Aguas
arriba
El
desarrollo organizacional depende de muchos factores tangibles e intangibles. A
primera vista salta el hecho de que se requieren recursos económicos para poder
darle continuidad en las primeras de cambio. El gran dilema de esto es tener
fuentes seguras de financiamiento que comprueben de forma fehaciente la
factibilidad de los proyectos y puedan poner sus capitales a disposición de
dichos desarrollos. En otras ocasiones he mencionado mecanismos usados en el
mundo, que de este lado aún no han sido explotados del todo.
Indudablemente
se requiere de un mapa que le enseñe a los involucrados la bitácora de viaje
para que la confianza no se desfallezca tan apresuradamente y estén dispuestos
a invertir dinero y tiempo de forma consistente, tomando el riesgo en su justa
dimensión. Accionistas desconectados y proyectos dispersos son una combinación poco
eficiente.
Se puede
malgastar hojas y hojas y con ello mucha tinta en el hecho de que para
garantizar un éxito mediando, el dinero es el que impone el ritmo; sin embargo,
la constancia en los negocios y una visión asertiva del negocio pueden tener un
efecto más tangible y perdurable que todo el dinero de mundo. Claro, aquí
muchas personas -de forma objetiva o subjetiva- pudiesen decir que las
condiciones no están dadas, pero muchos proyectos exitosos y creativos en
ocasión ponen freno al pesimismo crónico.
Aguas en
el medio
Es obvio
que la principal motivación pudiese ser en muchos casos el sonido de la caja
registradora, pero en el fondo eso se dará si el liderazgo de la entidad tiene
la entereza para soportar las peores tempestades, recoger los escombros y
volver a iniciar. El éxito vendrá por añadidura.
Siendo
así, pareciese que ese liderazgo debe haber forzosamente vivido el fracaso,
para en función a esto tener la madurez para iniciar de nuevo y no bajar los
brazos. Claro está, es muy difícil motivar cuando no se está motivado, por lo
que el que quiera llevar a otras personas a un camino particular, deberá
primero estar en una sola pieza para hacerlo.
Esto no
es fácil, pero ciertamente no todas las personas están signadas para liderar
empresas y grupos de trabajo, dado que para ello se necesita madurez, técnica,
olfato y dedicación. Lamentablemente la inconsistencia e improvisación es la
primera respuesta de muchos que quieren, pero que a la vez no quieren.
Aguas
abajo
En
tiempos difíciles no es suficiente ser bueno, definitivamente hay que estar por
encima del promedio para poder comunicar de forma ética un mensaje que inspire
en un contexto honesto con clientes, colaboradores y aliados para juntos poder
avanzar, es por ello que el trabajo del gerente moderno debe estar sustentando
al menos en aspectos técnicos, éticos, comunicacionales y humanos, si es que
quiere contar años y no negocios abiertos y cerrados como si fuesen puertas.
El
desarrollo está marcado fuertemente por el entorno, pero este no es el único
responsable. Si un negocio no consigue el ansiado crecimiento -con todo y la
aplicación del mejor estudio-, es porque quizás ese "mejor estudio"
no es tal y se debe empujar en otra dirección, con los respectivos ajustes
mayores o menores que se necesiten.
Nadie
dice que es fácil, no casualmente el emprendedor/gerente no está en
todos, si no en algunos que sueñan como un poco de fama y fortuna para hacer
cosas distintas e innovadoras. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
Imagen: Trabajar con pasión como los pequeños
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