Fuera de temporada
Mucha ansiedad producto de la distancia, algo de hambre producto de la hora y una fruta tropical frente a mí. Con una temperatura tan baja en la calle, por momentos no logro recordar las razones por las cuales estoy allí. Avanzo y tomo la fruta –está fuera de mi presupuesto por mucho- y el encargado de la tienda me ve con escepticismo; me detengo y trato de hacer memoria del precio de la fruta en mi país y le veo una calcomanía que dice “Venezuela” y de inmediato me da algo de nostalgia. No dice de que sitio viene, pero para ser honesto nunca había visto antes una fruta tan perfecta, tanto en su color como en su forma. Recordé la expresión “producto de exportación”.
Al encargado se le une una señora mayor que me dice “too expensive boy” y yo asiento con la cabeza. En eso vuelve el encargado nuevamente y me dice que esta fuera de temporada y que esa es la razón del precio. Mi aspecto descuidado de estudiante les hace pensar que no me atreveré a comprar la fruta pero más pudo el hambre unido con la nostalgia -y el orgullo- y la compro.
Aguas en el medio
Todo la situación me pareció muy extraña, pero en el fondo pensé que todo -desde que llegué- ya era bastante extraño. Llego a casa y enciendo la televisión y están pasando un programa donde un señor muestra orgulloso su máquina para deshidratar frutas y nuevamente escucho la expresión “out of season” y entiendo que el señor en cuestión compra las frutas dentro de su temporada de cosecha –a menor precio- y luego las deshidrata para poderlas consumir fuera de temporada sin pagar más. Finalmente entiendo el susto de la señora mayor y del encargado y empiezo a comparar mi realidad con la de ellos.
Claro, luego traté de seguir analizando el patrón de consumo en otros bienes y servicios y me encontré que cada fecha del año tiene un encanto para adquirir algo en particular –llámese ropa, artefactos eléctricos, juguetes, viajes, etc.- por lo que la planificación va más allá del simple hecho de comprar una manzana o una naranja.
Aguas abajo
En muchos países el consumo es cuidado al detalle, tratando siempre de adquirir productos cosechados en la temporada para conseguir los mejores precios y ajustan su dieta diaria en función a eso. Quizás parezca una tontería, pero lamentablemente en muchos países de Suramérica no hemos sufrido eventos que nos hagan cambiar nuestra dieta radicalmente, por lo que no tendemos a planificar nuestras compras de esa manera y definitivamente somos más impulsivos.
El ahorro al año que se genera con este sistema es bárbaro, cosa que nosotros no percibimos en el día a día, pero que si afilamos el lápiz veremos con asombro el impacto que generaría en nuestras finanzas particulares. ¿Por qué no aplicarlo en nuestros emprendimientos también? Verán que siendo cuidadoso y planificando las compras de manera lógica, lograremos adquirir productos con excelentes precios que nos harán sensiblemente más rentables. Hasta una próxima entrega. @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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