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Opinión



domingo, 18 de enero de 2015

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 183

Comportamiento de mercados

Aguas arriba



Ante la escasez, las leyes de oferta y demanda (pero principalmente el sentido común) actúan de una forma determinada y determinante, considerando que existen pocos productos y muchas personas interesadas en adquirir el mismo bien, al mismo momento. Por el contrario, en un mercado en el cual existe una oferta amplia de bienes, la competencia entre los productores y/o distribuidores es muy fuerte para proteger mercados y no precios. Fíjense el punto, tratan de proteger sus mercados, incluso a expensas del precio de venta (siempre y cuando sea superior a sus costos).

Al final de cuenta, el productor en masa ve que su ganancia se basa en cantidades, por lo que su preocupación será ser cada vez más efectivo, mientras aumenta su capacidad instalada para así maximizar sus beneficios. De no poder hacerlo, coexistiendo con otros que si han podido llevar a cabo proyectos en constante desarrollo y crecimiento, eventualmente terminan desapareciendo, dado que la ineficiencia se paga así. Otro punto clave, son empresarios que invierten porque saben que siendo más efectivo, podrán moverse mejor en sus mercados, versus el empresario (o el que pretende serlo) que no lo percibe de la misma forma.

Aguas en el medio
Para los casos de estudio, vemos como ante una escasez importante de bienes, los mismos se hacen más costosos, dado que el mejor postor será el que los pueda adquirir (por un tiempo perentorio). Obviamente, esto no es sustentable en el tiempo, considerando que no estamos hablando de escasez de bienes suntuarios, sino por el contrario estamos hablando de bienes pertenecientes a la dieta básica de la población y algunos otros que son prioritarios por sus características particulares. Estamos hablando de bienes en cantidades limitadas y personas con recursos limitados para adquirirlos.

El otro lado de la moneda es el sector petrolero. Vemos que los países no alineados a la OPEP están inundando el mercado de productos, logrando de esta forma que ante la abundancia de un bien, sus precios terminen bajando a niveles que para algunos pudiesen ser inconvenientes. El punto principal es que el manejo gerencial privado tiene una vigilancia más precisa del costo del bien (llámese barril), por lo que una rentabilidad que para algunos luce irrisoria, para otros pudiese ser aceptable, considerando los riesgos asociados a cada sector.

El hecho de que exista abundancia hoy es algo que quizás no pueda ser sustentable en el largo plazo; no obstante, es cierto que mientras esté la abundancia, los mercados y particulares deben prepararse para poder ser más eficientes bajo un contexto que a algunos beneficiaría, pero que a otros los dejaría con dudas sobre sostenibilidad.

Aguas abajo

No es cuestión de tener una bolita de cristal. El punto está en que los mercados reaccionan de una forma particular, dependiente del accionar de los agentes, por lo que cada quien tendrá una cuota parte de responsabilidad en los eventos que ocurran. Si el empresariado no apuesta en el crecimiento de su negocio es fundamentalmente porque sufre de miopía gerencial o porque el estado como ente regulador no le da las condiciones mínimas necesarias para que pueda actuar de forma conveniente. La única forma como este último, puede darle condiciones al primero, es principalmente generando un clima de seguridad jurídica tal, que le permita pensar en desarrollar su plan de negocio a un ritmo sano, pero sin detenerse.

Es muy complejo levantarse cada mañana inspirado a desarrollar un negocio, invertir en bienes de capital, contratar personal o mejorar las condiciones del existente y en líneas generales realizar una línea de acción completa para desarrollar un concepto y ponerlo en marcha, si a media mañana leemos que nuestros bienes pueden ser expropiados, que si manejar stock (que es algo normal en todo el mundo) puede ser considerado un hecho ilícito, que será imposible obtener divisas para la compra de bienes (o para cualquier otra actividad legal y normal que se desee), que si ante un trabajador descontento la probabilidad de perder teniendo la razón es altísima y tantas otras trabas burocráticas, administrativas (entre otras innombrables) terminan engatillando el desarrollo.


El gerente moderno, consciente de su rol no debe desfallecer y seguir manejando valores y ética de trabajo que permitan crear negocios que estén enfocados en generar bienestar a los socios, colaboradores y demás personas que rodean el emprendimiento, para que la fuerza de cada uno vaya sumando. Hasta la próxima entrega. @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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