Aguas
arriba
Hace un
par de décadas, vi con mucho interés fuertes problemas de dumping que generaron
en Venezuela serias distorsiones a productores locales, que veían con asombro
como transnacionales e importadores locales, colocaban en el mercado una gama
de productos con precios de venta muy por debajo de los valores de costo que
manufactureras nacionales tenían que erogar para producir bienes incluso con
menor calidad.
Esto
obviamente generó un gran desincentivo y debilitamiento del -ahora nuevamente
popular- "hecho en Venezuela", que sin lugar a dudas es el motor
necesario en cualquier momento de la historia para generar prosperidad. No hay país
en el mundo que se puede hacer el espectador en un ambiente tan competitivo
como el que vivimos. No solamente hay que hacer más, hay que ser mejores.
Aguas en
el medio
Mucha
gente veía ese lema con orgullo, mientras que otros tantos lo veían como
sinónimo de mala calidad, por los esfuerzos y sacrificios que debían hacer las
empresas para estar por debajo de los precios de bienes foráneos. Ciertamente
el empresariado tiene el conocimiento y pulmón para hacer grandes proyector,
pero si existe “saboteo” por parte de entes reguladores, no queda mucho margen
de maniobra.
Esto
paulatinamente se fue solucionado mediante mecanismos antidumping que lograron
como resultado que los precios extranjeros no fueran tan atractivos y se
volviesen en una suerte de productos suntuarios, donde sólo unos pocos
podían demandar bienes con dichas características -algo que puede ser común en
cualquier latitud-, dando así empuje a la producción local.
No es
momento de analizar si la decisión es sabia no, el tema es que cada país debe
velar por el crecimiento de la producción local. Obviamente esto está atado a
la confianza que pueda existir entre las partes. No se puede obligar a producir,
si no existe un mensaje claro, sincero y legal.
Aguas
abajo
Ahora bien,
pasa el tiempo y más bien nos hemos dedicado a importar de forma masiva y la
exportación la hemos dejado como una anécdota que se cuenta frente a un grupo
de personas más jóvenes que el interlocutor, como el que cuenta lo divertido
que era volar papagayos en esta época del año sin que nada te perturbara o peor
aún, cuando decimos que en alguna época una lata de leche golpeada no se la
llevaba nadie del supermercado.
La
producción local ha disminuido sensiblemente y ha sido sustituido por la
importación masiva, siendo obviamente mucho más sencillo hacer un pedido que
diseñar un proceso productivo, lo que verdaderamente es una lástima puertas
adentro.
Normativas
laborales extremadamente proteccionistas, control del cambio que sigue privando
la repatriación de beneficios, poca claridad sobre medidas que sean
consistentes en el tiempo y que llenen de seguridad jurídica a nuestro entorno,
pocos beneficios de corto, mediano y largo plazo y un cerco burocrático que
hace que constituir una compañía que cumpla con todas sus obligaciones es sólo
una mera ilusión, atentan directamente contra la generación de progreso tan
anhelado por todos los que seguimos trabajando 24/7 para generar bienestar.
Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Foto: Puerto Ordaz, Estado Bolívar - Venezuela
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