Aguas arriba
Para afianzar una marca se requiere de mucho trabajo por parte de
accionistas y colaboradores. Es para sentir orgullo el hecho de muchos
reconozcan a simple vista el logo, eslogan o nombre de la empresa que
representamos, ayudamos a levantar o en el mejor de los casos, la que
construimos con nuestras propias manos.
Son muchos bloques por levantar -a veces literalmente hablando- para
construir cada pared que encierra un emprendimiento que a través de una puerta
se muestra a un público con mucha fuerza y entereza. Muy pocas personas se dan
cuenta que las cosas no llegan solas. Por el contrario, creen que todo llego
allí de forma muy sencilla y hasta mágica, cosa que no es ni medianamente
cierta.
En esta parte del país hay varios emprendimientos -principalmente del
lado gastronómico y de deporte- que han logrado penetrar el mercado y
posicionarse con mucha firmeza. Me consta que no ha sido un proceso rápido, por
lo que el estatus que ostentan está bien ganado. Otros tantos están dando sus
primeros pasos y me da mucho gusto verlos crecer. Puedo ver en sus creadores la
pasión y eso tiende a inspirarme más, dado que definitivamente pareciese que
esa es la condición número uno para poder posicionarse.
Aguas en el medio
Esas personas que impulsan dichos proyectos no leen periódicos ni
internet. Tampoco escuchan a voceros políticos ni se lamentan de la situación o
de sus obligaciones. La pasión en ellos es más grande que los obstáculos y es
por ello que han aprendido que la única forma de volar es no sabiendo que es prácticamente
imposible e improbable.
Grandes ejemplos americanos pudiesen considerarse como el resultado de
un mercadeo invasivo que entra en la casa de todos sin pedir permiso, pero que
en la realidad es el resultado de un trabajo que dura 24 horas al día y que muy
pocas personas están dispuestas a sacrificar, dado que probablemente sea más
importante el óseo no productivo que el empeño y dedicación y que para aún ser
peor, ven al que se empeña como un extraterrestre.
Hace poco leía que Gates, Trump y Jobs -cuando estaba en este mundo-
tenían las mismas 24 horas y los mismos 7 días a la semana que tenemos
nosotros, cuando construyeron imperios enteros. Entonces, pareciese que para
instaurar una marca el tiempo de todos es suficiente para lograrlo, sólo hace
falta la determinación y coraje para no dejarse contaminar por prácticas
erradas y trabajar en lo que se está buscando.
Aguas abajo
La calidad de servicio, la responsabilidad, el continuo
perfeccionamiento, el mercadeo oportuno, la estrategia clara, la paciencia, el
reconocer errores, aplaudir los éxitos y el olfato serán elementos a considerar
para cambiar de un plano en el cual nos llaman "el negocio de la
esquina" a que nos llamen por nombre y apellido.
Esto no es algo que está atado solo a los líderes organizacionales. Por
el contrario, la marca se construye desde abajo hacia arriba. Se requiere un
equipo de colaboradores que también crean en el proyecto, que confíen en la
gerencia y sigan los pasos con la misma pasión –obviamente pocos colaboradores
dan el mismo esfuerzo que los creadores, pero pueden hacer un aporte
fundamental-, para que eso se proyecte puertas afuera y los consumidores y
clientes en general perciban que están en buenas manos.
Siendo consistentes, sólo se debe mantener la ruta, hacer ajustes cuando
se necesiten y ser disciplinados y asertivos. No hay nada más sabroso que el
hecho de que alguien solo te asocie por una forma o un color. Eso quiere decir
que ya estás en la mente de la gente y que lo que resta es seguir haciéndolo
bien para que cada vez más clientes se unan. Si quieres ser rentable, solo
debes trabajar con pasión, allí no habrá regulación que no puedas cumplir.
Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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