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Opinión



domingo, 9 de noviembre de 2014

Actualidad financiera y fiscal en El Diario de Guayana N° 173

Planificación empresarial

Aguas arriba

Hoy en día es extremadamente necesario tener claro la misión, visión y objetivos de la organización, considerando que las condiciones están dadas para que en el primer resbalón nos veamos en la necesidad de desaparecer del mercado, producto de un entorno cada vez más demandante y agresivo.
Lo primero es planificar de forma estratégica, viendo el negocio y sus factores internos y externos como el que ve desde una vista aérea un juego de ajedrez y que reacciona junto con los demás factores de forma sistémica y anticipada, siempre teniendo claro hacia dónde se quiere ir como negocio, identificando riesgos y oportunidades de mejora y tomando ventaja de las cosas positivas que actualmente tenemos y de las que tendremos en el futuro si seguimos avanzando por el mismo camino.

Cada planificador estratégico tendrá su enfoque particular, dado que su motor será ese estado ideal para el cual está planificando, por lo que dependiendo de sus motivaciones, apretará o saltará el acelerador.

Aguas en el medio

Circunscribiendo el análisis a negocios con fines lucrativos, principalmente esos disparadores estarán orientados a elementos cuantitativos, dado que su planificación estratégica estará centrada en ser más rentable y oportuno, por lo que sus acciones tenderán a captar cuotas de mercado que le permitan generar ingresos y análisis pormenorizados de costos y gastos que permitan en su conjunto la generación de mejores números.

Otros estrategas querrán principalmente ser líderes y referencia en sus mercados, por lo que probablemente sus acciones no estén orientadas a tener altos niveles de rendimiento por producto o servicio, si no ser reconocidos como marca confiable y/o de calidad, cosa que  eventualmente pudiese redundar en números más atractivos, pero que necesariamente no es lo que la visión y misión establecen como meta.

Por otro lado están los que quieren un poco de la fama y la fortuna, como es el caso de algunos tipos de negocios, que su estrategia está amarrada al hecho de tener unos indicadores cuantitativos sólidos, que den la posibilidad de ser más exigentes con indicadores cualitativos. El hacer dinero y tener una reputación de alto nivel será la meta final, por lo que el esfuerzo debe ser sustancialmente mayor.

Aguas abajo

Por último nos encontramos con un estratega que está muy de moda que no le interesa tener una alta rentabilidad ni abarcar más mercado, solo tiene como meta el poder mantener su emprendimiento en un ambiente hostil, esperando que las aguas bajen y pueda salir fortalecido como entidad que soportó casi de pie el vendaval.


En este momento no es necesario que defina desde cual óptica trabajará su negocio, lo importante es que esté consciente de que debe hacer una planificación estratégica que recoja todos esas planificaciones por área -que se encuentren alineadas con el sentir organizacional-, de forma tal que cada actividad que se lleve a cabo puertas adentro o puertas afuera sea realizada con un norte claro y no como disparos que se hacen al azar. Obviamente algunos planes pueden que no sean del todo efectivos, pero quedará de cada liderazgo el poder ponderar los puntos positivos y negativos de cada acción para que así se conviertan en antecedentes válidos para nuevos proyectos por crear y ejecutar, llenando esa biblioteca de conocimiento que servirá de colchón para el futuro inmediato. Hasta una próxima entrega @wlagc http://actualidadfinancierayfiscal.blogspot.com/

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