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Opinión



domingo, 28 de junio de 2015

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 206

Poder adquisitivo

Aguas arriba


El salario es la cantidad de dinero que percibe una persona producto de su trabajo, por parte del patrono para el cual realiza una labor encomendada. Esta remuneración se recibe de forma periódica y normalmente está protegida legalmente en prácticamente todas las jurisdicciones que pudiesen considerarse como “civilizadas”. Para que una persona se pueda entender como asalariado debe haber una tarea, una remuneración y subordinación.

Además de esto, los entes gubernamentales tratan de crear ciertos esquemas, para así garantizar que los trabajadores perciban al menos un “salario mínimo”, con el cual puedan cubrir necesidades básicas para su desarrollo personal y que a su vez sirvan para el sustento de sus dependientes. El salario mínimo no debe crear cordones de miseria.

Para generar más o menos una estandarización para efectos comparativos, las jurisdicciones cambian su salario mínimo al tipo de cambio de la divisa dólar americano, a fin de poder conocer las desviaciones entre país y país. Claro está, el poder adquisitivo es fundamental para medir los niveles de comparabilidad, dado que si no se puede comprar más o menos lo mismo en cada jurisdicción, el análisis tiende a carecer de validez.

Aguas en el medio

En America Latina, países como Argentina, Chile y Ecuador gozan de los más altos salarios mínimos de la región, no sobrepasando los 600 dólares americanos por mes. Por otro lado, países como México y Bolivia son menos de la mitad que los líderes del análisis. En el presente análisis no se persigue determinar el porcentaje de habitantes que reciben dicha remuneración, lo cual daría un sentido mayor al impacto en la sociedad por la tenencia de remuneraciones mínimas realmente bajas, aun cuando lo más importante es saber lo que se puede hacer mes a mes con esa cantidad de dinero.

Para el caso venezolano, la historia es otra. El sueldo mínimo vigente (a partir del 1/7/15) es de Bs7.421,68. Para poder llevarlo a dólares hay que hacer varios cálculos, pero probablemente no serían comparativos para efectos del análisis. Para ser justos, habría que decir que a 6,30 por US$ serían US$1.178 (el líder); a 12 por US$, sería US$618,47 (en la lucha) y que a 200 por US$, serían unos US$37,10 (de último). Pudiésemos seguir avanzando, pero considero que con el último renglón ya se nota la tendencia.

Siendo así, todo indica que la distorsión es bastante importante y denota el sentir diario de lo que observamos en los distintos mercados donde se ofertan y demandan bienes y servicios. Da la sensación de que se debilita diariamente a medida que el tipo de cambio de referencia se hace más rebelde frente a nosotros.

Aguas abajo

Ahora bien, una pregunta importante es conocer la cantidad de venezolanos que viven con una remuneración de ese tipo, y la verdad pudiesen darse muchos números que realmente pierden valor al notar como gran parte del colectivo se han desprofesionalizado, al ver que es más lucrativo la compra y venta al “menudeo” (para llamarlo de alguna forma menos ordinaria), lo que afecta a la colectividad que no se dedica a esa actividad, al Estado como sujeto activo de obligaciones tributarias y a los mercados que no saben cómo reaccionar ante tanta locura junta.


Personas aventajadas han dado opiniones y análisis mucho más precisos, defendiendo la tesis de que todo mercado regulado abre la puerta a la corrupción y al manejo incorrecto de los elementos que forman parte de los mercados. Está claro que no hay nada más que decir, pero mientras tanto, nuestra inclusión en los listados de sueldos mínimos  a nivel de Latinoamérica debe tener un asterisco, tal como lo debería tener el record de home run de Barry Bonds. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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