Cóctel legal
Aguas arriba
El impuesto sobre la renta se vuelve efectivo en
una sociedad donde se genera "renta". Es fácil deducirlo, sólo con
leer el nombre del tributo con un tono particularmente sarcástico. Siendo así,
estoy seguro que podemos ver que persigue un impuesto con semejantes características,
sin tomarse la molestia de permanecer cinco años en un salón de clases.
Si en la jurisdicción evaluada, los sujetos de derecho no generan
"renta", este tributo pierde fuerza y se convierte sólo en la excusa
perfecta para intimidar y dar entrada libre a toda una serie de tributos
paralelos que de forma sencilla, y en muchos casos sin atender a la capacidad
contributiva de los contribuyeres, se vuelven en el camino más inmediato para
recaudar dinero de forma masiva -que probablemente no se genera de manera
suficiente por los particulares- para con ello coadyuvar finalmente con las
cargas públicas de la nación.
Cuando el protagonista deja de ser el impuesto a la ganancia, es muestra
clara de la situación que se atraviesa puntualmente en dicha jurisdicción. Es
el resultado franco de lo que ocurre y de los que gozan de preferencias,
dependiendo del sector donde se desenvuelvan.
Por el contrario, en un ambiente donde la renta marca la pauta, el
sistema tributario tiende a ser más sencillo tanto para la administración
tributaria, como para los particulares, por lo que se logra dirigir todos los
esfuerzos en recaudar un tributo al que una cantidad importante de sujetos esta
obligada.
Aguas en el medio
Ahora bien, en un ambiente controlado para empresas transnacionales,
dicha situación pudiese perjudicarlos desde el punto de vista patrimonial, pero
quizás no desde el punto de vista de recaudación para la administración
tributaria, dado que con el mecanismo de precios de transferencia pudiese
llevarse una pérdida o utilidad marginal, a la ganancia que obtendrían empresas
con las mismas características con información pública en el extranjero.
Así las cosas, pudiese ocurrir algo verdaderamente injusto, al trastocar
la situación financiera, sin afectar la recaudación gubernamental. Esto pudiese
ser el día a día de negocios complejos, donde el inversor se encuentra en el
exterior y mantiene estrecha relación comercial con la empresa poseída. La
mejor alternativa para esto, es mantener análisis exhaustivos a fin de poder
prever desviaciones de este tipo.
Aguas abajo
Es cierto que muchas entidades de forma unilateral realizan estrategias
tendientes a desmejorar jurisdicciones menos ventajosas en aspectos de
repatriación de beneficios y con volatilidad monetaria y política, generando
desviaciones intencionadas -y en ocasiones hasta justificables- para poder
tener cierto control en el uso eficiente de los recursos, pero regular precios
de forma autocrática, con personal evidentemente no calificado para llevar
análisis de esta envergadura en corto plazo, pareciese ser algo
desproporcionado.
El mercado se regula cuando existe abundancia, condiciones claras e
inexistencia de burocracia. Si la única forma de constituir una entidad es
viviendo momentos desagradables ante entes gubernamentales y desde ese momento
en adelante todo ocurre de forma inimaginable, pareciese poco probable manejar
un mercado sano, de competencia y con evidentes beneficios para empresarios,
estado y por sobre todo, para el colectivo. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Foto: Hidroeléctrica Simón Bolívar, Puerto Ordaz - Venezuela
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