En la actualidad, dado todos los problemas económicos que está viviendo el mundo, cobra fuerza la evaluación que nosotros como auditores debemos realizar referente al “going concern” o conocido en español como negocio en marcha. En nuestros procedimientos de auditoría, las normas dedican prácticamente una sección a la consideración que hace la gerencia de este asunto en la preparación de sus estados financieros.
Siempre se parte del supuesto que la entidad seguirá realizando negocios en un futuro previsible. Los estados financieros se preparan sobre la base de que el negocio está en marcha, a menos que la gerencia pretenda liquidar la entidad o suspender operaciones. Cuando el uso del supuesto en marcha es apropiado, los activos y pasivos se registran sobre la base que la entidad podrá disponer de sus recursos y cumplir con sus obligaciones en el curso normal del negocio.
Algunos marcos de emisión de información financiera contienen requisitos específicos para que la gerencia evalúe la capacidad de la entidad de continuar como un negocio en marcha y normas y asuntos a considerar como parte de esta evaluación. Por ejemplo la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) 1, requiere que la gerencia haga una evaluación acerca de la capacidad de la entidad para continuar como un negocio en marcha. Puede existir el caso que en otro marco de norma no exista este requisito fundamental, sin embargo, la evaluación del negocio en marcha es un principio fundamental que la gerencia debe considerar en la preparación de sus estados financieros.
La evaluación de la capacidad de continuar como negocio en marcha incluye formular un juicio en un punto en el tiempo sobre resultados futuros inciertos de eventos y condiciones. Algunos factores a considerar en ese juicio serían:
· El grado de incertidumbre asociada con un evento o condición aumenta mientras más adelante en el futuro ocurra el evento, por ello la mayoría de los marcos de referencia para la emisión de estados financieros deben tener en cuenta toda la información disponible.
· El tamaño y la complejidad de la entidad, la naturaleza y condición de su negocio y el grado hasta el cual este es afectado por factores externos, afectan el juicio sobre estos eventos, y
· Todo juicio sobre el futuro está basado en toda la información disponible que se tenga al momento de formular ese juicio, los eventos subsiguientes pueden producir resultados incongruentes con juicios que eran razonables al momento de su formulación.
La responsabilidad del auditor es obtener evidencia suficiente y adecuada, sobre lo adecuado del uso por la gerencia del supuesto de negocio en marcha en la preparación y presentación de los estados financieros y para concluir si existe una incertidumbre material sobre la capacidad de la entidad para continuar como un negocio en marcha. (Norma Internacional de Auditoria. NIA. 570.7).
Este tema en la actualidad es bien importante, sobre todo por lo expuesto al principio, en donde muchas empresas se ven afectadas y se encuentran ante la incertidumbre de si podrán seguir o tienen que parar sus operaciones. El papel del auditor es clave en cuanto a cómo revelar esa información en los estados financieros.
Hasta una próxima entrega
Marcos M. Soler P.
@mmsoler
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