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Opinión



domingo, 22 de marzo de 2015

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 192

Medidas anticorrupción

Aguas arriba


La corrupción es uno de los flagelos más terribles de la historia contemporánea del hombre. Lamentablemente se ha vuelto algo tan sistémico, que hasta cotidiano parece. Se ve no solo en lo público, sino también en lo privado y empieza a convertirse rápidamente en un elemento que tiende a formar parte del ADN colectivo y con ello de nuestra idiosincrasia, convirtiéndose así en un atributo nada llamativo para terceros que por un asunto de valores no aceptan ser parte de un sistema que llega a muchos niveles neurálgicos al momento de llevar a cabo negocios de fuente inicial licita.

En un mundo tan globalizado, los indicadores de corrupción se vuelven un elemento importantísimo al momento de iniciar proyectos, dado que se puede convertirse en un gran obstáculo durante el proceso de diseño, puesta en marcha y activación de cualquier emprendimiento. Incluso, se vuelve piedra de tranca en los escenarios donde la liquidación es una necesidad.

La burocracia, los trámites excesivos, la discrecionalidad, los controles, alcabalas y la crisis perse, hace que la forma más expedita de alcanzar algún objetivo en tiempo razonable sea auspiciada por actos moralmente cuestionables para ambas partes involucradas y el problema se extrapola cuando se concede a venia de que es absolutamente cotidiano y necesario.

Aguas en el medio

Los sistemas económicos sofisticados permiten los procesos fluyan de forma natural y expedita, donde los protocolos son diseñados de tal forma, que los funcionarios no tienen mayor toma de decisiones. Con esto se logra evitar la utilización de prácticas desleales y garantiza que el toque humano sea mínimo.

De igual forma, la posibilidad de hacer reclamos formales están debidamente instrumentados, permitiendo que la actuación de cualquier funcionario público sea cuestionada en el caso que sea necesario, sin necesidad de recurrir a tecnicismo legales complicados para cualquier persona de a pie, logrando así la tan ansiada justicia equitativa para todos los sujetos de derecho que hacen vida. La sumatoria de todo esto, permite que los procedimientos funciones y con ello se dan condiciones que motivan a emprender, gestionar y participar.

Indudablemente esto es algo que ocurre en todas las latitudes; no obstante, Reino Unido y Alemania son solo un par de jurisdicciones que se preocupan realmente por crear medidas anticorrupción que den condiciones para poder mitigar riesgos de esta naturaleza, siendo fácil de percibirlo con tan solo pisar sus respectivos aeropuertos.

Aguas abajo

El simple hecho de existir entes independientes encargados de vigilar la manifestación de riquezas de personeros públicos y las constantes campañas para regularizar hechos de dudosa reputación, son solo algunos de los ejemplos que se pueden ver con altísima frecuencia por aquellos lares. Sencillamente, se vuelve deshonroso ser considerado corrupto y el castigo es imparcial y ejemplar.

Probablemente, Alemania sea el líder en esta área, dado que la recepción de sobornos para locales y extranjeros es fuertemente castigado, por lo que el seguimiento a transacciones inusuales, el análisis detallado de los bienes de personas a todo nivel y una mención aparte para los funcionarios públicos, hace que sea un negocio altamente riesgoso entrar por el lado oscuro de la corrupción, convirtiéndose en un camino sin retorno y con un final altamente previsible.


Penas restrictivas, confiscación de bienes, inhabilitación y multas son el coctel perfecto para evitar que funcionarios públicos y trabajadores privados se dejen tentar y fomenten con ello problemas de imagen que evitan que los mercados se vuelvan atractivos producto de la trágica viveza local. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

Foto: Movart, oficina GGS Puerto Ordaz


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