Poder adquisitivo
Aguas arriba
El salario es la
cantidad de dinero que percibe una persona producto de su trabajo, por parte
del patrono para el cual realiza una labor encomendada. Esta remuneración se
recibe de forma periódica y normalmente está protegida legalmente en prácticamente
todas las jurisdicciones que pudiesen considerarse como “civilizadas”. Para que
una persona se pueda entender como asalariado debe haber una tarea, una
remuneración y subordinación.
Además de esto, los
entes gubernamentales tratan de crear ciertos esquemas, para así garantizar que
los trabajadores perciban al menos un “salario mínimo”, con el cual puedan cubrir
necesidades básicas para su desarrollo personal y que a su vez sirvan para el
sustento de sus dependientes. El salario mínimo no debe crear cordones de
miseria.
Para generar más o
menos una estandarización para efectos comparativos, las jurisdicciones cambian
su salario mínimo al tipo de cambio de la divisa dólar americano, a fin de poder
conocer las desviaciones entre país y país. Claro está, el poder adquisitivo es
fundamental para medir los niveles de comparabilidad, dado que si no se puede
comprar más o menos lo mismo en cada jurisdicción, el análisis tiende a carecer
de validez.
Aguas en el medio
En America Latina,
países como Argentina, Chile y Ecuador gozan de los más altos salarios mínimos
de la región, no sobrepasando los 600 dólares americanos por mes. Por otro
lado, países como México y Bolivia son menos de la mitad que los líderes del análisis.
En el presente análisis no se persigue determinar el porcentaje de habitantes
que reciben dicha remuneración, lo cual daría un sentido mayor al impacto en la
sociedad por la tenencia de remuneraciones mínimas realmente bajas, aun cuando
lo más importante es saber lo que se puede hacer mes a mes con esa cantidad de
dinero.
Para el caso
venezolano, la historia es otra. El sueldo mínimo vigente (a partir del 1/7/15)
es de Bs7.421,68. Para poder llevarlo a dólares hay que hacer varios cálculos,
pero probablemente no serían comparativos para efectos del análisis. Para ser
justos, habría que decir que a 6,30 por US$ serían US$1.178 (el líder); a 12
por US$, sería US$618,47 (en la lucha) y que a 200 por US$, serían unos US$37,10
(de último). Pudiésemos seguir avanzando, pero considero que con el último renglón
ya se nota la tendencia.
Siendo así, todo
indica que la distorsión es bastante importante y denota el sentir diario de lo
que observamos en los distintos mercados donde se ofertan y demandan bienes y
servicios. Da la sensación de que se debilita diariamente a medida que el tipo
de cambio de referencia se hace más rebelde frente a nosotros.
Aguas abajo
Ahora bien, una
pregunta importante es conocer la cantidad de venezolanos que viven con una
remuneración de ese tipo, y la verdad pudiesen darse muchos números que
realmente pierden valor al notar como gran parte del colectivo se han
desprofesionalizado, al ver que es más lucrativo la compra y venta al “menudeo”
(para llamarlo de alguna forma menos ordinaria), lo que afecta a la
colectividad que no se dedica a esa actividad, al Estado como sujeto activo de
obligaciones tributarias y a los mercados que no saben cómo reaccionar ante
tanta locura junta.
Personas aventajadas
han dado opiniones y análisis mucho más precisos, defendiendo la tesis de que
todo mercado regulado abre la puerta a la corrupción y al manejo incorrecto de
los elementos que forman parte de los mercados. Está claro que no hay nada más
que decir, pero mientras tanto, nuestra inclusión en los listados de sueldos
mínimos a nivel de Latinoamérica debe
tener un asterisco, tal como lo debería tener el record de home run de Barry
Bonds. Hasta la próxima entrega @wlagc
http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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