Competitividad
en tiempos de crisis
Aguas
arriba
Las
respuestas para poder iniciar nuevos proyectos y afianzar los que están en
curso las encontramos en la planificación, sistematización y seguimiento de las
transacciones, líneas de negocio y objetivos generales y específicos que nos
vamos trazando o que se van escribiendo a medida que vamos aplicando técnicas
de diseño, las cuales nos muestran de forma clara las vías que debemos
abandonar e ilumina los caminos razonables (que por razonables no son
sencillos) a transitar. Está claro que una de las cosas más importantes está en
ser competitivos en mercados complejos. El caso venezolano es en extremo
extraño, dado que en ocasiones pudiésemos decir que hay centenares de nichos
abiertamente disponibles, pero que luego de ser analizados brevemente, podemos
constatar la razón por la cual lucen así. En este caso, el principal actor que
impide que la planificación no funcione es el Estado y sus protocolos.
Es
una mezcla entre oportunidades y trabas que van juntándose simultáneamente y
que pareciese que no son fáciles de resolver. A primera vista debemos entender
que el país necesita divisas, por lo que lo obvio es que deberían ser
identificar los productos o servicios que requieren poca o nada materia prima
extranjera y que con condiciones medianamente claras pudiesen ser exportables,
pero luego nos conseguimos con niveles de burocracia difíciles de entender y
total descuido por parte del Estado y la banca para poder dar el empuje mínimo
necesario a proyectos en curso o emprendimientos programados de forma técnica
que puedan haber llegado a una idea autosustentable en sectores no
tradicionales.
Aguas
en el medio
Ejemplos
como el anterior abundan y los vemos en la agricultura, ganadería, turismo,
recursos naturales de minerales ferrosos y no ferrosos y con cuanta cosa nos topamos
en el camino. Lo único que no cuenta con trabas es el comercio informal, la
corrupción y la “viveza” en general, labores (por llamarlas de una forma) que
no tienen limitaciones para ser ejecutadas con total discreción, que además se
realizan de forma muy dinámica, dejando réditos bastante altos y que además son
libres de impuesto.
Lamentablemente
el Estado juega un papel fundamental en esta dinámica, dado que es
absolutamente injusto concluir que no hay peor empresario que el venezolano,
más si tomamos en cuenta la cantidad de emprendimiento en el extranjero
liderizados por locales que no pudieron ejecutar sus proyectos en el país y que
actualmente son exitosos. De igual forma, vemos minadas universidades en el mundo
con estudiantes de alto rendimiento que también nacieron de este lado, por lo
que eso hace concluir que debe haber una masa importante de personas con suficiente
capacidad para ocupar cargos públicos, que además de la técnica, cuenten con
una escala de valores totalmente distinta a la que hemos visto en los últimos
años.
Aguas
abajo
El Foro
Económico Mundial emite anualmente el Índice de Competitividad Global. Específicamente
desde 1979 efectúa un informe que nos enseña el comportamiento de más de ciento
treinta jurisdicciones de todo el mundo y allí se mide la capacidad de cada
nación en dar a sus ciudadanos altos niveles de prosperidad. Esto se traduce en
empleos formales, capacidad de compra, nivel de educación, salud, entre otras
muchas otras variables de suma importancia. La calificación fundamentalmente depende
de la forma como el Estado maneja los recursos disponibles en favor de sus
locales. Esto no es a través de regalos de baja calidad, esto es con trabajo y
prosperidad.
Países
como Suiza, Singapur, Finlandia y Alemania son los grandes del mundo, mientras
que en América países como Chile, Panamá y Costa Rica tratan de tener el
paquete completo, obviamente con resultados más discretos, pero con un talante
bastante particular. Es más que obvio que Venezuela aparece en los últimos
puestos y es totalmente entendible con solo padecer los vaivenes de un día
cualquiera en el país. Para cualquier persona que no haya tenido la posibilidad
de salir del país, o que tenga menos de veinticinco años se le hará imposible
entender que fuimos, podemos y debemos ser mucho mejores. Hasta la
próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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