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Opinión



domingo, 9 de agosto de 2015

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 212

Revolución industrial

Aguas arriba


Ciertamente la revolución industrial es un tema que en lo particular me lleva a recordar anécdotas pasadas; no obstante a ello, es un evento histórico que marca un nuevo comienzo en la forma como se plantearon los negocios y la manera como se hacen en la actualidad. Podemos plantearlo como un hecho lejano, pero que realmente conceptualmente es aplicable a cualquier momento de le historia y es parte del proceso continuo de avance del mundo.

La Revolución Industrial fue una especie de punto de quiebre, donde nos damos cuenta de lo importante que es la producción en masa/serie tanto para fines estrictamente empresariales, como para fines de sostenimiento de la civilización, lo que sin duda diferencia a un país de otro. Los que desde el principio tomaron esto como camino, son los que actualmente denominamos como “países desarrollados”.

Países que solo se dedican a importar (con pocas excepciones), están entregados a sufrir fuertes reveses, mientras que los países productores y exportadores siempre marcaran el ritmo del mundo. Con el paso del tiempo esto se ha ido sistematizando y complicándose, hasta el punto que en la actualidad los que tienen más poder diseñan y exportan tecnología, abriendo un abanico de posibilidades. Lo peor es que normalmente los países no industrializados, son los que más materia prima tienen.

Aguas en el medio

Con la revolución industrial, empresas manufactureras tomaron el poder. Hoy en día entregaron la batuta a empresas como Google, Facebook y Apple, siendo estás las que mueven (aun cuando parezca inverosímil) grandes recursos con cosas a veces tan intangibles para muchos, pero tan importantes para otros. Todo da un vuelco, pero en esencia siguen habiendo muchos conceptos que no han cambiado, ni cambiaran.

Gran Bretaña, en el lejano siglo XVIII hace un giro sobre la forma como trabajamos y pensamos, estructurando una nueva metodología de trabajo que permea para todo el mundo. Obviamente tiene sus defectos y reveses, pero marca un camino que indudablemente convierte al mundo, pasando de un esquema rural, a uno mecánico. Muchos pudiesen hablar de los atropellos que se suscitaron (e incluso se suscitan hoy en día), pero el hombre debe pasar por un proceso de reflexión para mejorar con el tiempo.

Migrar de esquemas manuales, a dejar de depender en su totalidad del esfuerzo del hombre trae consigo todo tipo de preguntas y respuestas, pero sin duda alguna hace que con la producción en cantidades industriales, se abra la oportunidad de abastecerse y abastecer otros mercados, lo que genera la posibilidad de que se dinamice la economía de forma inmediata y prácticamente orgánica.

Aguas abajo

El que más produce, más posibilidades tiene de tener acceso a otras líneas de producción y satisfacer necesidades colectivas de forma sincronizada, generando un clima de competencia, donde los actores deben ser cada vez más eficientes y eficaces para poder hacer más con menos recursos. Esto redunda en posibilidades ilimitadas para todos, siempre y cuando los bienes y servicios ofertados cumplan las condiciones mínimas necesarias.

Cuando hablamos del siglo XVIII pareciese que estamos hablando de historia pasada y enterrada; sin embargo, hoy en día pareciese que una masa de personas aún no ha comprendido una tesis analizada, aprobada, puesta en práctica y utilizada por países con mediana claridad y juicio con excelentes resultados.

No se ha comprendido que los países industrializados logran resultados óptimos, mientras que los países importadores solo generan empleos mediocres que a su vez no dan mayor valor agregado a la colectividad, convirtiendo generaciones enteras en meros comerciantes de poca monta, lo que lleva a la miseria.


Fíjense que  el esquema de economías de puertos funciona en algunos casos, dado que si tenemos en nuestra vida la fortuna de visitar destinos extranjeros eminentemente turísticos, vemos que pueden que no estén para nada industrializados (ni interesados en serlo), pero cuentan con infinitos conocimientos del sector que aceptaron como idóneo para hacer negocios (hay algunos destinos que quieren y logran todo). El problema está cuando realmente pareciese que no se cuentan con condiciones para producir, comercializar o prestar servicios, por lo que los resultados están a la vista de cualquier persona con algo de sentido común. Lo que si es cierto es que el camino está claro, solo hay que transitarlo. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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