Aguas
arriba
La
racionalidad es ese intangible que hace que actuemos con la razón y no solo por
nuestro instinto. Lo cierto es que esto es aplicado de forma limitada, dado que
la dosis de irracionalidad del ser humano es infinita, lo que claramente se ve
plasmado en millones y millones de personas que ingieren comida chatarra, beben
alcohol, fuman, tienen constantes excesos, etc., etc. Todos estamos
medianamente consientes de las consecuencias de los actos; no obstante, la
propia esencia del hombre como especie hace que indudablemente seamos
imprudentes en todos los aspectos de la vida. Durante el Siglo XX y lo que va
del Siglo XXI (como historia contemporánea), los pueblos de América pensaron
(contra toda lógica) de que el socialismo/comunismo era la forma más apropiada
para hacer vida, obviando que la historia decía lo opuesto. Los resultados son
más evidentes, dado que solo basta ver la calidad de vida de millones de
personas de esta parte del mundo.
Desde
el punto de vista económico, gran parte de las corrientes miran al hombre como
un ser más o menos pensante, y en función a ello se diseñaron las principales teorías
que hoy estudiamos; sin embargo, lo cierto es que hay mucho más. El hombre,
como especie, no necesariamente actúa de la misma forma en todos los escenarios
y momentos de la historia, por lo que forzosamente nos conseguimos con un no sé
qué, muy difícil de explicar y que no termina de ser engranado en toda la macro
estructura social. Siendo así, siempre será difícil la predicción de eventos de
forma certera, dado que desafortunadamente siempre habrá una variable difícil
de medir con total y absoluta exactitud. La capacidad de reacción de los
habitantes de la Tierra es evidente, dado que tenemos al libre albedrío de
nuestro lado, el problema es qué hacemos con ello.
Aguas
en el medio
Muchos
países del mundo han dado lucha férrea a sistemas totalitarios. Algunos
esperaron décadas, otros años y uno que otro solo meses. Se dan cuenta del
círculo vicioso donde se encuentran y arrasan con malos gobiernos y mini reinados
desastrosos. Venezuela ha estado sumergida en una terrible pesadilla por casi
dos décadas, dejando atrás una rica tradición democrática, donde los avances
fueron tan notables que aún pueden ser vistos en cada esquina (la
infraestructura construida en estos últimos años apenas está compuesta por
algunos edificios con paredes de anime). Todo esto sin contar el nivel de
desprofesionalización que hemos visto en las instituciones e incluso en la
actitud del habitante común con el que nos topamos al cruzar la esquina.
Siendo
así, es evidente que la racionalidad se ha perdido, producto de una serie
crisis de movimiento que nos mantiene aferrados al teléfono, al borde de la
silla, mientras esperamos ver el desenlace de una película verdaderamente
terrorífica de la que eventualmente saldremos con todo y las heridas que se han
abierto de forma incesante y con bajo nivel de cicatrización.
Aguas
abajo
Los
cambios en Argentina y Perú son evidentes; la situación de Ecuador es
increíblemente llamativa por todos los recovecos que se ven a la distancia;
Brasil hace todo lo posible por tomar en serio el papel que le toca por ser el
más grande de Suramérica (sitial que ha asumió tímidamente); Colombia tiene una
dinámica que desde aquí se ve bastante ecuánime, dado que tiene diatribas
internas, que son resueltas en casa de forma altamente diplomática, donde la
alternabilidad es más que evidente.
Por
otro lado, nos conseguimos con países como Costa Rica, Panamá y República
Dominicana, quienes luchan contra sus propios demonios y poco a poco se
posicionan como engranajes eficientes que nos hace pensar sobre el futuro de la
región. Los países desarrollados siguen siendo y lo serán en el futuro porque
sencillamente cada quien sabe el rol que tienen en su sociedad. El estudiante
sabe que debe estudiar, el constructor que debe construir y el gobierno entiende
que debe dirigir como todo un maestro de obra y buen padre de familia. De este
lado del mundo, aún seguimos cultivando nuestras apetencias particulares y no
hemos terminado de comprender que ser ciudadanos es el título más honorable que
podemos llevar a cuestas. Hasta la próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/
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