Aguas
arriba
Nelson
Mandela hizo de la longevidad productiva un arte. Vivió la pobreza y la
grandeza con la misma entereza y mientras todo pasaba, se preocupó por
construir una nueva forma de ver la vida para sus coterráneos. Una forma más
justa para todos, donde lo más importante es reconocer al otro como igual y
darle las mismas posibilidades de crecer como ser humano. Esto parecía que era
mucho pedir en una nación donde el color de la piel era el disparador para
aceptar o rechazar a alguien sin siquiera tratar de saber que sentía o pensaba.
Nunca
vio el ojo por ojo y diente por diente como forma de vida; todo lo opuesto, puso
la mejilla cada vez que fue requerido en pro de un bien más supremo. Construyó
una nueva sociedad llena de principios y valores y le dio a cada quien un
puesto en la sociedad, desde donde pudiese poner un ladrillo en pro de algo mucho
más grande.
En
el medio tiempo, se hizo merecedor de doctorados y demás distinciones, pero por
sobre todo exhibió un Nobel de La Paz obtenido por mérito propio, donde el galardón
solo fue el trofeo material y no la meta inicialmente planteada.
Aguas
en el medio
Hoy
en día es muy complejo cambiar la forma como la gente piensa. La mayoría de la
población maneja -o no- principios y valores desde el hogar, por lo que hacer
que alguien cambie de parecer sobre asuntos verdaderamente neurálgicos, es una
suerte de cruzada. Esto solo puede llevarse a cabo por alguien con el
suficiente coraje y moral como para hacerlo sin miedo a un entorno que solo lo
quiere ver fallar. Todos nos creemos dueños de la verdad, el asunto es tenerla.
Ese
gran hombre ya falleció, pero su legado será estudiado siempre. Puede que
muchos quieran atribuirse proezas parecidas, pero lo cierto es que la historia
siempre saca a relucir la verdad. Es cierto que el que tiene el poder escribe
los libros que estudiamos a temprana edad; sin embargo, siempre habrá personas
interesadas en leer entre líneas y entender que es lo que está detrás de la
figura pública y conocer en realidad las motivaciones de alguien que lo dio
todo para todos. Lo que llamaríamos, “el buen padre de familia”.
Aguas
abajo
Una
sociedad puede tener todos los problemas económicos producto de momentos
coyunturales propios del quehacer diario; no obstante, si la moral se mantiene
en alto, siempre lograrán recuperarse y salir adelante. Un pueblo sin
principios -o con algunos bastante distorsionados- y con la moral baja no
logrará jamás mejorar, a menos que el revés sea tan fuerte como para hacerlo
reflexionar.
Nunca
es tarde para mejorar, aunque la tentación de "meter la pata" siempre
estará presente, como el alcohólico que dice que más nunca probará la bebida en
pro de ser mejor. El ser consistentemente esquivo a las buenas prácticas puede
ser una suerte de adicción.
Nelson
Rolihlahla Mandel nació un 18 de julio de 1918 y falleció el pasado 5 de
diciembre de 2013. Estuvo en prisión por 27 años y sin resentimiento alguno,
con mucho trabajo y cinco años en la presidencia logró unir a un país. Ya no
volveremos a verlo, pero sus pensamientos serán para la posteridad, ya que
Madiba siempre será sinónimo de libertad e igualdad. Hasta una próxima entrega
@wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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