Deshumanizado
Aguas arriba
Desde el punto de vista literal, deshumanizar es el proceso
de eliminación de los caracteres que nos hace ser seres vivos. Esto tiene una
connotación principalmente biológica, orientada indudablemente con la genética.
Obviamente, esto se convierte en un tema extremadamente denso para el común
denominador, por lo que no será motivo de este análisis. Ahora bien, desde ya
hace tiempo, dicho término ha sido acuñado por las ciencias sociales con un
enfoque más político, social y económico, separándole abiertamente de las
ciencias puras.
En este contexto, el concepto se orienta a explicar la
relación existente entre los ciudadanos y Estados todopoderosos, los cuales,
gracias a su poder de imperio logran coartar sistemáticamente los derechos
ciudadanos de las personas que habitan un espacio geográfico, vulnerando con
ello su situación, la cual, normalmente se traduce en la calificación y
humillación en un ambiente donde no es respetado el derecho a la salud,
educación, seguridad, alimentación, y en general, a la libertad.
Aguas en el medio
Este tipo de situaciones bizarras tienen ejemplos claros en
épocas de esclavitud, de persecución religiosa e incluso por simples ideologías
baratas que desean ser impuestas de forma arbitraria sin consentimiento
informado y consiente de las mayorías, por lo que al final, un puñado de
sujetos terminan teniendo la dominación total del colectivo, de forma absurda e
inentendible para un grupo limitado de personas.
Cuando hablamos de la brecha existente entre el salario
mínimo y la canasta básica de referencia emitida por el CENDA, hablamos
inmediatamente de la deshumanización de los ciudadanos venezolanos, dado que
automáticamente tenemos que entender que se está siendo dominado por un puñado
de personas que coartan el derecho a hacer una actividad legal y libre de
su interés (nadie quiere ser educador, policía, bombero o cualquier
profesión parecida, porque sencillamente son terriblemente remunerados) y además de eso, se
priva la posibilidad de tener una vida digna, donde se esté en la capacidad de
satisfacer necesidades propias y la de los más cercanos.
Aguas abajo
De acuerdo con lo expresado por María Gabriela Ponce,
docente del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en ponencia ante el
Observatorio de Gasto Público el Centro de Divulgación del Conocimiento
Económico para la Libertad (CEDICE), estudios llevados a cabo por las
universidades Central de Venezuela (UCV), Simón Bolívar (USB) y UCAB,
concluyeron que la pobreza arrojó cifras del 72% al 76% en el período
comprendido entre 1997 hasta el 2011, aclarando que siempre el número en este
parámetro es más alto porque los hogares pobres son más numerosos. Dicho
estudio manejó un contexto de variables como crecimiento económico,
desigualdad, inserción en el campo de trabajo y años de escolaridad, entre
otros.
En el mismo estudio, se pudo ver cierto mejora en épocas en
las cuales el precio del petróleo estuvo a niveles récord a nivel mundial; no
obstante, en líneas generales, los resultados indicaron que se está a niveles
superiores de pobreza a los vistos antes de 1999. En cuanto a tipología, la
especialista aclaró que existe “la pobreza un poco más coyuntural de índole
económica, la pobreza más estructural que tiene que ver con las condiciones de
vida, y la pobreza crónica. Con algunos análisis estadísticos, descubrimos que
el gasto influye fundamentalmente sobre la pobreza de ingresos, no sobre la
pobreza estructural”. Siendo así, se denota que el problema económico del
ciudadano venezolano común, ha ido empeorando de forma abismal, en un lapso de
tiempo relativamente corto y en un porcentaje alto de la población que en la
actualidad ronda los 30 millones de habitantes.
La misión consistirá en revertir este proceso de
deshumanización y de una u otra forma inyectar de motivación a una generación
ampliamente abatida. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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