Resumen
El objetivo de esta investigación es analizar, a través
de una metodología descriptiva basada en documentos, la forma cómo la labor del
educador ha sido histórica y sistemáticamente subvaluada en lo económico. Este
fenómeno podría llevarnos a la deshumanización económica del docente. En este
sentido, se describen algunos elementos económicos de la situación política
venezolana, haciendo mayor énfasis en el estado de los profesionales de la
docencia; además de indagar sobre los indicadores que afectan principalmente la
remuneración de los trabajadores venezolanos y finalmente comentar la posición
actual de los docentes en el extranjero (tanto en Suramérica, como en ciertos
países industrializados). En simultáneo, es analizado el poder adquisitivo de
los docentes y su impacto social. Se concluye que los educadores han sido
desfavorecidos económicamente, lo que afecta de igual forma a representantes y
estudiantes a todos los niveles. Al comparar la remuneración que reciben los
locales, con los ingresos percibidos por sus colegas en el extranjero, se puede
constatar la diferencia existente.
Palabras claves: Educación; deshumanización;
salario; empleo.
Abstract
The purpose of this research is to analyze, through a
descriptive methodology based on documents, the way in which the educator's
work has been historically and systematically economically undervalued. This
phenomenon could lead to economic dehumanization of educators In this sense,
some economic elements of the Venezuelan political situation are described,
placing greater emphasis on status of teaching professionals; in addition to
inquiring about indicators that mainly affect remuneration of Venezuelan
workers and finally commenting on current position of teachers abroad (both in
South America and in certain industrialized countries); At the same time, is
analized purchasing power of teachers and their social impact are analyzed. It
is concluded that educators have been economically disadvantaged, which affects
parents and students at all levels in similar way. When comparing the
remuneration that premises receive, with income received by their colleagues
abroad, existing difference could be verified.
Keywords:
Education; dehumanization; salary; employment.
Introducción
De acuerdo con lo expresado por Ponce (2015), en ponencia
de divulgación realizada en Febrero de 2016, ante el Observatorio de Gasto
Público en el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad
(CEDICE), producto de estudio llevado a cabo de forma mancomunada por las
universidades Central de Venezuela (UCV), Simón Bolívar (USB) y Universidad Católica
Andrés Bello (UCAB), se concluyó que la pobreza arrojó cifras del 72% al 76% en
el período comprendido desde 1997 hasta el 2011, aclarando que siempre el
número en este parámetro es más alto, considerando que los hogares con escasos
recursos tienden a ser más numerosos.
En el mismo estudio, se constató cierta mejoría en cuanto
a los indicadores de pobreza en épocas en las cuales el precio del petróleo
estuvo mundialmente a niveles récord, considerando que Venezuela es productor y
exportador de crudo; no obstante, en líneas generales, los resultados apuntaron
a que durante el período sujeto a estudio se estuvo en peores condiciones a las
vistas en períodos previos (Etapa democrática, posterior al 23 de enero de
1958, hasta la instauración de la denominada quinta república). En cuanto a
tipología, la especialista aclaró que existe “la pobreza un poco más coyuntural de índole económica, la pobreza más
estructural que tiene que ver con las condiciones de vida, y la pobreza crónica”.
Siendo así, considerando el trabajo previamente citado, el problema económico
del ciudadano venezolano ha ido empeorando.
En función a ello, todo estudio que se haga en torno a
determinar la calidad de vida de los venezolanos, y que en simultáneo establezca
las causas, consecuencias y antídotos para su resolución, serán fundamental
bajo un entorno adverso tanto para el Estado venezolano, como para las personas
que hacen vida en el país, en aras de lograr promover condiciones mínimas para
dignificar la situación de los ciudadanos y foráneos. Los hechos económicos que
han azotado al país suramericano, han tenido efecto en prácticamente todos los
sectores de la economía y la sociedad; no obstante a ello, educación, salud,
seguridad y alimentación han sido de los más afectados, incluso, en medio de
una de las bonanzas económicas más importantes para la nación, producto de los
altos precios de petróleo, principalmente entre los años 2006 y 2014, tal como
lo detalla el análisis llevado a cabo por el Servicio Geológico Mexicano.
El docente venezolano no escapa del espiral de pobreza,
por lo que su presencia en el cordón de miseria es evidente y de una u otra
forma empeora el escenario nacional, dado que convive y forma parte de ese más
del 70% que no cuenta con condiciones dignas de vida. El presente análisis
atenderá fundamentalmente la situación del educador, en el entendido inicial de
que a través de éste, se logra un efecto multiplicador de importante alcance, lo
que justifica que claramente se encuentre debajo de los reflectores.
En función a lo anterior, el objetivo de la presente
investigación es describir algunos elementos económicos de la situación
política venezolana, haciendo mayor énfasis en el estado de los profesionales
de la docencia; indagar sobre los indicadores que afectan principalmente la
remuneración de los trabajadores venezolanos y finalmente comentar la posición
actual de los docentes en el extranjero (tanto en Suramérica, como en ciertos
países desarrollados). De igual forma, se analiza el poder adquisitivo de los
docentes y su impacto en la sociedad.
Deshumanización
El término deshumanizar tiene una connotación enérgica
desde el punto de vista lingüístico, por lo que su uso, en sí mismo, pudiese
considerarse como una provocación. De acuerdo a la Real Academia
Española, deshumanizar es “privar de
caracteres humanos”, dando con ello un comprometido peso al concepto. Los
caracteres humanos tienen una relación inicial con aspectos de naturaleza
biológica, por lo que abrazan especialmente a los elementos de la genética,
convirtiéndose con ello, por las variables científicas que conlleva, en un tema
de amplia complejidad. No obstante a lo anterior, en la práctica diaria, dicho
concepto ha sido acuñado por las ciencias sociales, gracias a la intervención
de George Orwell (1949) en su obra “1984”, debiendo agregarse la religión, la
ideología, los valores y cualquier otro componente que individualice
socialmente al ser humano, sin obviar los derechos y deberes agregados dentro
del pacto que generalmente se lleva a cabo entre ciudadanos y estados
democráticos. En este contexto, se ha hecho común en la literatura la
utilización del término “deshumanizado”, el cual se ha convertido en un
calificativo que describe una situación contraria en cabeza del así señalado.
George Orwell, en su obra previamente citada, analiza
detalladamente el proceso de deshumanización que se da en estados autoritarios,
quienes van coartando de forma sistémica e intensa la ciudadanía de las
personas, hasta el punto de clasificarlas y despojarlas de los atributos que
como sujetos deben ser teóricamente respetados. Este concepto está atado a los
derechos humanos, debatidos a nivel mundial, y que aun en el presente siglo
siguen sorprendiendo a gobiernos y colectivos, por las grandes distorsiones que
se dan constantemente, sin aparente control por parte de las autoridades, y en
muchos casos incluso auspiciados por éstos. Jean-Claude
Michéa (1995), en profundo análisis sobre la obra “1984”, trata de sacar las
mejores lecciones que pueden darse sobre el tema de la deshumanización de las
sociedades y sus perniciosos efectos sobre los afectados y generaciones
futuras.
Una forma de deshumanizar a
los ciudadanos es a través de la educación y la economía, convirtiendo a
comunidades enteras en improductivos funcionales, quienes quedan sometidos ante
el poder y terminan arruinados con la anuencia de todos. Al llevar esto al
plano educativo, es preciso mencionar lo que describe brevemente Orlando
Carvajal (2011) en su libro “Mitos, Realidades y Propuestas Educativas”, cuando
resalta que “la resultante del estado
ruinoso de muchos planteles; del estrés de unos docente que arrastran un
sobretrabajo para poder subsistir; de unos programas de estudio hipertrofiados
y desenfocados; y de una enorme debilidad y desidia gerencial (p.16)”
terminan siendo para efectos del presente análisis un coctel que
irremediablemente logra desmoralizar a
un colectivo interesado en brindar educación, pero que al final del día ofrecen
enseñanzas desprovistas de calidad, con un costo diferido complejo de
determinar en el ahora.
Así las cosas, el término
deshumanización termina siendo la forma resumida de expresar socialmente el
resultado de la relación entre Estados y ciudadanos, donde estos últimos quedan
sometidos (dominados) ante los primeros por la fuerza y/o con la palabra. Esto
trae consigo un impacto desmoralizante para el afectado, con lo cual termina
convirtiéndose en un rehén de la clase política en oficina, deviniendo en un
sistema dictatorial y totalitario; perdiéndose con ello los valores
fundamentales del hombre libre, el cual acepta ser dirigido por funcionarios
públicos encargados de velar por intereses comunes de un colectivo y así vivir
en sociedad.
Con ello se devela que la
deshumanización no solo transgrede al docente, dado que este efecto va en
cascada en torno a todos los stakeholders
vinculados con la educación. Siendo así, al deshumanizar al líder del aula, se
deshumaniza al estudiante, a su familia y por consiguiente, a toda una
sociedad.
Libertad Económica y Legal en
Venezuela
De acuerdo a María Gabriela
Ponce y Lissette González (2015), en la presentación de su investigación. “la
mejora del nivel vida de las sociedades ha sido favorecida, tanto por
iniciativas privadas como políticas públicas…”, por lo que evidentemente debe
ser un trabajo mancomunado, propiciando el “…progreso tecnológico, crecimiento
económico, bienestar social, desarrollo sostenible, calidad de vida,
capacidades humanas y desarrollo en libertad…” Hasta la fecha, esta ha sido la
fórmula utópica para vivir en sociedad y lograr resultados razonablemente
aceptables en favor de los ciudadanos. Todo ello planteado de forma sistemática
y coherente a través de la aplicación de todos los principios previstos en
materia de administración financiera de los estados y la colaboración natural
que debe darse a través de la responsabilidad social empresarial que deben
tener las organizaciones en cualquier nación interesada en estar alineada a los
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y Objetivo de Desarrollo del Milenio
(ODM) que sirven de punto de partida para garantizar un mejor convivir.
Antagónicamente, aun cuando
pareciese que lo visto en Venezuela es un plan maquiavélico llevado a cabo en
las últimas décadas de vida republicana, se debe hacer un mea culpa y alertar
que ya el mismo Andrés Eloy Blanco lo había alertado poéticamente, tal como lo
subraya el Doctor Carvajal (2011), en su obra “Mitos, Realidades y Propuestas
Educativas”, destacando que el educador ya era visto como un profesional mal
remunerado en nuestra sociedad, estando incluso por debajo del salario de un
peón de hacienda. Como otra cara de la moneda, se debe analizar el precedente positivo de mayor envergadura en
la historia venezolana, en la gestión realizada por el ministro Antonio Luis Cárdenas
en el año 1996, donde ubicó el salario de los educadores en al menos tres veces
el salario mínimo, lo que hoy en día sería un incremento significativo (pero
estéril) para los educadores venezolanos, en medio una severa crisis económica.
Cuando son llevados estos conceptos al campo legal venezolano,
se encuentra con que la afectación hacía los ciudadanos asociados al sector
educativo no está fundamentada en aspectos de derecho, sino más bien de hecho;
situación que hace aún más complejo el asunto, dado que todo se convierte en
una suerte de confabulación política que ha sido heredada y perfeccionada
(advertida o inadvertidamente) con el paso del tiempo. Para poder visualizar
esto, es conveniente destacar que de acuerdo a lo previsto en la Constitución
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (CNRBV), en su Artículo 1, “La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente
y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia
y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador”, por lo
que a todas luces se denota que en las venas de la nación corren ideales muy
sólidos, plasmados directamente en una de carta magna sofisticada y
proteccionista, obviada sistemáticamente en aspectos económicos, políticos y de
garantías para con los ciudadanos.
El concepto de libertad se mezcla con lo previsto en el
Artículo 87 de la CNRBV, el cual establece que todas las personas tienen el
derecho de obtener la ocupación productiva de su apetencia (aupado
principalmente por la vocación y motivación que se genera al hacer alguna actividad
útil, en concordancia de forma armoniosa con los intereses de la nación) y
tener la oportunidad de vivir dignamente, siempre y cuando dicha actividad sea
de carácter lícito y esté alineada con los valores del ser humano. Este
concepto legalmente previsto en la normativa venezolana es de obligatorio
cumplimiento por los gobiernos, partiendo del hecho de que es parte del pacto
social existente entre el Estado y sus ciudadanos.
Esto hace ver que el aparataje legal venezolano está
concebido para brindar condiciones óptimas a todos los ciudadanos que hagan
vida temporal o permanentemente en el país, lo que evidentemente incluye a los
docentes; siendo así, definitivamente el tema puede ser solucionado a través
del cumplimiento de la norma y no de la reforma de la misma.
Información Disponible en Venezuela
Adentrándose en la data, de acuerdo al Instituto Nacional
de Estadísticas (INE), la proyección de población estimada para el año 2016 era
de aproximadamente 31.028.637 personas, de los cuales 15.554.863 se estiman
sean hombres y 15.473.774 mujeres, partiendo al país prácticamente por la mitad
en cuanto a género. Estas cifras son proyectadas en función al Censo llevado a
cabo en el país en el año 2011, que arrojó como resultado una población
nacional de 27.227.930, de los cuales, aproximadamente 9.998.094 eran infantes,
niños y adolescentes hasta los 19 años, quienes conforman el padrón mínimo de
ciudadanos con derecho a educación pública y gratuita de acuerdo a lo previsto
en la CNRBV en sus Artículos 102 y 103.
Esta cantidad de jóvenes en edad escolar representaban
aproximadamente un 36,71% de la población total del país para el 2011, por lo
que llevado ese porcentaje al estimado poblacional actual, se estaría hablando
de que al 2016 se contaría con unos 11.393.713 infantes, niños y adolescentes
en las aulas de clases del país, tanto del sector privado, como del sector
público. Esto demuestra que Venezuela sigue siendo un país joven.
Como complemento y en este mismo orden de ideas, el
Capítulo VI De los Derechos Culturales y Educativos eiusdem hace un recorrido en cuanto a la relación que predominará
entre el Estado, privados y ciudadanos, con el fin último de garantizar que la
educación, el deporte y la cultura sean valoradas por el entorno y respetados
como derechos fundamentales. En este sentido, es imposible prever que la
deshumanización social a educadores sea producto de un aparataje legal
deficiente, sino más bien de la acumulación de prácticas gerenciales erróneas y
la inobservancia de las necesidades de la academia, como formadora de contenido
en el momento preciso de determinar presupuestalmente su peso cuantitativo. En
función a esto, existe un conglomerado que debe ser bien atendido, en pro de
esos aproximadamente 11 millones de estudiantes a nivel nacional, con toda una
normativa que defiende su derecho, pero que en paralelo desatiende al generador
y proveedor del conocimiento, quien sin duda alguna es el educador en todos los
niveles posibles.
Ahora bien, la gran interrogante debe ser el conocer si
tal como lo afirmaba románticamente Andrés Eloy Blanco, el educador termina
siendo un profesional respetado socialmente, pero olvidado en cuanto a sus
necesidades más fundamentales, enviándolo de esta forma irremediablemente a un
estado de desahucio tal, que desestimula al profesional que decidió afrontar
tamaño reto, compuesto en más de tres cuartas partes por profesionales del sexo
femenino, de las cuales, aproximadamente el 35% (específicamente de educación
preescolar y básica hasta sexto. grado) de ellas laboran en al menos dos
instituciones, de acuerdo a la investigación mencionada por el Doctor Carvajal
en su obra “Mitos, Realidades y Propuestas Educativas”, lo que incrementa
sustancialmente las distorsiones de un sector educativo desgastado física,
económica y moralmente, considerando que lesiona a la mujer venezolana, la cual
por naturaleza es garante del equilibrio de la sociedad, por su rol como madre,
esposa y educadora.
Todo esto sin perjuicio de la inexistencia de data
precisa que nos permita inferir cuantas posiciones totales están y cuáles de
ellas están disponibles a la espera de jóvenes interesados en ocuparlas, que
además cuenten con una formación sólida y que no terminen mereciendo
remuneraciones que desastrosamente se encuentran desfasadas y que se vuelven
incomprensibles al medirse con las necesidades básicas y elementales que
cualquier ciudadano requiere para vivir dignamente en el país, situación está
que se vuelve improbable, producto de las deformaciones que existen entre el
poder adquisitivo y la remuneración bajo relación de dependencia.
El Salario en Venezuela 2010-2016
Según el conocido estudio llevado a cabo por Abraham
Maslow (1943), en su obra intitulada “Una teoría sobre la motivación humana”,
se jerarquizan las necesidades humanas y establece en líneas generales que en
la medida que se satisfagan las más elementales, los seres humanos desarrollan
nuevos deseos, elevando los mismos. La parte inferior de la pirámide (con la
cual simboliza el análisis de Maslow), está compuesta inicialmente por
necesidades básicas (orgánicas) y el segundo tramo, las de seguridad y
protección (asociadas a remuneración, entre otras). En este sentido, de acuerdo
a esta visión, una persona que viva bajo condiciones económicas comprometidas,
se vería seriamente afectado motivacionalmente para poder tener mayores y
mejores aspiraciones en su andar profesional y/o personal, y con ello seguir
avanzando hasta los tramos superiores, donde finalmente se encuentra la
autorrealización personal, la que habitualmente conlleva a la elevación de los
estándares.
Existen diversas teorías (Anthony Robbins, 2010; David
McClelland, 1989; Gary Yukl, 2008 y Stephen B. Karpman, 1968); que pudiesen no
coincidir específicamente con la pirámide de Maslow; no obstante, la tendencia
coincide en que el apartado económico tiene una incidencia significativa (más
no determinante) para cualquier labor, aun cuando está claro que las
individualidades tendrán siempre un efecto importante, sobre todo cuando los
aspectos éticos, el compromiso organizacional e incluso la mística de trabajo
tengan un peso significativo al momento de llevar a cabo cualquier actividad
profesional. Incluso, la constitución del grupo familiar del educador puede que
tenga una incidencia en la forma como ve su profesión desde el punto de vista
económico.
En este sentido, se
destaca que producto de la alta inflación publicada por el Banco Central de
Venezuela hasta el 2015 (estimada principalmente por el Fondo Monetario
Internacional para períodos posteriores, producto de la opacidad gubernamental),
el salario en Venezuela se ha visto incrementado de forma repetitiva durante
los últimos años, a través de decretos gubernamentales. Desafortunadamente,
dichos aumentos no han estado directamente proporcionados en función al alza de
precios de bienes y servicios, traduciéndose esto en una disminución real del
poder adquisitivo de la fuerza trabajadora bajo relación de dependencia. De
acuerdo al portal web Venelogía (Tabla 1), se puede visualizar la forma como ha
ido evolucionando el sueldo mínimo, la inflación, el tipo de cambio y el costo
de la canasta básica, en el período comprendido entre el 2010 y el 2016,
entendiéndose que esta última se valora monetariamente para establecer el costo
de la satisfacción de las necesidades de alimentación y de bienes y servicios.