar a
cabo proyectos que beneficien a todo un colectivo. Hasta una próxima entrega.
@wlagc http://garciagomezsoler.blogspot.com/
Foto: Monagas, Venezuela
Excelente enfoque!. Creo que nos falta mucha mas iniciativa privada que deje los temores de lado y proponga modelos de gestion de capital democratizado que financie los proyectos visionarios que necesitamos. Estoy seguro que el gobierno socialista actual no podria rechar las permisologias si los promotores tienen de socio a cientos o miles de inversionistas. Hay que abrir el debate y ser mas practicos para disenar y ejecutar los proyectos. El reto no sera el financiamiento sino la voluntad de querer accionar.
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