Comienzo de año
Aguas arriba
Esta comenzando el año 2015 y por razones estrictamente occidentales y en algunos casos legales o estatutarias comenzamos un nuevo ciclo, que para efectos más prácticos no es más que un año nuevo.
Este nuevo periodo de doce meses comienza con varios retos y amenazas muy particulares que son producto de la resaca que traemos de un 2014 muy difícil, que incluso pudiésemos verlo como el peor en al menos las dos últimas décadas en el país.
Nos encontramos de primera mano con una reforma tributaria que aún estamos digiriendo, pero que casi de inmediato observamos que tiene un fin estrictamente recaudatorio, lanzando al vacío innumerables victorias democráticas de países más o menos civilizados.
Aguas en el medio
Los impactos los iremos conociendo el el corto plazo y nuestros planes deberán adaptarse a ello velozmente, para poder ir mitigando los riesgos asociados que nos afecten como contribuyentes y ciudadanos. Desde el mismo mes de noviembre se iniciaron los análisis; sin embargo, la presencia de diciembre tiene como práctica común -de los últimos años- el de nublar nuestro entendimiento de forma transitoria. Pueden venir más cambios o implementación de nuevos tributos, con fines estrictamente de recaudación.
Por otro lado, nos conseguimos con altísima inseguridad jurídica y personal y una herencia inflacionaria importante, producto del peor control cambiario que hayamos podido vivir, que sirven como precursores de un impensable desabastecimiento y del sucesivo desincentivo para invertir en producción y no sólo en distribución/importación como es la tendencia en jurisdicciones donde los riesgos son excesivamente altos.
El reinventarse -gracias a la adquisición de más conocimiento- podrán ser la fórmula para poder seguir haciendo negocios en un 2015 que nacerá con un precio del barril que se acerca a su costo de producción -se parece mucho al precio justo- y que obviamente generará que nuestra balance se vea seriamente afectada, considerando que no nos hemos tomado la molestia de desarrollar nuestro parque industrial, dado que increíblemente al parecer tenemos los peores empresarios del mundo.
Aguas abajo
No todo es malo. La observación es fundamental para dejar de llorar y empezar a atender mercados desatendidos. El que produce jabón a poca escala y ve que productos de marca están fuera de competencia, tendrán la certeza de que su producto podrá venderse en un cien por ciento.
El que consigue producir bienes en que tradicionalmente son importados, sólo deberá preocuparse por hacer un par de contactos para ver como todo su producto será apetecido por el mercado.
En general, si en diciembre el whisky escaseó, se vio como el productor de ron vendió hasta su última botella con poco esfuerzo, así que sólo será cuestión de analizar filosóficamente los negocios y volver a la aburrida teoría de como hacer un negocio rentable. Obviamente la paciencia será fundamental.
Para terminar. Como el emprendimiento no ve fronteras, una buena idea solo requiere de trabajo y visión, así que es momento de ver las piezas del ajedrez con particular detenimiento y moverse con mucha sabiduría. Por allí dicen que en el 2015 no se requieren deseos sino acciones. Hasta una próxima entrega. @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario